Cultura

Muestra en Bellas Artes recorre más de 50 años de creación surrealista de Alan Glass

El nombre de la obra El sorprendente hallazgo, que se exhibe en el Museo de Arte Moderno de París, se retomó para el título de la exposición retrospectiva Alan Glass: Sorprendente hallazgo, de 125 piezas del artista surrealista de origen canadiense, radicado en México desde 1963, que será inaugurada el miércoles en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Sin embargo, la pieza en cuestión no estará presente.

De acuerdo con el coleccionista Carlos de Laborde-Noguez, amigo cercano de Glass (1932-2023), los dibujos, cuadros, pinturas invisibles y cajas-objeto incluidos en la muestra provienen de su casa, así como del taller del artista y de coleccionistas locales. No se trajo ninguna obra del extranjero. Glass estaba ilusionado con la exhibición que fue confirmada justo antes de fallecer, el 16 de enero del año pasado.

A un siglo del surrealismo

Para Sorprendente hallazgo, que coincide con los 100 años del Manifiesto Surrealista, se realizó una revisión de la vasta producción artística de más de cinco décadas de Glass, quien fue uno de los últimos artistas extranjeros vinculados con el movimiento fundado por André Breton que eligieron México como país de residencia. Encontró en la cultura local una fuente inagotable de inspiración material y espiritual.

Después de iniciar sus estudios de arte en su ciudad natal, Montreal, Glass se trasladó a París en 1953, donde se conectó con el movimiento surrealista. Una calavera de azúcar, vista en la casa de Aube, hija de Breton, lo atrajo a México. En 1961 realizó su primer viaje al país, y en 1963 se instaló definitivamente en la capital.

El artista es conocido por sus cajas-objeto. En sus composiciones, Glass arma y encapsula cosas cotidianas, como botones, guantes, mechones de cabello, muñecos, conchas de mar o pedazos de tela, muchas encontradas al azar, para transformarlas en piezas fascinantes y enigmáticas. La muestra incluye desde sus dibujos automatistas creados en París, inéditos, hasta una amplia representación de sus objetos surrealistas más icónicos.

Dichas obras contienen referencias biográficas del artista, así como alusiones a personajes claves con los que Glass se relacionó, integrando elementos personales y culturales en composiciones que trascienden lo tangible.

El artista Alan Glass en su estudio, captado por Tufic Mahlouf Akl. Foto tomada del sitio web del Museo del Palacio de Bellas Artes

con información de https://www.jornada.com.mx/

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