Mineros y sindicatos protestan en Bolivia contra eliminación del subsidio a combustibles
- El gobierno de Rodrigo Paz defiende la medida como necesaria para enfrentar la crisis económica, mientras la Central Obrera Boliviana impulsa un paro con movilizaciones parciales en el país.
La Paz, 23 de diciembre del 2025.- Una multitudinaria marcha de mineros colapsó ayer las principales calles del centro de La Paz, en el inicio de un paro obrero convocado para rechazar la eliminación del subsidio a los combustibles decretada por el nuevo gobierno del presidente boliviano Rodrigo Paz. De manera simultánea, se registraron protestas y bloqueos en otras regiones del país, aunque la medida no tuvo un impacto total en su primera jornada.
En la capital, la policía resguardó los accesos a la plaza Murillo, donde se ubica el Palacio de Gobierno, para impedir el ingreso de los manifestantes. En la vecina ciudad de El Alto, juntas vecinales bloquearon avenidas estratégicas, mientras que en seis de las nueve regiones se reportaron cortes carreteros, de acuerdo con la Administradora de Autopistas.
Dirigentes mineros advirtieron que las movilizaciones continuarán hasta lograr la derogación del decreto que elimina la subvención a los combustibles. Señalaron que la medida perjudica a los sectores populares y favorece a los grupos empresariales. En Cochabamba, sindicatos afines al ex presidente Evo Morales encabezaron una marcha masiva y bloquearon dos rutas troncales en el oriente del país.
El paro general fue convocado por la Central Obrera Boliviana (COB); sin embargo, su alcance fue limitado luego de que el gobierno lograra acuerdos con la mayoría de los sindicatos del transporte. En La Paz, el servicio de transporte público operó con normalidad, mientras que en Santa Cruz se reportó una reducción en el transporte urbano.
El presidente Rodrigo Paz, quien asumió el cargo el pasado 8 de noviembre, defendió la eliminación del subsidio —vigente por más de dos décadas— al señalar que su costo anual, estimado en 3 mil millones de dólares, agotó las reservas de divisas y profundizó la crisis económica más severa en Bolivia en los últimos 40 años, tras el declive de la industria de hidrocarburos.
“El país está enfermo y hay que sanarlo. La medida no tiene marcha atrás”, afirmó el mandatario, al subrayar que la subvención beneficiaba al contrabando y representaba un gasto diario de 10 millones de dólares.
Como parte de su estrategia económica, el gobierno decretó un aumento salarial de 20 por ciento que beneficiará a alrededor del 15 por ciento de la fuerza laboral formal, mantuvo los bonos sociales para adultos mayores y familias en situación de pobreza, y autorizó a los transportistas la importación de autopartes sin aranceles. Las medidas han sido respaldadas por los sectores empresariales y por el gobierno de Estados Unidos, en el marco del plan oficial para atraer inversiones y reactivar la economía.
