Los Cuidados Paliativos: Una medicina que apuesta por la calidad de vida
- En el marco del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, la psicóloga, tanatóloga y especialista en duelo Gina Tarditi aclara los mitos y realidades de esta disciplina
Ciudad de México, 12 de octubre del 2025.- Desde 2005, cada segundo sábado de octubre se conmemora el Día Mundial de los Cuidados Paliativos cuyo objetivo es concienciar sobre la importancia de los cuidados paliativos y asegurar que todas las personas que los necesitan tengan acceso a ellos.
En entrevista exclusiva para SuMédico, Gina Tarditi, psicóloga, desarrollista humana y tanatóloga, que cuenta con una maestría en psicología y que estudió también la maestría en Desarrollo Humano y diplomados en cuidados paliativos y tanatología y cuenta con la especialidad en manejo de duelos y pérdidas, además de formar parte miembro del grupo de estudios sobre el final de la vida de la Universidad de Glasgow en Escocia, explicó a detalle todo lo que debemos de conocer sobre los cuidados paliativos.
¿Qué son los cuidados paliativos?
“Los cuidados paliativos son el cuidado integral que se da a cualquier paciente que haya sido diagnosticado con una enfermedad que se sabe es incurable, o alguna persona que tenga alguna condición física incapacitante y que le provoca síntomas”, explica Gina Tardit.
La experta enfatiza que este concepto suele ser malinterpretado: “Mucha gente piensa que son cuidados que se dan al final de la vida. Y esto no es así”.
Lejos de ser una atención exclusiva para pacientes terminales, los cuidados paliativos intervienen desde el momento del diagnóstico de una enfermedad crónica. “Desde el momento en que se diagnostica una enfermedad como la diabetes, por ejemplo, que sabemos que no es curable, pero que sí es controlable… esa enfermedad eventualmente va a avanzar y va a provocar síntomas”, señala Tarditi. Esta lógica aplica para padecimientos oncológicos, neurológicos, cardiovasculares e insuficiencias orgánicas, donde el enfoque paliativo se centra en el manejo de síntomas físicos y aspectos psico emocionales o espirituales.
¿Qué son y a quiénes están dirigidos?
La especialista define el alcance de estos cuidados: “El paciente está en tratamiento médico para conservar su calidad de vida… pero la misma enfermedad y los tratamientos muchas veces dan síntomas: náuseas, vómito, diarrea, estreñimiento, dolor, fatiga”.
Los cuidados paliativos, por tanto, no compiten con el tratamiento curativo, sino que lo complementan. “El especialista… está centrado en la enfermedad, en controlar y prolongar esa vida, y los cuidados paliativos entran al principio solamente cuando el paciente necesita el manejo de estos síntomas”, aclara.
Tarditi desglosa la amplia gama de padecimientos que pueden requerir este apoyo: “Cualquier insuficiencia orgánica… enfermedades neurológicas, todos los tipos de demencia, Parkinson, lupus, otras enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple o lateral amiotrófica, sida, todos los tipos de cáncer”.
Esta necesidad es masiva, ya que, según cifras del INEGI que cita, “las dos terceras partes de la población que muere año con año se debe a una de estas causas”.
El momento ideal para iniciarlos y las barreras de acceso
Sobre el momento oportuno para comenzar, la tanatóloga es clara: “Lo ideal es que en el momento en que el paciente esté presentando síntomas, por la enfermedad o por los tratamientos”. Recalca la importancia de desmitificar la idea de que son solo para el final de la vida, ya que esta creencia provoca que “esos síntomas le resten calidad de vida y provoquen más sufrimiento”.
Sin embargo, enfrenta la realidad mexicana con crudeza: “Tengo que decir que otra de las causas es que tenemos muy pocos servicios de cuidados paliativos en el país… todos estos pacientes pueden acceder a los cuidados paliativos, hoy por hoy nuestra realidad es otra”.
Su llamado es a la sociedad: “Que toda la sociedad entienda qué son los cuidados paliativos… para que eventualmente ellos sean los que demanden”.
¿Cuántas personas en México reciben cuidados paliativos?
De acuerdo con datos del Gobierno de México del 2023, en el país, cerca de 70 por ciento de pacientes con cáncer en fase avanzada recibe cuidados paliativos para mitigar el dolor y la sintomatología, con el propósito de mejorar su calidad de vida; de éstos, 67 por ciento tienen 50 años o más.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el sector Salud brinda de manera gratuita servicio de cuidados paliativos, que incluyen medicamentos y atención con especialistas, en las unidades hospitalarias.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud señalan que se estima que anualmente 40 millones de personas necesitan cuidados paliativos; el 78% de ellas viven en países de ingreso bajo e ingreso mediano.
Actualmente, a nivel mundial, tan solo un 14% de las personas que necesitan asistencia paliativa la reciben.
¿Cómo debe estar conformado un equipo que brinde cuidados paliativos?
“Idealmente el equipo tendría que estar formado por un médico paliativista, por un psicólogo, por un enfermero, por un trabajador social”, describe Tarditi. El rol del psicólogo o tanatólogo es multidimensional: “No es solamente atender los aspectos psicoafectivos que está viviendo el paciente y la familia y mejorar la comunicación entre ellos… El psicólogo puede ayudar a normalizar la conversación, a normalizar el hecho de que el paciente se sienta por momentos triste o enojado o angustiado”.
Además, el psicólogo cumple una función de soporte para el propio equipo tratante: “El estar viviendo tan cerca del sufrimiento humano, pues eventualmente a todos los que estamos ahí también nos puede afectar y tenemos que aprender a manejarlo”.
Trabajar con la familia: respetar la autonomía del paciente
La coordinación con la familia es fundamental. “Lo recomendable es tener una reunión familiar al inicio… que siempre que pueda estar presente el paciente esté presente”, aconseja. El objetivo es alinear las expectativas y respetar la voluntad del enfermo: “Nuestros esfuerzos tienen que ir dirigidos de acuerdo a las necesidades y deseos del paciente”.
Tarditi aborda un conflicto común: cuando la familia presiona al paciente a continuar con tratamientos agresivos. “Si escuchamos al paciente, cuando nos dice ‘Esto es lo que quiero’… al final, la familia queda con paz”. Subraya la importancia de este respeto: “En medio del dolor puede uno encontrar muchísima más paz cuando se cierra filas en torno al paciente”.
¿Qué se le pregunta a un paciente que recibe cuidados paliativos?
La técnica principal para abordarlo es la escucha activa: “Sentarme y preguntarle, ‘¿Qué necesitas? ¿Qué está faltando? ¿Qué estás sintiendo? ¿Qué te duele?’”.
La validación de las emociones y creencias es crucial: “Saber que se vale estar así y que todos, no solamente él, pasan por etapas así, ayuda… poco a poco si uno los escucha y no los está enjuiciando, ellos mismos encuentran sus respuestas”.
Herramientas para manejar miedos, ansiedad y tristeza
“Un montón de técnicas y uno las va adaptando al tipo de paciente”, comenta Tarditi sobre su metodología. Algunas incluyen el dibujo, la escritura de un diario o cuentos, y la psicoeducación sobre las emociones. “Entender que las emociones son normales, todas… el enojo es parte de nuestra naturaleza humana”.
Una labor esencial es desmontar mitos dañinos, especialmente en torno al cáncer: “Ayudarlos a despejar esos mitos les ayuda una barbaridad, porque muchas veces… si tú les preguntas, ‘¿estás sufriendo más por la enfermedad, por los síntomas?’ Ellos te dicen, ‘Por lo que dicen de la enfermedad’”.
Conversaciones sobre el final de la vida y el concepto de “buen morir”
La especialista explica que normalmente el paciente se da cuenta cuando las opciones terapéuticas se están terminando. Frente a la tendencia familiar de “proteger” al enfermo ocultándole información, ella aboga por la honestidad:
“Si rompemos ese juego de protegernos unos a otros, lo que surge son conversaciones riquísimas que liberan y permiten vivir el proceso consentido”.
Tarditi también explica que la muerte digna es un concepto muy personal para ella, sería “la que me permite despedirme y que ocurre de manera natural… tener la fuerza para decidir qué quiero y qué no quiero”.
Critica la idea de que la mejor muerte es la súbita: “Yo en lo personal preferiría tener un pequeño plazo para hacer lo que más me gusta con mi familia, aclarar situaciones y no dejar nada a la deriva como puede pasar por el fallecimiento en un accidente. Su conclusión es contundente: “Nadie merece… morir con sufrimiento evitable”.
Acompañamiento a la familia antes, durante y después de la muerte
La especialista también indica que el acompañamiento para la familia que tiene a un enfermo terminal es clave y esto implica ayudar en la organización logística, la preparación para escenarios clínicos previsibles y la explicación de los signos de la agonía.
Tras el fallecimiento, es vital permitir que cada doliente viva su proceso: “No hay prisa… que cada quien se despida como lo necesite… el momento siempre es un choque brutal”.
Sobre el duelo posterior, aclara: “La mayoría de las personas… hemos vivido nuestros duelos con nuestros recursos”. La intervención profesional se vuelve crucial en “alrededor de entre un 5 y 10% de las personas” que presentan complicaciones, a menudo por circunstancias traumáticas de la muerte.
Los cuidados paliativos en México: una deuda pendiente
Tarditi explica que para las personas que no tienen seguridad social es muy complicado acceder a cuidados paliativos, por lo que hay mucho margen de mejora en México en este aspecto.
Además, identifica barreras como la falta de conocimiento, obstáculos culturales y la centralización de los servicios. Su propuesta es clara:
“Necesitamos que los médicos de primer nivel, los médicos generales, tengan el conocimiento básico sobre cuidado paliativo”.
Aunque reconoce avances en la ley, señala la disparidad con la práctica: “Faltan recursos humanos y materiales”. Un problema específico es la disponibilidad de medicamentos: “Siendo medicamentos accesibles para la mayoría de la población, me parece que es un pecado que no se encuentren fácilmente accesibles para todos”.
Un mensaje final y una lección humana
Para las familias que dudan, su mensaje es directo: “Que se acerquen al servicio de cuidados paliativos al que tengan acceso, que no tengan miedo, que lleven su lista de preguntas”.
Como recurso, recomienda su libro “Cuidados Paliativos, medicina que apuesta por la calidad de vida”, coescrito con la Dra. Mariana Navarro.
Al ser preguntada sobre el significado personal de su trabajo, Gina Tarditi reflexiona: “El trabajar con la vida y la muerte de cerca… me ha ayudado a vivir con más sentido, con más propósito”.
Y aunque reconoce que el miedo a la muerte es natural, concluye con una esperanza aprendida de sus pacientes: “Confío en que todo lo que he visto, he vivido con mis pacientes, me ha enseñado muchas cosas y espero para entonces tener la sabiduría de tomar las mejores decisiones”.
Con información de: https://www.sumedico.com/