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La bicicleta como Derecho Urbano: Hacia una movilidad limpia y digna en la ZMG

Ciudad de México 24 de mayo de 2025.- En muchas ciudades del mundo, la bicicleta se ha convertido en un símbolo de modernidad. No porque implique necesariamente alta tecnología, sino porque representa una visión humana, sostenible y democrática del espacio público. En Ámsterdam, más del 60 % de los traslados cotidianos se realizan en bicicleta gracias a un diseño urbano consciente, infraestructura continua y una autoridad que actúa.

En la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), en cambio, caminar o pedalear es sobrevivir. La experiencia urbana cotidiana está marcada por banquetas destruidas, incompletas, obstruidas, ciclovías interrumpidas, vehículos mal estacionados y autoridades que no sancionan nada y a nadie. A pesar de contar con una legislación avanzada en movilidad y derechos ambientales, el derecho de caminar y pedalear sigue siendo una utopía urbana.

I. Banquetas invadidas, ciclovías inexistentes: una ciudad en contra sus ciudadanos
En las calles de Guadalajara, la movilidad es una carrera de obstáculos. Las banquetas están invadidas por puestos semifijos, cuando están libres, es porque están en pésimas condiciones, imposibles para una madre con una carriola, un abuelo en bastón y una persona en bicicleta coexistir en un traslado cotidiano. El peatón no camina, se desvía; no transita, se adapta.

Para los ciclistas, la realidad es igualmente adversa. Aunque la ciudad presume ciclovías, en la práctica son franjas de pintura que desaparecen en cada crucero, sin segregación física, sin continuidad ni mantenimiento. En muchos casos, los carriles exclusivos para bicicletas son invadidos por automóviles con absoluta impunidad. La bicicleta, que debería ser alternativa de transporte limpio y seguro, es relegada a un acto de valentía.

II. El marco legal: claro en el papel, ignorado en la calle
Desde 2022, Jalisco cuenta con una Ley de Movilidad, Seguridad Vial y Transporte que coloca al peatón como eje central del sistema de movilidad y en teoría establece banquetas en excelentes condiciones considerando a niños, adultos mayores, personas con movilidad reducida (art. 25). La ley prohíbe obstrucciones en banquetas, andadores y ciclovías (art. 29,30 y 31) y faculta a los municipios a retirar de inmediato cualquier objeto, vehículo o estructura que interfiera el paso. (art. 155 del Reglamento de Movilidad de Guadalajara)

A nivel municipal, el Reglamento de Movilidad de Guadalajara refuerza estas disposiciones al sancionar el estacionamiento indebido en banquetas, rampas o ciclovías y permitir el retiro con grúa. Por su parte, el Reglamento para el Funcionamiento de Giros Comerciales prohíbe autorizar puestos fijos o semifijos que bloqueen el paso peatonal.

Pero esta estructura legal choca con la realidad: permisos que contradicen la ley, negocios tolerados que invaden espacios públicos y un sistema de inspección débil, ausente o corrompido. En Guadalajara, lo que está prohibido en el papel se permite en los hechos. Las leyes existen, pero no se aplican.

Con información de: Crónica

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