Colaboraciones

Paso a Desnivel | David Cárdenas Rosas | La Hacienda de Los Morales.

La construcción es majestuosa. Pasado y presente están unidos en la urbanización de Polanco.

Hoy es un afamado restaurante en el que la gastronomía mexicana e internacional son una delicia para los comensales.

Reuniones sociales, políticas, fiestas familiares y eventos de todas las características, se han desarrollado ahí y, aunado a las crónicas de los diarios han colocado a la Hacienda de Los Morales como un sitio privilegiado.

La historia de este lugar inicia en la época de la conquista.

En el pueblo de Tacuba, estaba ubicado el territorio que Hernán Cortés cedió a la princesa Tecuixpo, hija del emperador Moctezuma.

A la muerte del tlatoani, Tecuixpo fue casada con Cuitláhuac, quién murió de viruela.

Para sostener el linaje, Tecuixpo fue dada en matrimonio a Cuauhtémoc.

A la caída de los aztecas, Tecuixpo fue bautizada con el nombre de Isabel y, Cortés, la casó con Alonso de Grado.

Al año del matrimonio la princesa enviudó y, Hernán la llevó a vivir en su residencia de Coyoacán y engendró una hija con ella.

La hija fue bautizada con el nombre de Leonor. Tecuixpo la repudió en un acto de rebeldía contra el conquistador.

Poco tiempo después Cortés la entregó en matrimonio con otro español: Pedro Gallego de Andrade.

Isabel Moctezumafalleció en 1551 y en su testamento anotó: “otorgar libertad a todos los esclavos indios e indias naturales de esta tierra que a ella le correspondían.”

Sin embargo, sus hijos entraron en un pleito por las propiedades de su madre, entre ellas la encomienda de Tacuba.

En 1539 se llevó a cabo una compraventa de la porción conocida como Ximilpa, el antecedente más remoto de la Hacienda de los Morales, que nace con ese nombre en 1645, en virtud de las moreras que sembraban para cultivar el gusano de seda.

En 1541 el oidor Lorenzo de Tejada adquirió esa propiedad.

En el siglo XVIII la hacienda ya aparece como propiedad de las familias Gómez de Prado y Arechavala.

En 1880, el señor Eduardo Cuevas y su esposa Ana Lascurain, adquirieron la propiedad y plantaron los olivares y cultivaron trigo, fruta y maíz.

En los años 20 del siglo pasado, los alrededores de la hacienda comenzaron a urbanizarse, surgieron nuevas colonias. Sus fértiles tierras comenzaron a cubrirse de una nueva urbanización que cercaron las soberbias construcciones de la hacienda, las cuales finalmente en 1967 se convirtieron en un lujoso restaurante.

La visita a la Hacienda de Los Morales es obligada; una finca que es parte de la historia de México.

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