María Corina Machado: “El de Maduro no es un gobierno que se alía con los cárteles, sino que los cárteles son el gobierno”
Ciudad de México 24 de mayo de 2025.- María Corina Machado lleva más de diez meses en la clandestinidad por la persecución del régimen de Nicolás Maduro. Diez meses de lucha incansable por lograr la libertad de Venezuela en medio de constantes atropellos a los derechos humanos, amenazas, secuestros, y detenciones arbitrarias por parte de la dictadura chavista.
En ese contexto, y apenas unas horas después del secuestro de Juan Pablo Guanipa y de cerca de 50 colaboradores de su equipo de trabajo, la líder opositora venezolano brindó una entrevista a Infobae en la que habló de la situación del país a casi un año de aquel histórico 28 de julio en el que el régimen, a pesar de haber cometido todo tipo de irregularidades y de haber adjudicado la victoria a Maduro, quedó expuesto como nunca antes luego de que la oposición lograra certificar con actas en mano el arrollador triunfo de Edmundo González Urrutia, quien hoy es reconocido como presidente legítimo de Venezuela por decenas de países de la comunidad internacional.
La líder de Vente Venezuela (VV) sostuvo que los actos de represión y persecución del régimen buscan castigar y amedrentar a quienes defienden el derecho de los venezolanos a la libertad y se oponen a la farsa electoral convocada por el régimen para este domingo, cuando se desarrollarán comicios regionales. Según la dirigente opositora, se trata de una muestra de un régimen en “fase terminal” que recurre al terror como único recurso de control.
Machado vinculó directamente la reciente ola de secuestros con la llamada “Operación Guacamaya”, una acción que logró la liberación de los opositores secuestrados en la embajada argentina en Caracas que dejó en evidencia la debilidad del aparato de seguridad de la dictadura: “La represión es el último anillo que le queda a Maduro”.
La líder opositora expresó su admiración personal por Guanipa, a quien describió como un político íntegro y comprometido con la lucha democrática, y calificó su secuestro como “un acto de terrorismo de Estado”. En ese sentido, reconoció que ella también corre el riesgo de ser detenida por las fuerzas de seguridad del régimen, pero reiteró su compromiso de continuar en Venezuela para lograr el ansiado cambio político.
Machado también destacó el papel de Estados Unidos y otros actores internacionales para hacer frente a “la estructura criminal” del régimen de Maduro que pone en riesgo la seguridad hemisférica. Aseguró que el flujo de drogas, la alianza con actores como Irán y Hezbollah, y el uso de la migración como herramienta de desestabilización, son parte de una estrategia deliberada de la dictadura: “El de Maduro no es un gobierno que se alía con los cárteles, sino que los cárteles son el gobierno”.
Sobre las elecciones previstas para el domingo, Machado denunció un sistema electoral manipulado en el que el régimen decide “quién vota, quién es candidato y quién gana”, pero anticipó una gran “derrota” del chavismo, producto de la abstención que se verá durante la jornada electoral, ya que los venezolanos ya se expresaron el 28 de julio.
Finalmente, reclamó mayor celeridad a la Corte Penal Internacional (CPI) en las investigaciones sobre los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura chavista: “Es inconcebible la lentitud que hay en el caso de Venezuela”.
-Quisiera empezar hablando del reciente secuestro de Juan Pablo Guanipa y otros de tus colaboradores. ¿Sabe algo de ellos?
-Lo más dramático es que no sabemos ni siquiera cuántos son. Cada hora que pasa tenemos una noticia de otro desaparecido, otro compañero secuestrado. Algunos, simplemente personas que estaban haciendo vidas normales, activistas sin mayor involucramiento en actividades políticas, que van y los sacan arrastrados de sus casas o de sus trabajos. Otros, grandes líderes como Juan Pablo Guanipa, que tenía 10 meses bajo resguardo igual que yo. Se trata de seres humanos extraordinarios; dirigentes políticos muy valientes que están siendo castigados y perseguidos porque defienden la verdad, el derecho de los venezolanos a ser libres y el mandato del 28 de julio. Son personas que no han claudicado ante la pretensión del régimen de imponer una farsa este domingo, y quieren aterrorizar a un país. Sin embargo, algo les debe quedar muy claro. Cuando un hombre de la calidad ética y el coraje de Juan Pablo se despide de nosotros, porque como viste ha dejado un mensaje pidiendo que luchemos con más fuerza, que nada ha sido en vano… Yo he hablado muchísimo con él en estos días y compartimos esa conciencia. Es decir, en cualquier momento nos pueden detener, pero por supuesto que esto valió la pena. Esto que nadie lo dude, es una demostración de un régimen que está en una fase terminal, que lo único que le queda es el terror, la represión y que ha sido demostrada su vulnerabilidad, una falla monumental con la operación de rescate de nuestros rehenes en la embajada argentina. Actúan con desesperación, y eso, obviamente, los hace muy peligrosos.
-Como bien señala, el régimen quedó muy expuesto por la Operación Guacamaya. ¿Los secuestros de este viernes los vincula a eso, o a las elecciones que convocó el chavismo para este domingo?
-Creo que tiene todo que ver. El régimen quedó absolutamente descolocado con la Operación Guacamaya, y no hallaban cómo reaccionar. Esto no es exageración. La embajada de Argentina, bajo protección de Brasil, era el segundo edificio más resguardado de toda Venezuela después del Palacio de Miraflores, con anillos y anillos de seguridad. Todas las viviendas alrededor fueron tomadas, sacaron a la fuerza a sus dueños. Solamente quedaron la embajada de Rusia y la embajada de Norcorea. De resto eran todas viviendas privadas que fueron tomadas y allí se instalaron comandos con perros, con drones, con escuchas. Y bajo sus narices se logró esta operación de rescate. Obviamente quedaron expuestos, y entonces la reacción es tratar de simular coordinación y fortaleza cuando en el fondo lo que están demostrando es el terror que hoy existe dentro del régimen. Porque la represión es el último anillo que le queda a Maduro, y allí se demostró su profunda vulnerabilidad. Entonces, obviamente ellos han reaccionado con una cacería de brujas al interno, con todo tipo de disparates públicos contradiciéndose: un día dicen que fue una negociación, pero simultáneamente mandan a allanar las viviendas de los rehenes liberados. Es una cosa contradictoria, errática, muy mal pensada, porque al final la desesperación no es buena consejera. Creo que tiene que ver también con la posición firme de los Estados Unidos alrededor del tema de las licencias, una forma como de retaliación y por otra parte también frente a la inminencia de esa enorme derrota que va a tener el régimen este domingo. Derrota por el repudio y la desobediencia de la gente, al decirle “no te reconozco, no me obligas”.
-Si bien no hay muchos detalles de cómo se gestó esa operación, ¿se pueden esperar operaciones similares? ¿El régimen teme que eso pueda volver a ocurrir?
-No tengo dudas de que a eso le tienen muchísimo miedo. Jamás se lo imaginaron. Entonces, desde luego empiezan a correr toda suerte de rumores, de hipótesis, entre ellos mismos. Ellos no confían en nadie, unos en otros. Y muchas de las informaciones es que no duermen tranquilos, que cambian los lugares. Están obsesionados con lo que está pasando en el país.
-Después de lo que pasó hoy con Guanipa, ¿cómo está usted hoy? ¿Piensa que el objetivo final del régimen es su detención?
-Por encima de todo, Juan Pablo es mi amigo, mi compañero de lucha y mi hermano. Estamos en partidos políticos distintos, y hasta hace un tiempo yo le decía, “Juan Pablo, tú me caías malísimo”, y él me decía, “yo no te soportaba”. Cómo en estas circunstancias extremas uno aprende a conocer quién es quién… Para mí él es realmente un referente, un político de una convicción democrática absoluta. Ha tenido todo tipo de presiones. Incluso hace un año falleció su esposa; él es papá y mamá con cinco hijos y una nieta. Lo hablamos mucho en estos meses. Si una persona tenía toda la justificación para haber dicho, “llego hasta aquí, voy a ocuparme de mis hijos”, y haberse ido del país, era él. Y siempre me dijo, “yo no voy a dejar la lucha, no te voy a dejar sola, porque esto lo hago por ellos, por mis hijos”. Ese es Juan Pablo Guanipa. Hoy lo que tengo es una profunda indignación por la injusticia. Esto es un acto de terrorismo de estado. Las cosas hay que llamarlas por su nombre. Esto lo dijo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que no calificaba las prácticas de un régimen en este hemisferio de terrorismo de estado desde las dictaduras militares del siglo pasado. Es brutal lo que está ocurriendo. Y evidentemente, yo tengo clarísimo que ellos me están buscando desesperadamente. Yo estoy donde estoy convencida que tengo que estar, y donde yo siento que yo agrego más valor a la lucha. Si algo yo le quiero decir a los venezolanos es que tengan la seguridad de que no estamos solos, que no estamos esperando, que estamos actuando y avanzando. Ese es mi mensaje fundamental a todos los venezolanos, y yo diría, a todos los americanos, porque lo que hoy ocurre en Venezuela va a definir el futuro de esta región. El futuro de la democracia y la libertad en esta región, porque sabemos que Maduro ha convertido a Venezuela en el hub -centro- del crimen organizado con el propósito de desestabilizar desde Argentina hasta Canadá.
-Funcionarios norteamericanos han revelado contactos con usted, con la oposición venezolana, pero también con el chavismo sobre ciertos temas puntuales. ¿Cómo ve el compromiso del gobierno de Donald Trump, que por ejemplo en los últimos días ratificó la eliminación de las licencias de Chevron en Venezuela?.
-Inequívoco. Y yo sé que hay muchas personas que tratan de sembrar dudas. Pero el presidente Trump ha sido un aliado inquebrantable de la causa por la democracia y la libertad en su primer gobierno y en la actual administración. Le duele la democracia y la libertad y el bienestar de los venezolanos. Pero también por la seguridad nacional de los Estados Unidos. Lo que existe en Venezuela no es una dictadura convencional, estamos hablando de una estructura criminal cuya cabeza es Nicolás Maduro. Obviamente también Diosdado Cabello y otros que la justicia internacional tiene perfectamente identificados. Venezuela se ha convertido en el tránsito de prácticamente toda la droga que se produce en Colombia, que va a Europa, al Caribe, y a Estados Unidos. Ya Venezuela hoy produce droga, produce cocaína. Ha abierto las puertas del territorio de América Latina a agentes de Irán, de Rusia, de Hezbollah, y que son aliados de Maduro y su régimen. Esto no es solo un tema de derechos humanos y de consideraciones éticas humanitarias. Ni siquiera es un tema de democracia, que sin duda es prioritario para este hemisferio. Es un tema de seguridad de cada uno de los gobiernos. La migración es un arma de estos regímenes; ellos buscan que la gente se vaya por muchas razones, no solamente como un mecanismo de desestabilización regional. Pero estamos en un punto como nunca antes hemos estado. Aquí todos los vectores se han alineado por primera vez. Hoy en día el 90% del país está en contra de Maduro. En segundo lugar, hay un liderazgo legítimo con respaldo popular que ha aglutinado a toda la oposición. En tercer lugar, nunca este régimen ha estado tan aislado internacionalmente, calificado como criminal por el fact finding mission de las Naciones Unidas, hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pasando por Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la OEA, etcétera. Por otra parte, ¿quiénes eran los aliados históricos de este régimen? Rusia, Irán, Siria, China, que iban y le metían el hombro cada vez que el régimen tenía problemas. ¿Cómo están hoy? ¿Tú crees que alguno de estos países está dispuesto o en capacidad de darle apoyo económico a Maduro? No tiene ni un centavo. Primero porque están en una situación económica compleja. Y en segundo lugar, porque están en el medio de muy complejas y delicadas negociaciones con el gobierno de los Estados Unidos y no las van a poner en riesgo por un régimen que ellos saben que está en una etapa terminal. Adicionalmente a eso, hay otras dos cosas. Uno, la situación económica en Venezuela. Llevamos seis meses con una inflación de tres dígitos; antes que siquiera se anunciara la eliminación de las licencias. Y por último, la decisión firme de Estados Unidos de restringir el acceso a fondos que financian a una estructura criminal por la vía de la eliminación de las licencias, que es culpa de Maduro. Él violó un acuerdo que había firmado y las consecuencias eran claras, y ahora está pagando las consecuencias. Si tú le empiezas a cortar el flujo de fondos a toda estructura criminal, desde un cartel de la droga hasta hasta una red estilo el Tren de Aragua, empiezan a colapsar, a fracturarse, a enfrentarse. Y eso es lo que está ya empezando a ocurrir aquí.
-Maduro también perdió el respaldo de viejos aliados como Petro en Colombia y Lula en Brasil…
-Ninguno lo ha reconocido. No hay una democracia en el mundo, ni de izquierda ni de derecha, que haya reconocido a Maduro y la farsa que montó. Porque al final es un tema pragmático. Políticamente, en términos de política interna, es costosísimo que te asocien con Maduro. Y ningún político con dos dedos de frente va a arriesgar eso. Esto dejó de ser un tema ideológico, cuando tú ves lo que está ocurriendo en América Latina: tienes desde Javier Milei en Argentina, que es uno de nuestros principales aliados y amigos, hasta un Gabriel Boric, que acaban de presentarse su canciller y el fiscal general con las pruebas en la Corte Penal Internacional que demuestra que el teniente Ronald Ojeda, asesinado el 21 de febrero del 2024 en Santiago de Chile, fue ejecutado por el Tren de Aragua bajo órdenes de los más altos elementos del régimen de Maduro. Y esa evidencia se llevó a la Corte Penal Internacional. Aquí no estamos hablando de un tema de izquierdas o derechas, estamos hablando del crimen organizado que está en el poder en Venezuela. Esto no es un gobierno que se alía con los carteles, sino que los carteles son el gobierno. Hay costos brutales como el que estamos viviendo hoy, no solamente con la detención de Juan Pablo, son más de 50 personas, compañeros que han sido detenidos en estas últimas horas. Entonces, ¿qué va a hacer la comunidad internacional? Tienen que hacer mucho más. Esto no es un tema retórico, esto es un tema de acciones frente a una estructura criminal.
-¿Esto convierte al régimen de Maduro en el principal factor de desestabilización de la seguridad hemisférica?
-Así es. No es solo esa estructura del Tren de Aragua, hay muchas otras. Lo que está claro es que están todas coordinadas desde el centro de operaciones, que es el régimen de Maduro. Y para tú desmontarlas tiene que haber una estrategia bilateral. No lo puedes hacer solo desde fuera. Es como lo que está ocurriendo en Colombia. La guerrilla, que fue combatida desde Colombia, consiguió un santuario en Venezuela, donde se fortaleció aliada con el régimen de Chávez y de Maduro. Y mira lo que ahora está ocurriendo: fortalecida en Venezuela, teniendo su retaguardia cuidada, segura, financiada. Entonces ahora están arremetiendo nuevamente hacia Colombia con todos los horrores que estamos viendo en una frontera enorme que se ha convertido en una zona gris. Tremendamente peligroso para Colombia también. Por eso yo siempre les he dicho a los colombianos, que no habrá paz en Colombia mientras no exista democracia y libertad en Venezuela. Y esto aplica más allá de Colombia y Venezuela; esto aplica para toda la región. Una estructura criminal hay que enfrentarla con la ley. Muchos gobiernos del mundo, incluyendo algunos de América Latina, el propio Estados Unidos, Europa, tienen mucha información sobre las estructuras, las redes de financiamiento, las rutas, testaferros, que además viven en muchos de estos países… Y buena parte de esa información no se ha hecho pública nunca, y eso es inconcebible, porque al final protege al régimen. Esta estructura se hace insostenible financieramente, económicamente, socialmente, incluso militarmente. Entonces, cuando tú ves la inminencia del colapso de un sistema, quienes quedaban empiezan a buscar salvavidas. Y eso es parte de lo que estamos viendo ahora, por eso el régimen comienza a actuar de esa manera tan brutal, tan desproporcionada, porque yo creo que además son mensajes a su propia gente.
-Este domingo se va a llevar a cabo una nueva farsa electoral. Más allá de las reiteradas irregularidades del régimen para volver a celebrar unos comicios a su medida, hubo mucha polémica por la participación de ciertos dirigentes de oposición. ¿Qué debemos esperar para este domingo, y cabe algún mensaje para esos opositores en este momento después del secuestro de Guanipa?
-Es difícil. Cuando fuimos a las elecciones del 28 de julio, nosotros sabíamos que eran unas condiciones que ustedes jamás aceptarían, ni los argentinos, ni los brasileros, ni los colombianos, ni los americanos, ni los europeos. Nosotros entendimos que era una oportunidad de derrotarlos con sus propias reglas y de sorprenderlos. Nosotros no fuimos con ingenuidad. Ingenuidad hubiera sido simplemente encomendarnos y actuar como haces tú cuando enfrentas una campaña en democracia. Tener tus equipos, tus testigos. Pero no, nosotros montamos una legión de más de un millón de voluntarios formados, comunicados, con tareas específicas, auditados. Hicimos algo que no tiene precedente en la historia. Y los sorprendimos; no lo vieron venir. Muchísimo menos imaginaron que íbamos a ser capaces de recoger las actas y en 24 horas ponérsela en la cara para que el mundo entero las viera. Cuando eso ocurrió, el régimen dijo, “se acabó”. Quitaron absolutamente toda posibilidad de hacer nada. Hoy solamente participan los partidos que a ellos les dio la gana, se los quitaron a sus fundadores y directivos, y se lo entregaron a quienes a ellos les convenía que representaran esos partidos. Hoy ellos deciden quiénes pueden ser candidatos y quiénes no. Hay presos políticos a los cuales los han chantajeado, al decirles que si se inscriben como candidatos los liberan. Ellos deciden quién vota y quién no vota. Y por supuesto ellos van a decidir quién queda con el cargo, a quién se lo asignan, y a quién no. Por eso, mientras estamos hablando, no consiguen miembros de mesa, no consiguen testigos y están como locos buscándolos y obligándolos bajo amenazas. Y sino te meten preso. ¿Cómo se denomina un proceso así? Porque además es la degradación mayor que tú le puedes hacer a una institución sagrada, que es el voto. Que al final es la expresión de la soberanía popular, porque votar es un acto mecánico, lo sagrado para un demócrata es la soberanía popular. ¿Qué es lo que hoy estamos defendiendo nosotros? ¿Por qué estamos siendo perseguidos? ¿Por qué Juan Pablo hoy está preso, y 50 compañeros, más los otros 900 presos políticos? Porque estamos dispuestos a hacer lo que haya que hacer para hacer valer el mandato de la soberanía popular expresada el 28 de julio. Entonces, obviamente duele cuando tú ves personas en las que alguna vez confiaste, que sucumben por la razón que sea, yo no voy a especular ni voy a juzgar. Siento que ya el pueblo de Venezuela ha hecho su juicio y la historia será implacable con quien hace lo correcto, con quien hace lo incorrecto y con el que no hace nada.
-¿Cree que después del 28 de julio el chavismo va camino a establecer un sistema de partido único como en Cuba?
-No creo que haya gran diferencia entre eso y lo que hay hoy. Es más, para ellos es más rendidor quizás tener esto así, gente que se preste a hacerse pasar por oposición. Estos son los últimos coletazos de una era que se cierra, de un sistema que colapsó. No les queda nada, ya ni plata tienen. Les queda el miedo, sí. Ellos intentan sembrar el miedo, pero hoy tienen miedo. Yo duermo tranquila. Te aseguro que ellos no, porque se tienen miedo entre ellos.
-La última y le agradezco el tiempo. La OEA presentó días atrás un informe en el cual revela los mecanismos de represión que utiliza la dictadura para mantenerse en el poder, y durante la presentación remarcaron la necesidad de que la Corte Penal avance en la investigación sobre los crímenes de lesa humanidad en Venezuela. ¿Cómo sigue la causa? ¿Ve en un futuro a Maduro y a la cúpula del régimen rindiendo cuentas ante la justicia internacional?
-Yo veo que para los venezolanos es inconcebible la celeridad que vemos con algunos casos y la lentitud que hay en el caso de Venezuela, donde la evidencia es abrumadora y todo el mundo lo sabe. Yo sí creo que habrá decisiones de la Corte Penal Internacional. Pero ese es mi mensaje: la justicia tiene que ser oportuna para que sea justa. En este momento yo me pregunto si alguno de los crímenes que hoy, 23 de mayo, se han cometido, hubiesen tenido lugar si hubiese habido una decisión previa de la Corte Penal Internacional. No lo sé… Quizás se hubiera evitado, porque hubiera enviado un mensaje inequívoco de que va a haber responsabilidad a quienes cometan crímenes de lesa humanidad. De modo que si, yo envío un mensaje de enorme urgencia a los fiscales que han asumido la posición temporalmente que tenía el fiscal principal de la Corte Penal Internacional. La evidencia está allí. Ha pasado más tiempo del necesario y los venezolanos exigimos y necesitamos justicia, y que quienes están hoy siguiendo instrucciones de Maduro y Diosdado Cabello de cometer crímenes de lesa humanidad tengan un mensaje inequívoco que los haga inhibirse, y que este horror se detenga.
Con información de: Infobae