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Universidades públicas, catalizadoras de la transformación: Mario Luis Fuentes Alcalá

Ciudad de México, 27 de agosto de 2025.- Estamos convencidos de que México es mucho mejor y en la UNAM tenemos la gran base para construir, enfrentar y ofrecer nuevas respuestas a los problemas, externó el titular de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas de la Universidad Nacional, Mario Luis Fuentes Alcalá.

Eso es la Universidad, la reflexión crítica, la actitud, el compromiso, el deseo de no aceptar una realidad que calificamos de injusta e insostenible, expresó en la primera sesión del Seminario Permanente “Violencias, movilidades humanas y trata de personas”.

Las universidades públicas, abundó, van a jugar el papel central de catalizar, transformar, y dar cuenta de que sí tenemos un mejor horizonte; ustedes, los jóvenes, serán los actores.

Vivimos una expansión exponencial de las violencias y dentro de estas la trata de personas es una de ellas. Ser universitario es también ser activista de las causas justas, que aparte de dar clases, por ejemplo, luchan por un México en el que se viva en paz y con justicia, frente las desigualdades, injusticias y dolores, manifestó Fuentes Alcalá.

Al hacer uso de la palabra, el director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, Jacobo Dayán, consideró que las violencias son una forma de gestionar mercados lícitos e ilícitos por parte de grupos delincuenciales y el Estado para controlar -mediante el adoctrinamiento o un medio disciplinante-, y los ciudadanos son una mercancía más para el dominio de territorio, mercados y recursos.

Ante este escenario la sociedad debe resistir en colectividad, es decir, no como individuos aislados, sino como comunidad con identidad o territorio, priorizando los derechos humanos, estimó.

El dilema de nuestro tiempo no es necesariamente ser de izquierda, derecha, neoliberalista, etcétera. El modelo educativo nos enseña a ser útiles al mercado, es decir, se nos prepara para insertarnos en el mercado laboral, la pregunta es ¿no deberíamos poner en primer lugar al ser humano?, para que -más que un buen médico, arquitecto, o ingeniero- seamos ante todo buenas personas, con valores éticos, una brújula moral adecuada, con compromisos con la comunidad y el entorno.

Ante estudiantes y académicos reunidos en la Unidad de Investigación Multidisciplinaria II de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, el extitular de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos, comentó que nuestro país no vive en un entorno de violencia, sino de múltiples agresiones que son graves.

Al abordar el tema “Caminar hacia la paz frente a las violencias y la trata de personas”, destacó que desde hace tiempo se ha sugerido que los mayores índices de violencia subieron con la guerra contra las drogas de Felipe Calderón ante unos cuantos grupos del crimen organizado, pero hemos llegado al punto de normalizarla y el horror generado por más de 400 grupos criminales, sin reconocer que existen del todo.

Pasamos de aceptar que los muertos son necesarios a negar el tema y, ahora solo les recuerdo que en las cifras de delitos de alto impacto, tampoco lo son la trata de personas o desaparición de estas, añadió.

Resaltó que en los últimos 18 años hay cerca de 600 mil homicidios –vinculados con estos ilícitos— en cifras oficiales, 120 mil personas desaparecidas, pero hay un subregistro y hasta hace algunos años había más de 30 mil denuncias por tortura, además de una cifra desconocida de desplazamiento interno forzado, trata de personas, extorsión, secuestro, cobro de piso, despojo de tierra y territorio a comunidades indígenas.

Inclusive, mencionó, la trata es diferenciada en tres tipos: la primera y una de las más evidentes es la sexual, donde la mayoría de víctimas de 10 a 25 años son mujeres.

Precisó que el segundo es la esclavitud; y el tercero, que cada vez cobra más visibilidad, es el reclutamiento forzado donde estudiantes reportados como desaparecidos cuando iban a una entrevista de trabajo, posteriormente aparecen laborando para algún grupo criminal, ¿cómo se les juzga a ellos? Estamos ante víctimas que se convirtieron en victimarios.

Ante estos escenarios, enfatizó, las universidades cumplen el papel de reflexión, de ahí que es tiempo de que los jóvenes propongan soluciones, como lo hicieron generaciones en el pasado. Ejemplo de esto son los movimientos feministas, indigenistas, las madres buscadoras y otros colectivos.

En tanto, Nora del Consuelo Goris Mayans, directora la FES Acatlán, aseguró que la trata de seres humanos es una de las grandes violaciones a los derechos de la sociedad, muchos piensan que, aunque ya se abolió la esclavitud, en realidad esto no se ha detenido; diariamente escuchamos cómo niños y niñas son afectados en esta condición que ha adquirido dimensiones globales.

Acotó que es importante que los jóvenes reflexionen sobre cuál es el papel de cada uno de nosotros al ejercer una profesión, siempre centrado en el humanismo y los valores.

Con información de: UNAM

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