El campo en cada taza de ponche
Ciudad de México 25 de diciembre de 2025.- Cuando pensamos en las fiestas decembrinas, el ponche es uno de los elementos que inmediatamente despierta un recuerdo cálido y nos invita a buscar la gran olla para prepararlo.
Esta bebida icónica, que nos acompaña en las posadas, los convivios y las celebraciones familiares, es un símbolo de identidad, historia y sabores que conectan a generaciones.
El ponche de frutas tiene raíces que se remontan a la época virreinal, cuando la costumbre europea de preparar bebidas calientes con frutas y especias se mezcló con los ingredientes locales.
Con el tiempo, esta práctica evolucionó hasta convertirse en lo que hoy conocemos: una bebida festiva que reúne frutas tropicales y de estación, especias aromáticas y un toque de cariño de las familias mexicanas en cada preparación.
Tesoros del campo mexicano
La versión tradicional del ponche mexicano incluye frutas que aportan sabor, color y beneficios nutricionales, como:
- Manzana: Dulce y jugosa, rica en antioxidantes y fibra, que favorece la salud digestiva.
- Canela en rama: La especia que añade aroma y un ligero dulzor natural.
- Guayaba: Rica en vitamina C —ideal para prevenir problemas respiratorios en el invierno— y alta en fibra.
- Tejocote: Rico en vitamina A, calcio y hierro, indispensables para el adecuado funcionamiento del sistema inmunológico.
- Tamarindo: Alto en vitaminas, fibra y con minerales, como calcio, hierro, potasio, magnesio, zinc y fósforo.
- Ciruela pasa: Aporta potasio, calcio, magnesio, sodio, hierro, zinc y vitaminas del complejo B.
- Flor de jamaica: Concentra vitaminas, minerales y antioxidantes que proporcionan cualidades antiinflamatorias y antihipertensivas.
- Caña: Provee calcio, potasio, hierro, magnesio, vitaminas y minerales.
Productoras y productores sostienen la tradición
Detrás de cada fruta hay una historia de esfuerzo de miles de familias, como las y los productores de guayaba —Michoacán, Aguascalientes y Zacatecas—, de manzana —Chihuahua, Coahuila y Puebla—, de tejocote —Puebla, Chiapas y Jalisco— o de caña fruta —Nayarit, Veracruz y Estado de México—.
Además de pequeños y pequeñas comerciantes locales que distribuyen las frutas de temporada y así mantener la tradición del ponche y el apoyo a las comunidades productoras.
¡Recuerda! En cada sorbo de ponche hay historia, sabor, salud y comunidad. Este es el espíritu de las fiestas decembrinas.
