Estudio explora cómo las niñas y niños pasan del juego con palabras numéricas a saber contar
Ciudad de México, 13 de mayo de 2025.- ¿Qué significa realmente aprender a contar? Para muchos niños, recitar del uno al 10 es sólo una canción, pero no implica que comprendan los números. Este enigma es el que Mathieu Le Corre, investigador de la Facultad de Sicología de la UNAM, busca resolver a través de un estudio que explora cómo los infantes transitan del juego con palabras numéricas a comprender el acto de cuantificar.
He interactuado con muchos padres que me dicen que sus hijos saben mucho acerca de los números porque pueden recitarlos hasta el 10, pero esto no significa que el niño haya desarrollado la habilidad de contar. Inicialmente para ellos, enunciarlos es una especie de melodía: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, y eso no significa casi nada para ellos, dijo.
En conversación con La Jornada, Le Corre abundó que desde 2016 desarrolla una investigación enfocada en caracterizar cómo niños de 3 y 4 años de edad aprenden los números. Para ello, ha emprendido la tarea de entrevistar a 80 menores de clase media en la Ciudad de México, Querétaro y Morelos.
Elegimos esta edad porque es en estos años que típicamente sucede esta transición, del fraseo del uno al 10 a comprender que cuando cuentan establecen cuántas cosas hay.
El estudio consiste en que los infantes participen de una prueba que dura entre 15 y 20 minutos, en la cual se les presentan diversas tareas; por ejemplo, de una docena de juguetes, entregar seis al entrevistador o determinar si siete juguetes alcanzan para darle de una a ocho tortugas de plástico.
Cuando les doy una docena de tortugas de plástico y les pido que me entreguen seis, ellos no saben cómo. Algunos me dan ocho y les pido que arreglen las tortugas para que sólo haya seis, pero la respuesta más común es que me entregan todas.
Le Corre plantea que a los 3 años, los niños conocen palabras como calcetín, pelota, perro, silla, vaso, leche, etcétera; establecen para éstas conceptos muy similares a los de los adultos y suelen extenderlas a varios contextos. Pero en el caso de las palabras numéricas seis, siete, ocho no pasa así.
La pueden enunciar, pero no entienden qué significa ¿Por qué esas palabras son tan diferentes de las demás que aprenden? Eso es lo que deseamos explicar, señala el científico.
El experto mencionó que hasta ahora se sabe que hay una progresión universal de la interpretaciones de las palabras numéricas del uno al cuatro. Después, el niño comprende qué significa contar, y entonces aprende qué significan cinco, seis, siete, ocho, nueve y 10.
Esta progresión se ha observado en la Amazonia de Bolivia, ciudades de Estados Unidos, Canadá, el País Vasco, Arabia Saudita, Eslovenia, Japón, Corea y Rusia, resaltó.
Le Corre dijo que los primeros hallazgos que ha realizado este estudio, el cual concluyó el mes pasado, indican que pasar del cuatro a los conceptos cinco, seis, siete y ocho… no es un proceso mágico. El contexto socioeconómico y cultural permea la velocidad con la cual los niños pasan de recitar una secuencia numérica a desarrollar la habilidad cognitiva de contar.
“En familias de clase media, con padres que terminaron la preparatoria, esa transición se da entre los 3 y 4 años, pero en familias en las que hay niveles menores de educación, esa transición se da más tarde.
Entre más se usan palabras numéricas en conversaciones en la casa, con los hijos, más rápido avanzan en esta secuencia. Ese es el impacto del entorno en el aprendizaje.
Le Corre comenzó a interesarse en el desarrollo del lenguaje y de la cognición en general, con enfoque en el desarrollo de la concepción común de los números naturales y de la aritmética, mientras realizaba su licenciatura en la Universidad de McGill en Canadá, donde tomó una clase en torno a la adquisición del lenguaje y la teoría de Noam Chomsky acerca de la existencia de una gramática universal.
Este planteamiento sugiere que a pesar de que los lenguajes humanos parezcan muy diferentes, poseen características estructurales en común. Esa idea me explotó la imaginación y comencé a adentrarme en el tema.
Desarrollo cognitivo
Durante su posgrado, Le Corre conoció el trabajo de Susan Carey sobre construcción de nuevos conceptos a partir de sistemas representacionales prexistentes, claves para entender cómo los menores desarrollan habilidades matemáticas, y fue entonces que decidió adentrarse más en el tema.
Le Corre considera que el estudio del desarrollo cognitivo es una ciencia básica, comparable en importancia a disciplinas como la astrofísica, ya que busca responder preguntas fundamentales sobre cómo formamos nuestro conocimiento del mundo.
Con esta investigación, agregó, explora cuestiones como el papel de la percepción en el aprendizaje, la información que ésta brinda y si existen otras formas de pensar que complementan la percepción para ayudar a entender y extender conceptos.
Por ejemplo, cómo un niño aplicar la palabra perro a nuevas situaciones con base en el conocimiento que ya posee. Sin embargo, en el caso de los números, el aprendizaje se vuelve más complejo porque va más allá de la percepción inmediata, al requerir procesos cognitivos más avanzados para entender su significado abstracto y sus aplicaciones.
Comprender cómo los niños transitan del juego con palabras numéricas a un verdadero conocimiento de los números no sólo ilumina los procesos internos del aprendizaje, sino que podría transformar la manera en que abordamos la enseñanza de matemáticas en las primeras etapas escolares, adaptándola mejor a sus necesidades cognitivas y contextos culturales.
Con información de: La Jornada