Colaboraciones

Charlas de taberna | Por: Marcos H. Valerio | Con manos cortadas por la fibra de la palma tejen obras de arte

Desde que era niña, recuerda Ana Cristina Flores Sierra, aprendió a través de su abuela Carmen el oficio de artesana, específicamente a tejer con palma, con la cual, elabora diferentes piezas sobre todo religiosas como crucifijos, imágenes de la Virgen, ángeles, entre otros. La cuales se ofrecen el Domingo de Ramos.

De entre sus manos ásperas y cortadas por la fibra de la palma, emergen obras de arte. “Para elaborar cada pieza me llevó alrededor de cinco minutos, las cuales se venden entre diez a 20 pesos. La palma la traemos del cerro de Cuentepec, Morelos, aunque nosotros somos oriundos de Xochimilco”.

Asegura que se instala cuatro días antes de Domingo de Ramos en las inmediaciones de la catedral de San Bernardino de Siena, en el corazón de dicha alcaldía. Sólo les basta un pequeño espacio de banqueta y soportar el intenso calor para iniciar con la vendimia.

Por su parte, la también artesana, Valeria Gómez Fernández, asegura que semanas antes de iniciar la vendimia, junto con su esposo contactan a los campesinos que recolectan la palma en el cerro de Cuentepec, Morelos, e inician por la elaboración de crucifijos, los cuales, los ofertan con la palma seca “aunque algunos clientes las prefieren aún con la palma verde”, dice.

Cabe destacar que el Domingo de Ramos es una celebración católica que conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, cuando una multitud de habitantes lo recibió como el Mesías e hijo de Dios. Este hecho se considera como el inicio de la Semana Santa. Sin embargo, cuatro días después fue encarcelado y posteriormente sacrificado.

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