¿Y un día «sin raza»?
Ciudad de México, 12 de octubre de 2025.- En México desde 1914 el “Día de la raza”, o en España desde 1892 el “Día de la hispanidad”, han ido matizando sus significados, pero sin escapar del maleficio del gran embuste de la historia: la raza. No por casualidad, en la década de 1930 el geógrafo Wilhelm Faupel, filonazi por un tiempo y director del Ibero-Amerikanisches Institut de Berlín, gustaba de celebrar los “días de la raza” cual triunfo del pensamiento alemán en Iberia e Iberoamérica.
Y por las mismas fechas don Pedro Henríquez Ureña ansiaba un 12 de octubre con menos raza y más cultura, pero se rendía ante el poder “raza”: “el Día de la Raza bien podría llamarse el día de la cultura hispánica… pero sería inútil proponer semejante sustitución, porque el vocablo `cultura´, en el significado que hoy tiene dentro del
lenguaje técnico de la sociología y de la historia, no despierta en el oyente la resonancia afectiva que la costumbre da al vocablo raza” (Obras completas, tomo 9, 2014).
En efecto, quizá sólo la idea de “raza” compita con la de “Dios” por el título de “cosa más etérea pero más mandona en la historia”. Por Dios mucho bien y mucho mal le cayó a la humanidad. Nada bueno ha traído la idea de raza, pero mandar, ha mandado: por siglos refería a la cría de caballos o a “tener algo” de moro o judío y así “raza” bien sirvió para mantener linajes, para esclavizar, segregar y matar en imperios y naciones.
A mediados del siglo XIX, “raza” deviene en una cosicosa aún más mandona, transformándose en verdad biológica y en dos siglos de jurisprudencia “científica”. Con esa “ciencia” se sostuvo la esclavitud en Brasil hasta 1888 o en Estados Unidos hasta 1865 y, después, el apartheid estadounidense hasta 1965 o el sudafricano hasta 1990. La “verdad” de la raza casi exterminó la población judía de Europa (1933-1945) y justificó, entre los siglos XIX y XX, salvajadas contra poblaciones nativas en los imperios belga, francés, inglés y español.
Con información de: El Universal