Día Mundial de la Alimentación 2025: el mundo redobla esfuerzos hacia el Hambre Cero
Ciudad de México, 16 de octubre del 2025.- El 16 de octubre de 2025 se celebra el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que este año adquiere un significado especial al coincidir con el 80.º aniversario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En esta jornada, la comunidad internacional hace un llamado a la unión global para construir un futuro pacífico, sostenible y seguro en materia alimentaria. Gobiernos, organizaciones, empresas y comunidades trabajan de la mano para transformar los sistemas agroalimentarios y garantizar que todas las personas accedan a dietas saludables en armonía con el planeta.
Con un tono de esperanza, líderes y expertos destacan los avances logrados y renuevan compromisos colectivos en torno al Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre Cero.
Hambre mundial en cifras: leve descenso, pero desafíos persistentes
El informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2025 muestra que la proporción de la población global afectada por el hambre se redujo por segundo año consecutivo. En 2024, cerca del 8.2% de la población mundial unos 673,000,000 de personas padecieron subalimentación crónica, una cifra menor al 8.5% de 2023. Esta reducción de 15,000,000 de personas representa un giro alentador tras los años más duros marcados por la pandemia, los conflictos y las crisis económicas.
Sin embargo, los niveles de hambre siguen siendo más altos que antes de 2020. La inflación alimentaria, el cambio climático y la desigualdad económica han frenado el progreso. Se estima que 2,300 millones de personas enfrentaron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2024, apenas una mejora respecto al año anterior y todavía 335,000,000 más que antes de la pandemia.
Regiones más afectadas: contrastes entre avances y retos
Los promedios globales esconden profundas diferencias regionales. En Asia meridional y América Latina se han registrado avances notables: la prevalencia de la subalimentación en Asia bajó de 7.9% en 2022 a 6.7% en 2024, mientras que América Latina y el Caribe redujeron sus cifras al 5.1%. Estas mejoras reflejan políticas sociales activas, recuperación económica y programas de nutrición focalizados.
En contraste, África sigue siendo la región más afectada. En 2024, más del 20% de su población, 307,000,000 de personas padecieron hambre, impulsado por conflictos prolongados, crisis económicas y sequías. En Asia occidental, más del 12% de la población continúa en situación de subalimentación, principalmente en países golpeados por guerras o emergencias humanitarias.
De mantenerse las tendencias actuales, Naciones Unidas estima que cerca de 512,000,000 de personas podrían seguir padeciendo hambre en 2030, el 60% de ellas en África. El reto global del hambre persiste, pero las mejoras en Asia y América Latina demuestran que el cambio es posible con políticas adecuadas, cooperación y voluntad política.
Logros y avances que inspiran esperanza
La leve disminución del número de personas con hambre es una señal de que las acciones emprendidas están surtiendo efecto. América Latina ha retomado la senda del progreso mediante programas de agricultura familiar, comedores escolares y políticas inclusivas.
También hay avances en nutrición infantil: la desnutrición crónica bajó del 26.4% en 2012 al 23.2% en 2024, mientras que la lactancia materna exclusiva en bebés menores de seis meses creció de 37% a casi 48% en el mismo periodo. Estos logros reflejan esfuerzos sostenidos en salud materno-infantil y educación alimentaria.
En comunidades vulnerables de África y Asia, los proyectos de adaptación climática y agricultura comunitaria han permitido que miles de familias produzcan sus propios alimentos. Historias locales de resiliencia como aldeas autosuficientes o agricultores que duplican su producción muestran que el hambre puede superarse con conocimiento, cooperación e innovación.
La FAO y la cooperación internacional: 80 años de liderazgo
Desde su fundación en 1945, la FAO ha liderado los esfuerzos internacionales para erradicar el hambre y fortalecer la seguridad alimentaria global. En este 80.º aniversario, la organización reafirma su compromiso de trabajar “mano a mano por unos alimentos y un futuro mejores”, lema que resume el espíritu de colaboración global.
Durante los actos conmemorativos en Roma, líderes mundiales y delegados coincidieron en que la alimentación es vida, cultura y derecho humano. El director general de la FAO, Qu Dongyu, subrayó que 673,000,000 de personas aún padecen hambre y 2,300 millones viven en inseguridad alimentaria, exhortando a “multiplicar esfuerzos e imaginación colectiva” para revertir esta realidad.
La cooperación entre organismos de la ONU —como el PMA, FIDA, UNICEF y OMS— fortalece los avances. La reciente Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU evaluó progresos e impulsó iniciativas conjuntas, mientras que el Foro Mundial de la Alimentación conecta a gobiernos, científicos y jóvenes innovadores. Durante octubre, más de 150 países realizaron eventos, ferias y campañas por el derecho a la alimentación, mostrando una movilización global sin precedentes.
La FAO identifica tres ejes fundamentales para acelerar el cambio:
1. Innovación agrícola y tecnológica.
El desarrollo de semillas resistentes, sistemas de riego eficientes y aplicaciones móviles para agricultores impulsa la productividad y resiliencia de los sistemas agroalimentarios. La capacitación rural y la transferencia de tecnología a comunidades marginadas son claves para garantizar alimentos suficientes y sostenibles.
2. Políticas públicas y programas sociales.
La protección social, las transferencias monetarias, los subsidios alimentarios y los comedores escolares son medidas que mitigan el impacto de crisis económicas y climáticas. Paralelamente, las inversiones en infraestructura, transporte y almacenamiento fortalecen la seguridad alimentaria y estabilizan los precios.
3. Alianzas y solidaridad internacional.
La cooperación Sur-Sur y triangular permite compartir experiencias exitosas entre países en desarrollo. Programas como Hand-in-Hand conectan a naciones con altos índices de pobreza con socios financieros y tecnológicos para fomentar el desarrollo agrícola sostenible. Cada alianza, desde la cooperación técnica hasta la asistencia humanitaria, aporta una pieza al mosaico del Hambre Cero.
Compromiso con el ODS 2: un futuro sin hambre
A cinco años del horizonte 2030, el mundo reafirma su compromiso con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2. Aunque los avances son desiguales, las tendencias recientes muestran que es posible reducir el hambre con acción coordinada y sostenida.
El Día Mundial de la Alimentación 2025 deja un mensaje optimista: con innovación, solidaridad y esfuerzo colectivo, un mundo sin hambre es posible. A lo largo de ocho décadas, la FAO ha demostrado que la unión entre naciones, comunidades y sectores puede transformar realidades. Hoy, la promesa es clara: seguir trabajando mano a mano hasta que el hambre sea solo un recuerdo del pasado.
Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/