- Autoridades locales califican a los responsables como delincuentes y anuncian procesos de judicialización tras los hechos ocurridos en el estadio Atanasio Girardot.
18 de diciembre del 2025.- Al menos 59 personas resultaron heridas durante disturbios protagonizados por aficionados la noche del miércoles en el estadio Atanasio Girardot, en la ciudad colombiana de Medellín, tras el partido de vuelta de la final de la Copa Colombia.
De acuerdo con autoridades locales, los enfrentamientos se registraron al término del encuentro entre Atlético Nacional y Deportivo Independiente Medellín, que concluyó con la victoria por 1-0 del conjunto Verdolaga. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a decenas de aficionados invadiendo la cancha, corriendo por el terreno de juego y lanzando diversos objetos, lo que obligó a la intervención del escuadrón antidisturbios de la Policía Nacional.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, informó que 52 aficionados recibieron atención médica, además de siete policías que resultaron lesionados durante los hechos. Señaló que, hasta el momento, no se reportaron personas detenidas, aunque precisó que los responsables están siendo identificados mediante grabaciones de cámaras de seguridad y serán puestos a disposición de las autoridades judiciales. “Son delincuentes y van a ser tratados como tal”, afirmó el funcionario.
Como consecuencia de los disturbios, la ceremonia de premiación y la entrega del trofeo a Atlético Nacional tuvieron que ser suspendidas. Los incidentes empañaron una jornada que había congregado a más de 43 mil aficionados en un ambiente que, previo a los hechos, se desarrollaba entre banderas y cánticos.
Cabe señalar que en Colombia suele restringirse el ingreso de aficionados del equipo visitante en partidos de alto riesgo; sin embargo, en esta ocasión la alcaldía de Medellín permitió el acceso como un gesto orientado a promover la convivencia y la paz en el futbol.
Por su parte, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, condenó los hechos y calificó a los participantes en los enfrentamientos como “criminales” y “desadaptados”. De acuerdo con investigaciones independientes, la violencia asociada al futbol en Colombia ha dejado al menos 150 aficionados asesinados, ante la ausencia de cifras oficiales consolidadas.
