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Ninguna arquitectura de los sistemas planetarios es como nuestro sistema solar: Estela Susana Lizano

Ciudad de México, 20 de noviembre de 2025.-La Vía Láctea en la que vivimos es una galaxia espiral o de disco que está llena de estrellas, gas y polvo girando alrededor del centro, donde hay un hoyo negro supermasivo con una masa cuatro veces superior a la del Sol y gas disponible para formar nuevas generaciones de estrellas.

“Tiene más de 100 mil millones de estrellas y cada una debe tener, al menos, un planeta alrededor”, puntualizó Estela Susana Lizano Soberón, investigadora emérita del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la UNAM, investida recientemente con el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional.

“El gas de las galaxias es muy frío, está hecho de hidrógeno y se encuentra en forma de nubes moleculares, que son las cunas de las nuevas estrellas y tienen formas caprichosas. Estas pueden observarse gracias a instrumentos como el telescopio espacial Hubble y el James Webb, que captan diferentes detalles porque trabajan a distinta longitud de onda”, explicó la también integrante de El Colegio Nacional.

Ante el director del IRyA, Luis Alberto Zapata González, colegas, estudiantes e integrantes de la comunidad de esa entidad universitaria, la astrónoma ofreció la conferencia híbrida “El nacimiento de las estrellas y los sistemas planetarios”, en ocasión del doctorado honoris causa 2025 que le fue conferido por la UNAM.

En el Centro Cultural Morelia detalló que las nubes moleculares cuentan con campos magnéticos relacionados con su evolución y la formación estelar. “Tienen pequeñas regiones que se vuelven más densas y, por su propia gravedad, colapsan hacia el centro. Dentro de esos núcleos densos llueve material hacia el centro y se forman embriones estelares”.

Como el material de la nube está rotando, detalló, parte de este forma discos de gas y polvo alrededor de la estrella joven, la cual desde temprano eyecta (expulsa) vientos bipolares en forma de chorros hacia arriba y hacia abajo, perpendiculares al disco que tiene a su alrededor. Esos vientos poderosos destruyen la nube materna y permiten ver a las estrellas jóvenes.

Cuando se habla de una estrella joven, en tiempos astronómicos significa que tienen pocos millones de años, edad breve comparada con la vida de una galaxia o la del Universo.

En estas fases de juventud estelar se observan los flujos bipolares que se conocen a partir de la década de 1980; uno de sus descubridores fue Luis Felipe Rodríguez Jorge, investigador emérito del IRyA y doctor honoris causa por la UNAM, presente en la conferencia.

Sistemas planetarios

Los discos de gas y polvo se detectaron a fines del siglo pasado; se les llama discos de acreción o protoplanetarios.

“Son las cunas de los sistemas planetarios como nuestro Sistema Solar. Como un tercio de la masa distribuida en el disco está disponible para formar planetas; el 99 por ciento de su material es gas y 1 por ciento polvo, que es un componente importante”, relató Lizano Soberón.

Ese polvo demasiado pequeño empieza a coagularse y a crecer hasta formar rocas del tamaño de kilómetros que, mediante la gravedad, se atraen entre ellas hasta formar núcleos planetarios como la Tierra o más grandes.

“Tienen tamaños de miles de kilómetros, pero todo empezó con ese polvo pequeñito que durante miles de años se coaguló o juntó”, relató.

Las arquitecturas de los sistemas planetarios son diversas, pero hasta ahora ninguna es como nuestro Sistema Solar. “Se han tratado de clasificar y correlacionar con las condiciones iniciales de los discos”, señaló.

La especialista refirió que varios de estos sistemas se ubican dentro de la llamada zona habitable, que es en la que puede existir agua líquida.

“Actualmente se han encontrado exoplanetas (planetas fuera de nuestro Sistema Solar) en la zona habitable que podrían tener las condiciones para que se desarrolle la vida microbiana. El telescopio James Webb está estudiando su atmósfera. Se busca en la luz de la atmósfera huellas de actividad biológica como oxígeno, metano y dióxido de carbono”, finalizó.

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