Ecologia

Peces que ‘cambian de sexo’ por la contaminación del aire

20 de junio 2015.- La contaminación atmosférica está feminizando los peces de lagos de alta montaña alejados a cientos de kilómetros de los núcleos urbanos. Según un estudio realizado en los lagos remotos de los Pirineos y de los Tatras, en Eslovaquia, los peces presentes en las masas de agua ‘cambian de sexo’ debido a agentes contaminantes que viajan por el aire.

Los disruptores endocrinos, sustancias contaminantes capaces de alterar el equilibrio hormonal, han llegado arrastrados por el viento hasta lagos remotos de alta montaña, muy lejos de los núcleos industriales, urbanos y agrarios donde se originan, lo que está provocando que los machos que allí viven presenten características femeninas.

Según el estudio, publicado en la revista Nature Scientific Reports, estos lagos están recibiendo estas sustancias químicas que se están acumulando en los peces. Los investigadores -procedentes del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB) y de la Universidad de Innsbruck (Austria)- han encontrado disruptores en sangre, hígado y tejido muscular de los peces, provocando que los machos presenten características femeninas. «Se podría decir que los peces machos tragan píldoras anticonceptivas involuntariamente», afirma el zoólogo Reinhard Lackner.

Contaminación exclusivamente atmosférica

Estudios anteriores ya habían revelado efectos feminizantes en peces, pero el aspecto diferencial de este trabajo es que la contaminación es exclusivamente atmosférica, es decir, que no está relacionada con vertidos ni con residuos urbanos.

Se ha observado que los contaminantes que alteran el sistema hormonal – los llamados disruptores endocrinos – consiguieron llegar al interior de los peces viajando por el aire y depositándose en los lagos remotos. «Estos lagos están alejados de las fuentes emisoras de estos compuestos, como las ciudades o los campos de cultivo, así que la única vía de contaminación es a través del aire», comenta desde el CREAF Jordi Catalán.

«El nivel basal de contaminación que llega a toda la biosfera es suficiente para desencadenar efectos biológicos incluso en sitios remotos» explica Benjamín Piña, investigador del CSIC. Dicho de otra manera, «la solución no es depurar o limpiar, sino no emitir/no producir/no usar», asegura Benjamín Piña.

A pesar de que estos efectos son muy fáciles de apreciar en peces, aún no está claro qué consecuencias puede tener la contaminación atmosférica en la capacidad reproductora de los peces. Aún así, se sabe que una concentración mayor de este mismo tipo de compuestos sí podría afectan a la salud y a la capacidad reproductora de los peces.

El efecto de estas sustancias similares a las hormonas es menos perceptible en truchas hembras porque sus niveles naturales de estrógeno son relativamente elevados. A pesar de que el grado de feminización que se ha observado no constituye una amenaza para la capacidad reproductiva de estos peces, estos contaminantes son un problema porque tienen un impacto duradero sobre el medio ambiente, ya que son muy persistentes y se acumulan a lo largo de las cadenas tróficas.

Efectos en el ser humano

Aunque los efectos feminizantes son difíciles de observar en mamíferos en general (y por tanto en humanos), el potencial estrogénico de estos compuestos puede dar lugar a malformaciones en el nacimiento, obesidad, alteraciones en el metabolismo de la tiroides, entre otros. «Los resultados de este estudio deben tomarse muy en serio dados los casos crecientes de disrupción endocrina en humanos (OMS. 2012).

Por lo tanto, las conclusiones «alertan de una posible influencia general sobre la salud humana de la contaminación transportada por el aire, incluso a lugares muy alejados de los focos emisores», comentan Joan Grimalt y Benjamín Piña del IDAEA-CSIC.

Con información de: EL MUNDO.ES

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