Noticias Generales

Crecimiento exponencial de la población de 60 años y más, asegura Verónica Montes de Oca

Ciudad de México, 03 de noviembre de 2025.- La población de 60 años y más está creciendo rápido: cada vez más seres humanos alcanzan vidas prolongadas. Hablamos de aproximadamente 17 millones de personas adultas mayores que representan 12.8 por ciento de la población total de México, y que se distribuyen en el territorio de manera heterogénea.

Así lo indicó la coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez de la UNAM, Verónica Montes de Oca Zavala, quien agregó:

La expectativa de vida al nacer se ha duplicado en los países desarrollados en los últimos 150 años, pero también en aquellos con menos recursos. Es la primera vez en la historia de la humanidad que somos tan longevos. “Este es el momento en que más generaciones conviven juntas”.

Se estima que para 2030, 20 por ciento de la población en la Ciudad de México y el Estado de México serán personas mayores. “Eso es sumamente relevante”, opinó la universitaria

Uno de los retos que plantea el envejecimiento en México, manifestó, es la seguridad económica porque en nuestra nación la social ha sido privatizada, y los ahorros de los trabajadores pasaron a manos de empresas particulares que cobran comisión y medran ese capital.

Otro es el de la atención médica porque, aunque ha aumentado el número de geriatras, no existe una cultura de prevención. Se genera mayor demanda de los servicios de salud, que muchas veces no están en condiciones de atender, con una perspectiva de derechos humanos a la población que envejece.

Este es un proceso biológico determinado por condicionantes sociales que no debe ser violento ni atentar con la historia e identidad de las personas. Idealmente tiene que mantener la dignidad y promover el bienestar; sin embargo, muchas veces la vejez es planteada como una muerte simbólica.

Se tiende a patologizar esta etapa, señaló la experta. Se niegan o ignoran los dolores del cuerpo y las enfermedades como resultado de explotación y desigualdad; también se invisibilizan las injusticias y violencias sociales y estructurales que sufren; se les infantiliza y se les restringen sus derechos a la autonomía y la dignidad.

¿Qué sucede en México?

En nuestra nación, expresó, al menos 16 por ciento de las personas adultas mayores se encuentra en una situación de abandono o sufre alguna clase de maltrato.

Enfrentan exclusión laboral al no ser consideradas productivas, lo cual lleva a su vulnerabilidad económica. Además, hay una percepción de “carga social”, una semiótica que impone una visión violatoria de los derechos humanos, añadió.

Pueden vivir aislamiento domiciliario y soledad como consecuencia de enfermedades. Hay problemas con la estadística, por ejemplo en feminicidios de mujeres mayores, el fenómeno “se desvanece”.

La dignificación desde el discurso, las políticas y las garantías fundamentales es esencial para que la justicia llegue a todos los niveles de la sociedad, aclaró la experta al participar en el Seminario permanente de bioética, realizado a distancia.

La también investigadora titular del Instituto de Investigaciones Sociales se refirió a Bioética y vejez: violencias y precariedad de vida en adultos mayores, donde señaló que invisibilizamos al sector más amplio de la población mayor, que son las mujeres. “Hay una feminización del envejecimiento: ellas tienen una esperanza de vida más alta y predominan en edades longevas”.

Al hablar del envejecimiento en América Latina y el Caribe, apuntó que ahí hay una heterogeneidad de la transición demográfica. No toda la región envejece al mismo ritmo. “Tenemos naciones donde la esperanza de vida es limitada: a menor desarrollo, menor envejecimiento y esperanza de vida”. Haití es el país del continente con la esperanza de vida más baja.

Para dignificar la vejez, dijo Verónica Montes de Oca, se requiere respeto, buscar soluciones que promuevan el alivio del sufrimiento, asegurar derechos como acceso a la salud, vivienda y seguridad, reconocimiento de la singularidad y el trayecto de vida, cambio de narrativa sobre el envejecimiento, y respeto a la autonomía y toma de decisiones.

En el aspecto de bioética, la especialista externó que hay temas valiosos como la muerte digna como posible solución al sufrimiento. “El enfoque de la bioética personalista ontogénicamente fundamentada subraya que la dignidad y la vida humana son principios innegociables que deben guiar todas las decisiones”.

Es importante tener diálogos y abrir el espacio de conversación, pero asegurando la lucha contra las vulnerabilidades estructurales y simbólicas que viven los seres humanos en el proceso de envejecimiento. Y cambiar las narrativas sobre la vejez: no todo es precariedad o enfermedad.

Hay personas mayores a cargo de albergues para perros abandonados, que cuidan los bosques comunales en Oaxaca, o que tienen bancos de semillas, entre otras, destacó.

Con información de: UNAM

Botón volver arriba