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Charlas de Taberna | Por: Marcos H. Valerio | Indignación por secuestro a estudiante.

La semana pasada, el estudiante de Mercadotecnia Internacional de la Universidad del Pedregal, Norberto Ronquillo Hernández, terminó su última clase y como todas las noches antes de salir de la Universidad, ubicada al sur de la Ciudad de México, avisó a su novia que iría rumbo a su casa, sin embargo, no llegó.

Horas más tarde, sus familiares recibieron una llamada de secuestro exigiendo dinero el cual inútilmente fue entregado y la correspondiente carpeta de investigación fue abierta. Cinco días después, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México informó que fue localizado sin vida, en las inmediaciones de la alcaldía de Xochimilco.

Consternados sus compañeros de estudio, señalaron que la violencia generalizada que vive nuestro país no nos puede vencer, por lo que exigieron a las autoridades la inmediata y exhaustiva investigación de los hechos que laceran a la comunidad universitaria y vulnera, una vez más a la juventud mexicana.

“Debemos luchar porque lo monstruoso no se convierta en lo cotidiano, porque la inhumanidad no sea parte de lo habitual”, reiteraron ante los representantes de los medios de comunicación.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los plagios en Ciudad de México pasaron de siete casos en los primeros cuatro meses de 2018 a 26 en el mismo lapso de 2019, lo que representa un incremento de 271 por ciento, lo que la convierte en unas de las entidades más inseguras.

Asimismo, la procuraduría capitalina informó que al sur de la ciudad, opera una banda de secuestradores identificada como Las Pelonas, que se caracteriza por plagiar estudiantes de preparatoria y universidad, a quienes asesina horas después.

El secuestro y asesinato de Norberto indignó a ciudadanía mexicana, joven que un día antes de tomarse la foto de generación, ya era esperado por sus captores en las inmediaciones de su universidad. Sus compañeros estudiantes decidieron cancelar los festejos de graduación.

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