Párkinson: temblor, olfato, sueño y depresión como señales tempranas
Ciudad de México 19 de mayo de 2025.- La enfermedad de Parkinson, tradicionalmente asociada a síntomas motores como el temblor, la rigidez y la lentitud de movimientos, es en realidad un trastorno neurodegenerativo mucho más complejo.
Síntomas no motores como indicadores tempranos
Diversas investigaciones clínicas recientes han revelado que las manifestaciones no motoras —como la pérdida del olfato, los trastornos del sueño, las alteraciones gastrointestinales y la depresión— pueden preceder a los síntomas motores por años, e incluso décadas.
Especialistas del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) y de universidades internacionales como la Johns Hopkins University y la Universidad de Oxford han coincidido en que estos síntomas tempranos deben considerarse con mayor peso clínico para lograr un diagnóstico precoz.
Según los lineamientos más recientes de la International Parkinson and Movement Disorder Society (MDS), incorporar síntomas no motores en los criterios diagnósticos permite detectar la enfermedad en fases prodrómicas, antes de que aparezcan signos visibles del daño neurológico.
Olfato, sueño y depresión: claves del diagnóstico temprano
La anosmia (pérdida del olfato) es uno de los primeros y más consistentes síntomas. Estudios recientes han demostrado que hasta el 90% de los pacientes con párkinson experimentan una disminución significativa en la capacidad olfativa varios años antes del diagnóstico clínico (NIH, 2023).
Otra señal temprana es el trastorno de conducta del sueño REM (RBD), en el que la persona actúa físicamente sus sueños. Este fenómeno, según investigaciones publicadas en The Lancet Neurology, puede ser uno de los predictores más fiables del desarrollo futuro de enfermedades neurodegenerativas.
La depresión también está presente en un número significativo de pacientes antes de que se manifiesten los síntomas motores. Alteraciones en neurotransmisores como serotonina, dopamina y noradrenalina en áreas específicas del cerebro contribuyen al desarrollo de síntomas depresivos (Mayo Clinic Proceedings, 2022).
Importancia del diagnóstico oportuno en México
La Secretaría de Salud ha reiterado que una identificación oportuna de estos síntomas podría reducir significativamente el retraso diagnóstico, que actualmente varía entre dos y cinco años desde la aparición de las primeras señales.
En el 70-80% de los casos, el paciente llega a consulta con síntomas motores avanzados, lo cual limita el impacto de los tratamientos actuales, que son más efectivos en fases tempranas.
Entre los signos motores más conocidos del párkinson se encuentran el temblor en reposo, la bradicinesia, la rigidez muscular y la pérdida del movimiento de braceo al caminar.
Gastrointestinales y otros síntomas subestimados
En México, se estima que cerca de 150,000 personas viven con esta enfermedad, afectando al 1% de la población mayor de 60 años. La prevalencia se duplica en hombres en comparación con mujeres.
El dolor en articulaciones como hombros y codos ha sido reportado como síntoma inicial en un 30-40% de los casos, lo que ha llevado a diagnósticos erróneos y procedimientos innecesarios, según la Asociación Mexicana de Trastornos del Movimiento (AMTM).
El estreñimiento crónico puede preceder en varios años al diagnóstico. Investigaciones sugieren que la patología podría originarse en el intestino y propagarse al cerebro a través del nervio vago (Nature Reviews Neurology, 2021).
El uso de biomarcadores en sangre, estudios de imagen cerebral de alta resolución y pruebas olfativas simples podrían formar parte de una herramienta de detección temprana en poblaciones de riesgo.
Avances terapéuticos y necesidad de concientización
Los tratamientos actuales siguen centrados en el reemplazo de dopamina mediante fármacos como la levodopa y agonistas dopaminérgicos, pero se están desarrollando terapias neuroprotectoras y modificadoras del curso de la enfermedad.
En 2024, la FDA aprobó ensayos clínicos de fase 3 para un fármaco basado en anticuerpos monoclonales dirigidos a la alfa-sinucleína, proteína clave en la formación de cuerpos de Lewy.
Expertos hacen un llamado a aumentar la conciencia pública sobre las señales no motoras del párkinson y a capacitar al personal médico de primer contacto para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.
Con información de: Excelsior