Colaboraciones

Charlas de taberna | EZLN, 30 años de resistencia | Por: Marcos H. Valerio

Hace tres décadas, en algún lugar de la Selva Lacandona, desde las elevaciones de Chiapas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emergió públicamente al declarar una guerra contra el olvido al Estado mexicano.

Desde sus inicios, los zapatistas se convirtieron en un referente global de autonomía frente al modelo capitalista neoliberal, exigiendo el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, el fin de la dominación y explotación hacia los indígenas, así como condiciones de vida dignas, equitativas y justas.

En charla con el académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Raúl Romero Gallardo, comenta que en Chiapas existen comunidades que gestionan sus territorios y aseguran lo necesario para subsistir.

Sin embargo, las actuales emergencias locales y mundiales han llevado al zapatismo a una reestructuración para resistir. En un comunicado reciente, el subcomandante Moisés, vocero actual del movimiento, anunció la desaparición de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) y las Juntas de Buen Gobierno (JBG), aunque los Caracoles se mantienen, pero cerrados al exterior hasta nuevo aviso.

Raúl Romero Gallardo, explica que para entender la situación actual del movimiento, es crucial examinar lo sucedido en Chiapas y en los territorios zapatistas desde el primero de enero de 1994. A pesar de las diversas violencias presentes en la región, las comunidades zapatistas han logrado contener muchas de ellas, manteniéndose libres de proyectos extractivos y crimen organizado, específicamente narcotráfico, aunque no exentas de sus efectos.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas ha documentado 190 ataques paramilitares contra las bases de apoyo del EZLN entre 2019 y octubre de 2022, incluyendo secuestros, robos, envenenamiento de agua, asesinato de ganado, cobro de derecho de paso, desplazamiento y forzado.

Ante las nuevas amenazas, el zapatismo ha optado por una reorganización, tras la cual el mando y la coordinación de la autonomía se trasladan de las JBG y MAREZ a los pueblos y comunidades, representados por los Gobiernos Autónomos Locales (GAL).

A lo largo de sus 30 años, el movimiento zapatista ha analizado las problemáticas a nivel local y global, identificando al capitalismo neoliberal como una fuente de explotación y dominación. Su propuesta no solo es anticapitalista, sino que conecta con diversas luchas en el mundo, abordando temas como la violencia patriarcal, la migración, el racismo, el ecocidio y el cambio climático.

El sociólogo destaca la importancia del zapatismo al erigirse como una utopía realizable que apuesta por vivir de forma comunitaria en un mundo en equilibrio con la tierra, respetando la diversidad y enriqueciéndose espiritualmente.

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