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El Papa: Que haya alternancia en los cargos y se alimente la esperanza en los hermanos

Ciudad de México, 07 de noviembre de 2025.-Son ejemplos de «vida sinodal» las familias religiosas, que «a lo largo de los siglos» han madurado prácticas de «discernimiento comunitario aprendiendo a armonizar los dones individuales y la misión común», y en las que emerge cada vez más «el valor de la interculturalidad». Recursos que son «fruto de una dinámica de vida y de fe que necesita continuamente evolucionar, crecer, desarrollarse y expresarse». El Papa lo subraya a los participantes en la 65.ª Asamblea General de la Conferencia Italiana de Superiores Mayores (CISM), celebrada en Asís del 3 al 6 de noviembre sobre el tema «Gobernar la esperanza. Formas y estilos de gobierno de las provincias en una Iglesia sinodal», recibidos hoy, 7 de noviembre, en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.

Las directrices del Sínodo

El Pontífice define estos recursos como un «patrimonio» que hay que cuidar y añade que una contribución «determinante» en este sentido es la del «ministerio de autoridad, con formas y estilos de gobierno adecuados para suscitar esperanza en el camino de los hermanos, apoyando su generoso y fructífero apostolado». Las «directrices» pueden extraerse del Documento final del Sínodo, indica el Papa, explicando que hay tres «actitudes importantes» que deben deducirse: «el discernimiento eclesial, el cuidado de los procesos decisionales, el compromiso de rendir cuentas de la propia labor y de evaluar los resultados y modalidades». Para León, se trata de «procesos interconectados, que se sostienen y corrigen mutuamente».

La fidelidad a la Iglesia dirige e ilumina la participación de los hermanos y alimenta la corresponsabilidad, garantizando la transparencia y facilitando esa apertura recíproca que es la única que puede favorecer la cooperación de todos. Por otra parte, el diálogo sincero, el compartir y la corrección fraterna pueden ayudar mucho a evitar y contrarrestar posibles derivas particularistas y autorreferenciales.

Alternancia de responsabilidades y cargos

El de los consagrados llamados a vivir juntos es «un camino de purificación» que debe «hacer que los individuos y las comunidades sean cada vez más libres en el bien, tanto a nivel de crecimiento personal como de ejercicio de la caridad». Todo ello, añade el Pontífice, también para una «renovada fidelidad carismática, que exige un continuo despojarse de estructuras y apegos no esenciales, o incluso perjudiciales para una plena actualización en el hoy de la misión original inspirada por los fundadores».

Quisiera recordar, en particular, la importancia de alentar, en las formas de gobierno, una prolífica alternancia en las responsabilidades y los cargos, la importancia de fomentar, en las formas de gobierno, una alternancia provechosa en las responsabilidades y los cargos, evitando estatismos que pueden favorecer la rigidización y la esclerotización. El Papa Francisco, a este respecto, nos ha advertido en varias ocasiones del peligro de las «aguas estancadas».

El deseo de San Agustín

Y para subrayar la «dimensión sinodal de la responsabilidad», León invita a reflexionar sobre el motivo por el que san Agustín —como se lee en sus Soliloquios— deseaba vivir junto a otros hermanos: «investigar en armoniosa colaboración sobre nuestra alma y sobre Dios. Así, el primero que habrá resuelto el problema, llevará sin esfuerzo a los demás al mismo resultado».

Con información de: Vaticanews

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