Cultura

Con magno concierto de la Orquesta Filarmónica de la UNAM se conmemoran 115 años de la Universidad Nacional y ocho décadas de su Ley Orgánica

Ciudad de México, 21 de septiembre de 2025.- La “obra inmensa de cultura” de la que habló Justo Sierra en su discurso de reconstitución de la Universidad Nacional en 1910, se refrendó de manera pública con el magno concierto por el 115 aniversario de esta institución educativa y las ocho décadas de la promulgación de su Ley Orgánica, a cargo de la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM).

El concierto realizado por las decenas de músicos ejecutantes fue dedicado a conmemorar que aquel jueves 22 de septiembre de 1910, la ahora máxima casa de estudios del país se constituyó como una universidad con carácter nacional.

Para darle paso a la sonoridad, Leticia Cano Soriano, titular del Programa Universitario de Cultura de Paz y Erradicación de las Violencias (PUCPAZ) de la Universidad de la nación, afirmó frente a centenares de asistentes:

“La relevancia de la cultura de paz es que es el único medio para dar certezas al mundo en torno al presente y futuro de la humanidad”.

En Las Islas, en Ciudad Universitaria, añadió que en la educación encontramos una dimensión social y una praxis genuina para construir cultura de paz, con el impulso de los tejidos intergeneracionales apegados a nuestra vocación y valores universitarios.

Y enfatizó: “damos un lugar invaluable a la ciencia, a la cultura, a las humanidades, a la doctora Julieta Fierro Gossman”, fallecida recientemente, lo que arrancó los primeros aplausos al homenajear a la gran divulgadora científica.

La raza escucha el espíritu

Lo vientos de bronce y el frotar de los arcos, trajeron los primeros instantes escenofónicos a espaldas de Ptolomeo y Copérnico en la Biblioteca Central. Se abrió la tarde con “Fanfarrias para metales” del compositor mexicano Eduardo Angulo, pieza realizada ex profeso para el centenario de la UNAM, señaló Juan Carlos Lomónaco, director huésped de la OFUNAM.

Siguieron un trío de obras emblemáticas de la ópera “Carmen” del compositor George Bizet; momentos después “El Danubio Azul”, de Johann Strauss, que revolvió los espejos de agua de la zona conocida como Patrimonio Mundial de la UNESCO con una lluvia vacilante que terminó por forzar una pausa de 17 minutos.

Entre los asistentes destacaron familias con sus mascotas, integrantes de la comunidad universitaria, estudiantes, así como visitantes. El secretario de Servicio y Atención a la Comunidad Universitaria, Fernando Macedo Chagolla, comentó:

Es una celebración para toda la Universidad, particularmente son momentos importantes. La definición de nuestra institución, como la conocemos actualmente, no la podemos entender sin la Ley Orgánica. Sin embargo, tener la posibilidad de democratizar la cultura es un aspecto muy destacable.

Ni la lluvia pudo

Luego de la llovizna se reanudó el concierto con la destreza ejecutante del “Mambo de la suite West Side Story”, de Leonard Bernstein, y el acompasado y apreciado “Sobre las olas”, de Juventino Rosas.

El anfitrión y coorganizador, Joaquín Narro Lobo, director general de Atención a la Comunidad, expresó: “es un festejo que nos recuerda el nacimiento de nuestra Universidad con su carácter nacional; nos evoca el valor de la autonomía y también el valor de tener una Ley Orgánica que nos permite determinar cuáles son nuestras formas de organización, planes de estudio, siempre con un objetivo que es el de servir a la nación”.

Se aprestó el cierre, y la capacidad de potenciar el lenguaje único de la música con “Huapango”, de José Pablo Moncayo, y “Guadalajara”, de Pepe Guízar con arreglo de Manuel Enríquez.

Al concluir, Juan Carlos Lomónaco compartió en entrevista: “estoy muy emocionado de dirigir esta orquesta en un lugar tan emblemático, en un momento tan difícil de la sociedad y en el mundo en general, en donde tenemos que estar muy unidos”.

Debemos dar al orbe situaciones positivas, añadió. Fue un repertorio hermoso, nos faltaron algunas obras debido a la lluvia, pero tocamos las más importantes porque tenemos compositores mexicanos de primera y ¡ni la lluvia pudo…!

Con información de: UNAM

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