París reaviva el legado político y simbólico de Lady Di con la presentación de su estatua de cera
París, 20 de noviembre del 2025.- El Museo de Cera Grevin, ubicado en el corazón de París, abrió este jueves un nuevo capítulo en la narrativa pública sobre la monarquía británica al presentar la esperada estatua de la princesa Diana. La figura, ataviada con el célebre “vestido de la venganza”, vuelve a colocar en la agenda mediática un episodio clave que marcó la crisis institucional y emocional de la Casa de Windsor durante la década de 1990.
Mientras el museo ya exhibía las figuras de Carlos III —hoy rey— y de la fallecida reina Isabel II, resultaba llamativa la ausencia de Lady Di en un espacio que, por su simbolismo y su reconocimiento global, parece hecho a la medida de quien es recordada como la “princesa del pueblo”. Su incorporación llega 27 años después de su muerte en París, ciudad donde su vida terminó de forma abrupta y que aún carga con el peso histórico de aquella tragedia.
El doble de cera presenta a Diana con el icónico vestido negro de Christina Stambolian, la pieza que lució en 1994 el mismo día en que su entonces esposo, el príncipe Carlos, admitió públicamente sus infidelidades. Aquel gesto estético, convertido en declaración política, fue interpretado como un acto de reafirmación personal y como una ruptura con los códigos tradicionales que regían la imagen pública de la corona británica.
“El ‘vestido de la venganza’ se convirtió en un símbolo de resiliencia y autonomía femenina, así como de la capacidad de la princesa para desafiar estructuralmente a una institución marcada por el protocolo”, destacó el museo durante la presentación. La inauguración coincide, además, con los 30 años de la entrevista que Lady Di concedió a la BBC en noviembre de 1995, un testimonio que sacudió la estabilidad interna de la monarquía. En ella, la princesa pronunció su ya histórica frase: “Éramos tres en ese matrimonio”, en referencia a Camila, hoy reina consorte. Diana también asumió públicamente haber vivido su propia relación extramarital.
El Grevin subrayó que Lady Di se mantiene como “una figura global, admirada por su sensibilidad social, su estilo y su independencia”, elementos que la posicionan, incluso décadas después, como un referente político-cultural capaz de influir en debates sobre la modernización de las monarquías contemporáneas.
La estatua se exhibe bajo la cúpula del museo, junto a figuras como el diseñador Jean-Paul Gaultier y la reina María Antonieta, cuya presencia también evoca debates sobre poder, imagen pública y transformación histórica de las instituciones. En contraste, las figuras de Carlos III e Isabel II permanecen en la galería destinada a jefes de Estado, un recordatorio visual de la tensión entre tradición y cambio que marcó la vida —y el legado— de Diana.
