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La UAM, nueve años de rescate en la Laguna La Piedad

Ciudad de México, 12 de noviembre de 2025.- En un esfuerzo sin precedentes por vincular la academia con la transformación territorial, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) movilizó el 5 de noviembre a más de 200 estudiantes y docentes de las Unidades Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco hacia la Laguna de La Piedad, en Cuautitlán Izcalli. La jornada tuvo como eje la conservación de aves y el fortalecimiento de la gobernanza ambiental.

“La Universidad lleva nueve años realizando distintos esfuerzos para apoyar con conocimiento científico e integrar los saberes comunitarios en el rescate de la Laguna de La Piedad”, señaló la doctora Fabiola Sosa Rodríguez, jefa del Área de Crecimiento y Medio Ambiente del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco de la UAM.

Este cuerpo de agua, parte de la Cuenca de México, está conectado con la Presa de Guadalupe y los ríos Cuautitlán, Zumpango y Tula. Limpiarlo es esencial para mejorar la calidad del agua de uno de los ríos más contaminados del país.

“Sanear el río Tula implica atender la calidad del agua desde la parte alta de la cuenca y sus afluentes. Por eso, la Laguna La Piedad forma parte de un proyecto prioritario para el Gobierno de México”, explicó la académica. También destacó su potencial como fuente alternativa de abastecimiento para municipios del Estado de México y la Ciudad de México, una vez concluida su restauración ambiental.

La laguna funciona como laboratorio vivo para estudiar temas como la mitigación de emisiones de metano y la eficiencia de las soluciones basadas en la naturaleza (SbN). “Cada disciplina aporta conocimientos en esta intervención. Buscamos medir la eficacia de las SbN en la remoción de contaminantes para fortalecer la toma de decisiones en la restauración de los ríos más contaminados”, agregó Sosa Rodríguez.

La falta de normatividad sobre contaminantes emergentes es un reto para la salud pública. “Estos compuestos no se incluyen en la NOM-127, aunque su regulación es una prioridad nacional”, advirtió.

Durante nueve años, la comunidad local ha participado de forma activa en el proyecto, ofreciendo retroalimentación sobre aspectos ambientales, sociales, políticos y económicos del territorio. “El principio central es demostrar que la UAM cumple un papel clave al transferir conocimiento científico y atender la crisis del agua”, puntualizó.

Las salidas se realizan cada trimestre según los requerimientos de cada disciplina. En esta ocasión participaron 202 personas que continuaron las labores de rescate y conservación.

Desde 2023, la UAM integra la EPIC Network, alianza internacional financiada por la ONU que promueve la participación universitaria en la atención de problemas prioritarios. En este caso, el rescate de un cuerpo de agua capaz de abastecer a 1.2 millones de personas.

“El modelo EPIC crea redes de colaboración entre universidades y comunidades para que la academia asuma un papel activo en los procesos de transformación”, explicó Sosa Rodríguez. El modelo articula docencia, investigación y divulgación, permitiendo que el alumnado aplique lo aprendido en campo, refuerce su formación profesional y trabaje de forma transdisciplinaria.

Aves como eje de conservación

El proyecto busca detonar iniciativas económicas sustentadas en la conservación de aves. El alumnado recibió capacitación sobre comportamiento y procesos de preservación de especies. Participan arquitectos, diseñadores, abogados, sociólogos, economistas, administradores, ingenieros químicos, ambientales e hidráulicos, así como especialistas en producción animal. Cada disciplina aporta conocimientos específicos.

Los arquitectos diseñarán estructuras para el avistamiento; los diseñadores desarrollarán señalética con códigos QR que reproduzcan cantos de aves; los abogados revisarán disposiciones legales para su protección, y los sociólogos realizarán entrevistas sobre la percepción ciudadana de la laguna.

Economistas elaborarán propuestas de cooperativas ecoturísticas; ingenieros analizarán la calidad del agua, e hidrobiólogos y especialistas en producción animal diseñarán humedales. “Todas las disciplinas aportan elementos para comprender los problemas y generar soluciones”, subrayó Sosa Rodríguez.

Concurso de fotografía de aves

Como parte del proyecto se organiza el Concurso de Fotografía de Aves de la Laguna La Piedad, antecedido por un curso de avistamiento impartido por el Programa de Aves Urbanas de Cuautitlán Izcalli.

“Invitamos a todo el alumnado de la UAM a capturar imágenes de aves en la laguna; un jurado especializado elegirá las mejores fotografías”, explicó la doctora.

El concurso recibirá obras hasta el 17 de noviembre, y los resultados se anunciarán el 27 de noviembre. Las imágenes deberán corresponder a alguna de las 102 especies documentadas, entre ellas migratorias y permanentes. Destaca el pato mexicano, especie endémica en peligro de extinción e incluida en la NOM-059.

La experiencia en la laguna consolida un modelo educativo que vincula a la Universidad con los territorios mediante investigación aplicada, docencia transdisciplinaria y divulgación científica. Además, fortalece la formación profesional del alumnado y genera insumos para debates internacionales sobre contaminantes emergentes, SbN y saneamiento de cuerpos de agua.

La Laguna de La Piedad se ha convertido en un laboratorio vivo donde convergen saberes, disciplinas y actores sociales, y demuestra que la Universidad puede ser un agente esencial en la construcción de soluciones reales ante los desafíos socioambientales del país.

Con información de: UNAM

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