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No hay nada más poderoso que una historia de amor que tiene una pérdida: James Cameron

Ciudad de México, 09 de febrero del 2023.- En 1998 James Cameron puso en el mundo la película más taquillera en la historia: Titanic. El director canadiense, que hasta entonces se había distinguido por sus títulos de ciencia ficción, narraba por primera vez un romance en un contexto surgido de un tema que le fascina. “Los océanos son como una inextricable parte de mi creatividad, mi pasión, los lugares a los que quiero ir. Así que cuando tengo dos semanas de vacaciones luego de cinco años continuos de producción, ¿adivina a dónde voy? A bucear”, afirmó en conferencia virtual.

“Empecé a bucear en el océano Pacífico y pasé ahí cientos, miles de horas bajo el agua, apartado del resto del mundo. En El abismo me interesé por el océano profundo y la tecnología requerida para adentrarse ahí, como vehículos operados de manera remota y robótica. Pero también tenía una historia de amor de la que nadie sabía, porque como cineasta sólo había hecho ciencia ficción. La mezclé con esa tecnología y así fue como comenzó la producción de Titanic”, contó.

Exploración sobre el transatlántico

“Me fascinó el Titanic desde que empecé a trabajar con la gente de la institución oceanográfica de Woods Hole, que fue la que hizo toda la robótica y lo que me interesaban para El abismo. Se había vuelto famosa, por el hallazgo y la exploración inicial de Robert Ballard en torno al transatlántico. Lo conocí y vi todas las cosas increíbles que estaba haciendo”, recordó.

Con esos elementos empezó a pensar en el barco, hasta que se encontró con la película de los años 70, Una noche para recordar. “Pensé, ‘¡Wow, qué increíble trasfondo para una historia de amor!”, exclamó Cameron.

“Es un recordatorio de lo que puede pasar cuando ponemos demasiada fe en la tecnología y en nuestra inteligencia, pero creo que son ese constante sentimiento de angustia, de pérdida y tristeza, y todas las cosas combinadas lo que la hacen una increíble historia. Así que contamos la nuestra encima de lo que ya era un acontecimiento increíble. Considero que esas dos historias, de alguna forma, se elevaron la una a la otra”, detalló el director.

“Creo que lo que realmente estaba pasando es que las jóvenes estaban en ese periodo posadolescente, en el que la sociedad les dice que no sean las maravillosas, infinitas, personas que son en realidad. Les dicen que se sienten, se callen, se pongan el corsé y hagan lo que la sociedad espera, lo que el patriarcado espera. Esta fue una película sobre Rose, el personaje de Kate Winslet, y su realización como persona”, indicó.

Añadió: “Jack, Leonardo DiCaprio, fue un catalizador para ella, pero siguió sobreviviendo al Titanic. Vemos al final de la película todas esas fotos que muestran que había tenido una vida plena. Alcanzó su máximo potencial. Y creo que le habla al lado femenino de la audiencia, y a los hombres a los que les importan esas cosas, a mí, como padre de hijas. Así que considero que eso es parte de ella”.

Cameron quería que Titanic fuera una historia de amor trágica y con un final ambiguo. “Están bien las comedias románticas en las que las parejas se besan al final y se van juntas con el atardecer, pero hay algo más poderoso; creo en una historia de amor que tiene su pérdida, una separación y, por supuesto, no hay separación más permanente que la muerte”, señaló.

DiCaprio y Winslet, en sus papeles más icónicos

Titanic dio a DiCaprio y a Winslet uno de sus papeles más icónicos, algo que el director ve como una fortuna. “Me encantaría decir que tenía una bola de cristal y que soy tan profético que pude ver que Leo tendría esta carrera increíble y múltiples postulaciones de la Academia. Lo que sabíamos en esa época es que él era un muy fuerte actor, muy talentoso y parecía tener posibilidades infinitas. Ahora, sólo porque un actor tenga posibilidades ilimitadas, no significa que vaya a lograrlo, algo que él sí consiguió”, sostuvo Cameron.

DiCaprio, quien tenía 21 años, es descrito por Cameron como una persona que buscaba desafíos, “y no estaban en el texto. Así que tuve que convencerlo de que interpretara a ese sujeto que no tiene un evidente problema aproximándose, que es el más maduro emocionalmente y adulto de los dos, de que la transferencia de energía y la historia de amor es de Jack a Rose, y que ella crece como resultado”.

Para Cameron, Titanic también es una obra sobre las diferencias sociales. “Los ricos y los pobres, los que tienen y los que no, la gente que sobrevivió y la que murió; de los que iban en tercera clase casi todos los hombres y cerca de la mitad de los niños y mujeres murieron. De la gente en primera clase, cerca de la mitad de los hombres falleció y casi todas las mujeres y niños sobrevivieron, con sólo dos o tres excepciones”, señaló Cameron.

“Así que puedes ver que hay una fuerte disparidad entre lo que le pasa a la gente pobre, su destino en una crisis, y lo que le pasa a los ricos. Ahora enfrentamos otra crisis llamada cambio climático. Nos han advertido sobre eso por años, la vemos venir directamente a nosotros, no podemos dar la vuelta al barco. Es justo como el maldito iceberg, nos vamos a estrellar y ¿quién va a sufrir lo peor? Los pobres. No los países ricos que lo causaron. Fue la gente rica en el Titanic, su impaciencia por llegar a Nueva York, y el capitán y el dueño del barco que respondieron a su clientela lo que causó el hundimiento, en primer lugar”, señaló.

La película, que vuelve hoy a las salas de cine por su 25 aniversario, fue remasterizada, por lo que podrá verse en alta definición y en formato 3D. “Eso me lleva a creer, y espero estar en lo correcto, que Titanic siempre tendrá ese valor, porque cada vez que alguien la ve, recuerda dónde estaba y con quién. Podemos restrenarla en 10 años y una década después y la gente seguirá viéndola”, sentenció Cameron.

Con información de: https://www.jornada.com.mx/

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