Salud y Belleza

Los hábitos que más dañan la salud intestinal

Ciudad de México, 20 de septiembre del 2025.- La Clínica Alemana explica que la salud intestinal se refiere al equilibrio y la eficiencia de las funciones digestivas metabólicas del sistema gastrointestinal y es esencial para el bienestar general, ya que impacta en múltiples aspectos de la salud física mental. Sin embargo, hay hábitos que la pueden dañar y que es importante que conozcas.

El microbiota intestinal, compuesta por billones de bacterias beneficiosas, actúa como un órgano clave en nuestro cuerpo, influyendo en procesos que van desde la síntesis de vitaminas hasta la regulación del estado de ánimo. Mantenerla en equilibrio es sinónimo de salud, pero nuestro estilo de vida actual la suele poner a prueba. Muchas de nuestras decisiones diarias, tomadas por conveniencia o desconocimiento, pueden alterar este frágil equilibrio de manera significativa.

¿Cuáles son los hábitos que más dañan la salud intestinal?

Los expertos advierten que los problemas intestinales como la hinchazón, el estreñimiento, el reflujo o el síndrome del intestino irritable son cada vez más frecuentes. Detrás de estas molestias no siempre hay una enfermedad grave, sino una acumulación de malas prácticas que erosionan la diversidad y fortaleza de nuestra flora bacteriana.

Estos son los hábitos que más dañan la salud intestinal:

Una dieta pobre en fibra y rica en ultra procesados

El consumo insuficiente de fibra es uno de los mayores enemigos del microbiota. La fibra, presente en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, es el alimento principal (prebiótico) de las bacterias benéficas. Sin ella, estas se debilitan y mueren. Por el contrario, las dietas altas en alimentos ultraprocesadosazúcares refinados y grasas trans no solo no alimentan a las bacterias buenas, sino que promueven el crecimiento de cepas perjudiciales que provocan inflamación y daño en la barrera intestinal. Este desbalance puede facilitar el paso de toxinas al torrente sanguíneo, un fenómeno conocido como «intestino permeable».

El abuso de antibióticos antiinflamatorios

Si bien los antibióticos son medicamentos esenciales para combatir infecciones bacterianas, su uso indiscriminado y sin supervisión médica es devastador para el intestino. Estos fármacos actúan como una bomba de destrucción masiva que elimina tanto las bacterias malas como las buenas, reduciendo drásticamente la diversidad del microbiota.

De la misma manera, el consumo frecuente de antiinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno) puede irritar la mucosa intestinal y aumentar su permeabilidad, principalmente a un mayor riesgo de úlceras y sangrado. Es crucial utilizarlos sólo cuando son estrictamente recetados por un profesional.

Los niveles crónicos de estrés y ansiedad

El intestino y el cerebro están íntimamente conectados a través del eje intestinocerebro. Cuando se padece estrés crónico o ansiedad, el cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, que afectan directamente la motilidad intestinal y la composición del microbiota. Este estado de alerta constante reduce el flujo sanguíneo al sistema digestivo y altera la producción de jugos gástricos, dificultando la digestión y favoreciendo la inflamación. Un ciclo vicioso se establece: un intestino enfermo puede empeorar el estado de ánimo, y el estrés empeora la salud intestinal.

La falta de sueño reparador y descanso

Dormir menos de 7-8 horas de calidad por noche tiene un impacto profundo en la salud intestinal. Durante el sueño, el cuerpo entra en un modo de reparación y mantenimiento, y el intestino no es la excepción. La falta de sueño altera el ritmo circadiano, lo que a su vez desregula los ritmos de las comunidades microbianas intestinales. Esto puede conducir a un aumento de bacterias asociadas con la inflamación y una disminución de aquellas que regulan el metabolismo y el sistema inmune. Priorizar el descanso no es un lujo, sino una necesidad biológica para un microbioma equilibrado.

El sedentarismo y la deshidratación

Llevar una vida sedentaria ralentiza el tránsito intestinal, aumentando el riesgo de estreñimiento y permitiendo que las sustancias de desecho permanezcan más tiempo en el colon, lo que afecta negativamente al microbiota. La actividad física regular, por el contrario, promueve la diversidad bacteriana y mejora la motilidad. El agua es esencial para la formación del mucus intestinal que protege la pared del colon y para ablandar las heces, facilitando su eliminación y previniendo un ambiente hostil para las bacterias beneficiosas.

Con información de: https://www.sumedico.com/

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