Biotecnología azul: la ciencia que encuentra en el mar las soluciones que necesitamos sobre la tierra
Ciudad de México 28 de diciembre de 2025.-La biotecnología azul permite descubrir las riquezas que se esconden los ecosistemas acuáticos, organismos que sirven para obtener fármacos, alimentos, cosméticos o biocombustibles. Además, estos hábitas pueden servir para capturar y almacenar grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2).
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Se puede sacar partido, por ejemplo, a la capacidad de ecosistemas como manglares, marismas y praderas marinas para capturar y almacenar grandes cantidades de carbono. Es lo que conocemos como carbono azul.
La vida bajo la superficie marina nos regala un punto de vista diferente. Uno lleno de colores, formas y seres que no existen en tierra firme. Pero en realidad esconde mucho más. Cada año, biólogos marinos y submarinistas profesionales se sumergen en aguas de diferentes puntos del mundo no para disfrutar de sus riquezas, sino para buscar aquellas que aún no conocemos.
De sus inmersiones regresan con pequeñas muestras de organismos que son la base de la biotecnología azul, aquella que saca partido de la biología acuática para obtener nuevos medicamentos, alimentos, cosméticos, biocombustibles o soluciones para hacer frente al cambio climático y otros problemas medioambientales, entre otras aplicaciones. Aunque también se conoce como biotecnología marina, no solo se limita a los recursos biológicos de océanos y mares, también a los de ecosistemas de agua dulce como ríos, lagos o embalses.
La biotecnología azul se presenta hoy como una ciencia muy interesante para crear nuevos productos y servicios y sacarlos al mercado. Su desarrollo permite ampliar el horizonte de la biotecnología y descubrir las riquezas que se esconden en los rincones más desconocidos de nuestro planeta.
Biotecnología azul: la ciencia que encuentra en el mar las soluciones que necesitamos sobre la tierra
El estudio de la última frontera
“En los años ochenta, la selva amazónica era un lugar por descubrir. Desde entonces, con mejores o peores resultados para la biodiversidad del planeta y para los que vienen allí, dio inicio una investigación que permitió encontrar cosas nuevas y que ha marcado la evolución de los últimos 30 o 40 años. Hoy, esta frontera la encontramos en el mar”, señala Jerónimo Chirivella Martorell, coordinador académico y profesor del máster conjunto Erasmus Mundus en Biotecnología Marina coordinado por la Universidad Católica de Valencia.
“El mar siempre ha estado ahí y hemos utilizado sus recursos. Pero en los últimos años nos hemos dado cuenta de que el mar no es solo lo que está en la superficie y de que hay muchos aspectos que desconocemos de sus profundidades”, añade Chirivella para explicar las nuevas posibilidades y oportunidades que ofrece la biotecnología azul o marina, la actividad científica y empresarial que busca nuevos recursos en el mar para aplicarlos en el campo biotecnológico.
Tal y como explica el profesor, en estas profundidades viven organismos adaptados a unas condiciones muy diferentes a las que tenemos en tierra. Unas condiciones que son también muy específicas y que pueden compararse a las que se utilizan en algunos procesos industriales.
“Imaginemos, por ejemplo, organismos, como bacterias, que viven a 5.000 metros de profundidad, al lado de una fumarola de un volcán submarino, con una presión altísima y a mucha temperatura. Son condiciones que no vemos en la naturaleza sobre la tierra, pero que sí pueden darse en algunos procesos industriales”, expone. Su estudio puede servir para entender o incluso para dar forma a nuevos métodos y procesos con multitud de aplicaciones diferentes.
De la medicina a alimentación: aplicaciones de la biotecnología azul
La primera aplicación que se suele mencionar al analizar el potencial de la biotecnología azul es el de la medicina. Y no es para menos. El primer medicamento antitumoral desarrollado en España, por ejemplo, se basa en las propiedades de un organismo marino.
Tal y como explican desde PharmaMar, la empresa que lo hizo posible y que lleva más de tres décadas desarrollando medicamentos novedosos de origen marino contra el cáncer, el fármaco (que recibe el nombre de Yondelis) contiene un compuesto sintético obtenido de la ascidia colonial ‘ecteinascidia turbinata’. Este organismo puede encontrarse en arrecifes, pilotes, raíces de mangles y otras superficies duras de aguas poco profundas del mar Caribe y del mar Mediterráneo.
Las aplicaciones de la biotecnología marina son importantes también en el sector de la alimentación. “Llevamos miles de años comiendo animales terrestres, pero del mar apenas hemos comido lo que pescamos y, en algunos países del extremo oriente, algunas algas. Existe un montón de recursos que no sabemos si podemos utilizar o no como fuente de alimento”, señala Chirivella.
Un ejemplo de empresa que da forma a nuevos tipos de alimentos a partir de recursos marinos es la Compañía Española de Algas Marinas (CEAMSA). De sus laboratorios salen ingredientes que se utilizan en productos de bollería, quesos o gominolas (que también pueden tener una utilidad médica).
En Colombia, una investigación liderada por Diana Marcela Vinchira, doctora en Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia, concluyó que una serie de microorganismos propios de arrecifes del mar Caribe pueden resultar clave para combatir plagas de cultivos del tomate y del plátano.
