El Papa: el cristianismo es compromiso por un mundo más justo y fraterno
Ciudad de México, 28 de agosto de 2025.- No «una simple devoción privada», sino «una forma de vivir en sociedad impregnada de amor a Dios y al prójimo que, en Cristo, ya no es un enemigo sino un hermano»: esto es el cristianismo y León XIV lo recuerda con claridad a unos cuarenta miembros de la delegación de representantes políticos y personalidades civiles de Val de Marne, en la diócesis francesa de Créteil, recibidos en audiencia esta mañana, jueves 28 de agosto. Dirigiéndose en francés a los presentes, acompañados por el obispo, monseñor Dominique Blanchet, el Papa recuerda que «ante las derivas de todo tipo» de las sociedades occidentales, el cristiano debe «volver la mirada hacia Cristo» para pedirle ayuda en el ejercicio de las propias responsabilidades.
Una laicidad malinterpretada pone en peligro la verdad
Responsabilidades de las que el obispo de Roma dice ser «muy consciente»: la dificultad de «actuar y decidir en coherencia con la propia fe» debido a «una laicidad a veces malinterpretada»; la complejidad de llevar adelante «el compromiso abiertamente cristiano» en algunas sociedades occidentales donde «Cristo y su Iglesia son marginados, a menudo ignorados, a veces ridiculizados». Sin olvidar «las presiones, las directrices de los partidos y las colonizaciones ideológicas» —afirma León XIV, citando a su predecesor Francisco— a las que están sometidos los políticos. Ante todo esto, subraya el Pontífice, es necesario «el valor de decir, a veces, “¡No, no puedo!”», sobre todo cuando «está en juego la verdad».
Dar testimonio de Jesús en la vida pública
Por lo tanto, el consejo que el Papa ofrece a la delegación francesa es uno: unirse cada vez más a Jesús, vivir de Él y dar testimonio de Él, porque en la personalidad de una persona pública no se puede llevar a cabo una separación: «No está por un lado el político y por otro el cristiano», sino que «está el hombre político que, bajo la mirada de Dios y de su propia conciencia, vive cristianamente sus compromisos y sus responsabilidades».
No tener miedo de proponer y defender la doctrina de la Iglesia
De ahí la referencia a la doctrina de la Iglesia —en particular a la doctrina social— cuyos fundamentos, subraya el Pontífice, están «sustancialmente en sintonía con la ley natural» que incluso los no cristianos y los no creyentes «pueden reconocer». Por eso, «no hay que temer proponerla y defenderla con convicción», ya que «es una doctrina de salvación que mira al bien de todo ser humano, a la edificación de sociedades pacíficas, armoniosas, prósperas y reconciliadas».
Afrontar las cuestiones sociales con la fuerza de la caridad
León XVI se detiene también en las «grandes cuestiones sociales» de la región francesa, citando en particular la violencia, la inseguridad, la precariedad, la droga, el desempleo y la desaparición de la convivialidad. Todos ellos son retos —añade— que el responsable cristiano está llamado a afrontar con «la caridad social y política», que hace «amar el bien común y buscar efectivamente el bien de las personas». También porque la promoción de valores que, aunque evangélicos, estén «vaciados de Cristo», no permite «cambiar el mundo».
El compromiso por un mundo más justo y fraternal
Por último, el Pontífice desea a la delegación, llegada a Roma en peregrinación, que regrese a sus compromisos fortalecida en la esperanza y más firme en trabajar «por la construcción de un mundo más justo, más humano, más fraternal», que no es otra cosa que «un mundo más impregnado del Evangelio».
Con información de: Vaticanews