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Riesgos de la Pirotecnia: Un Peligro Subestimado.

La pirotecnia es una tradición profundamente arraigada en muchas celebraciones alrededor del mundo. Sin embargo, su uso implica riesgos significativos tanto para quienes la manipulan como para las personas que se encuentran cerca. A pesar de su aparente inocuidad como elemento festivo, los artefactos pirotécnicos combinan explosivos, combustibles y materiales altamente inflamables, lo que los convierte en una fuente potencial de accidentes graves si no se manejan con extremo cuidado.
Uno de los principales riesgos asociados a la pirotecnia son las quemaduras, que pueden variar desde lesiones leves hasta heridas profundas que requieren atención médica especializada. Estas quemaduras suelen ocurrir por la explosión prematura del artefacto, el mal encendido o la manipulación inadecuada por parte de personas sin experiencia. Los niños, por su curiosidad y falta de precaución, se encuentran entre los más vulnerables.
Otro riesgo considerable es el daño auditivo. Las detonaciones producidas por ciertos petardos pueden alcanzar niveles de sonido que superan los límites seguros para el oído humano. La exposición cercana puede generar pérdida auditiva temporal o permanente, así como tinnitus. Este riesgo aumenta cuando se detonan artefactos en espacios cerrados o rodeados de estructuras que amplifican el sonido.
La pirotecnia también puede causar incendios, especialmente cuando se utiliza en zonas secas o cerca de materiales inflamables. Un cohete mal dirigido puede iniciar un fuego en viviendas, áreas forestales o vehículos, poniendo en riesgo la vida de personas y animales, además de ocasionar pérdidas materiales importantes.
En el ámbito ambiental, el uso masivo de fuegos artificiales contribuye a la contaminación del aire debido a la liberación de partículas tóxicas y metales pesados, los cuales pueden afectar la calidad del aire y causar problemas respiratorios en personas sensibles. Asimismo, el ruido excesivo afecta a animales domésticos y silvestres, generando estrés severo e incluso desorientación.
Finalmente, los riesgos aumentan considerablemente cuando la pirotecnia se fabrica o comercializa de manera informal, sin controles de calidad ni garantías de seguridad. Por ello, es fundamental adquirir estos productos en establecimientos regulados y seguir siempre las recomendaciones de uso.
En conclusión, aunque la pirotecnia puede ser un elemento festivo atractivo, su utilización implica peligros reales. La prevención, la información y la responsabilidad son clave para reducir accidentes y disfrutar de las celebraciones de manera segura.
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