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Operan al Potrillo por gangrena

Ciudad de México, 08 de junio de 2016.- La mordida que sufrió Alejandro Fernández pudo tener un trágico final: amputarle la pierna.

Debido a la gravedad de la herida en su pantorrilla izquierda, con una profundidad de seis centímetros, y la infección que adquirió por no tratarse adecuadamente, se le diagnosticó a El Potrillo gangrena gaseosa.

Haciendo caso omiso a una publicación de circulación nacional, que aseguraba que el cantante fue atacado por un jaguar, el representante del artista explicó lo que sucedió.

«Estaba jugando con sus dos perros, tiene seis; se empezaron a pelear entre ellos y a la hora que los quiso separar para que no se pelearan, le pegó la mordida uno de ellos», comentó Carlos de la Torre, su mánager, quien dijo que todo se complicó por la bacteria estafilococo dorado multiresistente.

«Me encantaría saber quién pasó esa información, porque es información falsa (…), no hay ningún jaguar involucrado».

Hace poco más de 15 días, el intérprete de «Se me Va la Voz» dio a conocer a través de sus redes sociales que había sufrido esta lesión y que necesitaba sanar con reposo tras una cirugía, por lo que tuvo que posponer un concierto programado el 26 de mayo en Torreón, Coahuila, que sin problema repuso el día 29.

Alejandro se sometió hace días a otra sesión de exámenes de laboratorio, en los que se vio una evolución satisfactoria, gracias a las indicaciones que recibió por parte del infectólogo Francisco Javier de la Cabada, quien opera en el Hospital San Javier, donde estuvo atendiendo su herida.

«Soy consciente de que la reacción de Kush a la mordida fue un accidente desatado por un juego», compartió Alejandro Fernández en un comunicado de prensa, «agradezco totalmente el seguir de pie recuperándome para poder seguir haciendo mi profesión (…). Seguiré recuperándome, habrá mucho Alejandro para rato».

El recuento

Alejandro Fernández estaba en su casa de Guadalajara, donde recibió la mordida de Kush, uno de sus perros, a la que no le dio la importancia debida y recurrió a remedios caseros para aliviar su dolor.

Estaba tan bien que se fue unos días a Puerto Vallarta, donde los dolores fueron incrementando a tal grado que tuvo que visitar el Hospital San Javier para que le hicieran una valoración, pero por la gravedad fue trasladado en calidad de urgencia a Guadalajara, donde fue internado e intervenido.

«Llegó al hospital con un dolor de pierna, que no lo aguantaba; le dijo el doctor ‘si en dos horas no hubieras estado aquí te hubiera tenido que apuntar la pierna’, o sea, hubiera perdido la pierna», comentó De la Torre.

«(Toda la semana pasada) Llegaba de trabajar, se metía al hospital, le hacían la limpieza dos veces al día; en la mañana y en la tarde, y se volvía al cuarto del hospital, y de ahí se iba a trabajar. Ahora que regresó de Mérida ya se pudo ir a su casa; pero a Cancún, a Mérida, a Monterrey y a Torreón, iba y venía al hospital, y lo acompañaban sus médicos de cabecera».

Con información de: http://www.reforma.com/

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