Universidades concentran el supercómputo en México; IA impulsa demanda de mayor inversión
- Especialistas advierten presión para modernizar la infraestructura de alto rendimiento y ampliar su uso a humanidades, artes e industria.
Ciudad de México, 30 de diciembre del 2025.- El supercómputo en México se desarrolla principalmente en el ámbito público académico, donde universidades y centros de investigación concentran la mayor parte de la infraestructura de cómputo de alto rendimiento disponible en el país, estimada en entre 10 y 12 centros operativos.
Así lo señaló Lukas Nellen Filla, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien explicó que, si bien podrían existir sistemas similares en el sector privado, particularmente en instituciones bancarias, éstos responden a usos muy específicos y su información no es de dominio público.
Entre las instituciones que destacan por contar con centros de cómputo de alto desempeño se encuentran la UNAM, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT), la Universidad de Sonora, la Universidad de Guadalajara, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior.
De acuerdo con registros históricos, la primera supercomputadora instalada en México y en América Latina fue la Cray Y-P4/464, conocida como Sirio, que inició operaciones en noviembre de 1991 en la UNAM. A partir de entonces, la capacidad instalada y la demanda por cómputo de alto rendimiento han crecido de manera sostenida, acompañando la evolución de la investigación científica en el país.
La infraestructura se fortaleció con la incorporación de equipos como Berenice en 1997, Bakliz en 2003 y KanBalam en 2007, esta última con una capacidad de procesamiento que permitió a México ingresar al ranking TOP500 de supercomputadoras más potentes del mundo y posicionarse como líder regional en América Latina.
En 2013, la UNAM dio un nuevo salto tecnológico con la puesta en marcha de Miztli, una supercomputadora tipo clúster que superó ampliamente a su antecesora y que, tras una ampliación en 2017, alcanzó un rendimiento teórico de 228 teraflops. En paralelo, el Cinvestav desarrolló Abacus, consolidando la presencia de México en el ámbito del supercómputo académico regional.
Estas plataformas han sido utilizadas tanto en investigación básica como aplicada, con proyectos en áreas estratégicas como ciencias del mar, estudios climáticos, sismología, astronomía, química avanzada y farmacología. En años recientes, el auge de la inteligencia artificial ha ampliado el espectro de uso, incorporando disciplinas como la lingüística computacional.
No obstante, Nellen Filla subrayó que aún es necesario fomentar la participación de comunidades académicas no tradicionales, particularmente en las humanidades y las artes, así como extender las capacidades del supercómputo hacia el sector industrial. Al mismo tiempo, advirtió que la creciente demanda asociada a proyectos de inteligencia artificial ejerce una presión constante para modernizar y ampliar la infraestructura existente.
En este escenario, el especialista consideró que la eventual consolidación del proyecto Coatlicue, identificado como la próxima supercomputadora nacional, representaría una oportunidad estratégica para fortalecer la soberanía científica y tecnológica del país y afianzar la presencia de México en el TOP500 mundial.
