Centroamericanos y venezolanos redefinen su tránsito y permanencia en México
- México ya no es solo un país de tránsito, sino un destino
- Migrantes enfrentan riesgos, estereotipos y dificultades, pero aportan a la comunidad
Pachuca de Soto, Hidalgo, 18 de diciembre del 2025. – México dejó de ser solo un lugar de paso y se ha convertido en un destino importante para personas de Centroamérica y Venezuela que buscan seguridad y nuevas oportunidades, pues muchas familias ya no solo intentan llegar a Estados Unidos, sino que comienzan a establecerse en comunidades mexicanas, explicó Laura Myriam Franco Sánchez, profesora investigadora del Área Académica Sociología y Demografía de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
En este contexto, explicó que migran por motivos distintos: las personas centroamericanas suelen desplazarse por falta de trabajo, violencia y pobreza, mientras que muchas familias venezolanas huyen de la crisis política, la inseguridad y la escasez de servicios. Aunque algunas cuentan con estudios o redes de apoyo, todas enfrentan grandes retos para regularizarse y empezar de nuevo en un entorno desconocido.
A pesar de la situación que viven, se enfrentan con estereotipos que no reflejan su realidad, como la idea de que quitan empleos, incrementan la delincuencia o utilizan indebidamente los programas sociales; sin embargo, no existen pruebas que respalden estas afirmaciones, por el contrario, la mayoría busca aprender español, regularizar su situación legal y contribuir a la comunidad en la que vive, lo que contradice muchos prejuicios comunes en el discurso.
Por si fuera poco, su recorrido se convierte en una experiencia peligrosa y agotadora, tanto física como emocionalmente, ya que durante su tránsito por México, se enfrentan a diversos riesgos, como extorsiones, secuestros, robos o el reclutamiento forzado por parte de grupos del crimen organizado. A esto se suma el temor a acudir a hospitales, incluso cuando viajan enfermas o acompañadas de niñas y niños que necesitan atención médica.
A pesar de las dificultades, la docente Garza destacó que la presencia de población migrante también trae beneficios económicos, ya que quienes están de paso o deciden quedarse necesitan vivienda, alimentación, transporte y servicios, lo que impulsa la actividad local. Asimismo, muchas de estas personas cuentan con formación profesional que podría incorporarse al mercado laboral para fortalecer distintos sectores y contribuir al crecimiento de las ciudades.
En suma, la migración centroamericana y venezolana seguirá transformándose en los próximos años y México continuará siendo un punto clave de tránsito y llegada; por ello, resulta esencial reconocer sus aportes, atender sus necesidades y reforzar las políticas de apoyo e integración, con el propósito de que el país avance hacia una sociedad más preparada, solidaria y consciente del valor que aporta la diversidad cultural en la vida diaria.
