¿Qué le pasa a tu salud si comes nueces después de cenar?
- Consumir un puñado de nueces después de la cena puede transformar significativamente tu calidad de vida
Ciudad de México, 10 de octubre del 2025.- Las nueces han sido reconocidas históricamente por su valor nutricional, pero su consumo estratégico durante la noche está ganando atención por sus efectos particularmente beneficiosos para la salud, por lo que hoy te diremos qué pasa si comes nueces después de cenar.
Diferentes investigaciones han comprobado los beneficios que aportan las nueces para la salud, pero comerlas después de la cena puede transformar tu descanso nocturno.
Los beneficios de comer nueces después de cenar
Los componentes naturales de las nueces actúan en sinergia con nuestros ritmos circadianos, potenciando los procesos de regeneración que ocurren durante la noche. La combinación única de melatonina, magnesio y ácidos grasos esenciales convierte a este alimento en un aliado excepcional para combatir el insomnio y promover un descanso de calidad.
Estos son algunos de los beneficios de comer nueces después de cenar:
- Aporte natural de melatonina, la hormona del sueño
Las nueces son uno de los pocos alimentos que contienen melatonina de forma natural, la hormona directamente responsable de regular nuestros ciclos de sueño-vigilia. Al consumirlas por la noche, incrementamos los niveles circulantes de esta sustancia, señalando al cerebro que es momento de prepararse para el descanso.
Esta melatonina dietética complementa la producción endógena del cuerpo, especialmente útil en personas mayores cuya producción natural disminuye. Estudios demuestran que el consumo regular de nueces puede aumentar significativamente los niveles de melatonina en sangre, consiguiendo un inicio más rápido del sueño y una mayor continuidad del mismo durante la noche.
- Rico contenido de magnesio relajante muscular
Este mineral esencial actúa como un relajante natural del sistema neuromuscular, reduciendo la tensión muscular acumulada durante el día que a menudo interfiere con la capacidad para conciliar el sueño. El magnesio participa en la regulación del sistema nervioso parasimpático, induciendo un estado de calma propicio para la transición hacia el sueño.
Además, interviene en la producción de GABA, un neurotransmisor inhibitorio que frena la actividad cerebral excesiva que caracteriza a las noches de insomnio. Solo un cuarto de taza de nueces proporciona aproximadamente el 15% de los requerimientos diarios de este mineral fundamental para el descanso.
- Regulación natural de los ritmos circadianos
Los ácidos grasos omega-3 presentes en las nueces, particularmente el ácido alfa-linolénico, influyen positivamente en la regulación de nuestros relojes biológicos internos. Estos compuestos mejoran la función de los receptores de melatonina en el cerebro, haciendo que el cuerpo responda con mayor sensibilidad a las señales naturales que inducen el sueño. La sincronización circadiana resultante no solo facilita quedarse dormido, sino que promueve un descanso más organizado en sus distintas fases, incluyendo el crucial sueño REM. Este efecto es especialmente beneficioso para personas con horarios irregulares o que sufren de jet lag social.
- Estabilización glucémica durante la noche
La combinación de fibra, proteínas y grasas saludables en las nueces crea un efecto modulador sobre los niveles de glucosa en sangre durante las horas de ayuno nocturno. Esta estabilización previene los picos y caídas bruscas de azúcar que pueden interrumpir el sueño, particularmente en la segunda mitad de la noche cuando el cuerpo moviliza sus reservas energéticas. Al mantener un suministro constante de glucosa al cerebro, se reducen las probabilidades de despertarse por hipoglucemias nocturnas. Este beneficio es especialmente relevante para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2, quienes a menudo experimentan alteraciones en la calidad del sueño.
- Producción de serotonina para un despertar renovado
El triptófano contenido en las nueces sirve como precursor directo para la síntesis de serotonina, neurotransmisor esencial para la regulación del estado de ánimo y que posteriormente se convierte en melatonina. Este proceso secuencial asegura no solo un sueño reparador, sino un despertar más positivo y energético al día siguiente. La producción nocturna adecuada de serotonina establece un ciclo virtuoso donde un buen descanso promueve un mejor estado anímico diurno, que a su vez facilita el sueño siguiente. El contenido de vitamina B6 en las nueces adicionalmente coadyuva en esta conversión de triptófano a serotonina.
Con información de: https://www.sumedico.com/