Colaboraciones

Análisis | Por: Pedro Luis Noble Monterrubio | El conflicto Rusia – Ucrania, primera parte

Como sociedad hemos conocido ampliamente a lo largo de la última semana el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania que ha detonado en el despliegue de fuerzas militares rusas para invadir a su país vecino, en el marco de un sinfín de condenas internacionales tendentes a reprobar el inicio de esta guerra. Partiendo de un encuadre histórico y sociopolítico debe considerarse que Rusia es el país más extenso del mundo, representando dos veces la extensión territorial de China o de los Estados Unidos, incluso con 11 husos horarios en su geografía. Es también la mayor potencia continental del mundo y su territorio es resultado mayormente de su distribución territorial más que de su historia, ya que Rusia carece de fronteras naturales claras. Debido a esta condición natural, es que ha sido invadida en múltiples ocasiones en la búsqueda de seguridad estratégica en amplias zona limítrofes pero controladas, salvándose en su historia tanto de Napoleón I como de Adolfo Hitler, por citar ejemplos puntuales. Por muchos años se dijo en la comentocracia internacional que eventualmente Rusia era fácil de invadir pero difícil de ocupar a nivel territorial.

En esa misma tesitura, Rusia carece de salida a mares cálidos y navegables a los que tiene sólo dos y ambos con accesos complicados a través de Dinamarca y sus estrechos en el mar Báltico al igual que desde Crimea hacia el Mar Negro. Es aquí cuando Crimea comienza a ser un elemento central en la reciente ocupación rusa. Rusia se ha convertido en un país dependiente de la venta de gas y armamento, lo que ha obligado al régimen del presidente Vladimir Putin a estructurar estrategias de presión regional sobre todo hacia Europa debido a la dependencia del gas. Por esta razón es que desde hace pocos años ha vuelvo a la escena pública, la consideración del nuevo imperialismo ruso con Putin al mando, colocando a Europa del Este y concretamente a Ucrania como la zona de máxima tensión y conflicto de nuestros días. En este escenario el que Ucrania se visibiliza, debe señalarse que su capital Kiev es incluso más antigua que la propia Moscú y que Ucrania ostenta un 70 % de su población nativa pero cuenta con 30 % de ciudadanos rusos residiendo y haciendo una vida diaria legalmente reconocida dentro del país.

Con un dato contundente al respecto, es que el presidente Putin ha potencializado la idea de que en Ucrania deben instaurarse gobiernos pro rusos que legitimen al régimen que se opera desde el Kremlin. Ya lo hizo antes con la ofensiva en un área ucraniana como Crimea, anexándola por completo al territorio ruso y hoy por hoy cuando ha ido por el Donbás, la región sureste ucraniana. Donbás es un punto estratégico por la enorme cantidad de gaseoductos que la cruzan.

Ucrania dirigida por el líder civil Volodinir Zelenski de 44 años, recientemente colocado en el ojo público por su decisión de internarse en las calles de su país para encabezar personalmente las acciones militares de defensa frente a la invasión rusa, ha intentado por todos los mecanismos institucionales a su alcance adherirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, para fortalecer su infraestructura de contención militar con el apoyo de esos aliados tan deseados como Estados Unidos, Francia, Italia o el Reino Unido, naciones integrantes de la OTAN, sumando 30 países los que la conforman. Sin embargo, Ucrania no ha podido consolidar todos los requisitos en materia económica, política y militar para que este paso se materialice. Entre aquellos puntos que aún quedan pendientes en la cartera ucraniana por cumplimentar el protocolo de admisión a la OTAN, destacan que como país debe avanzar hacia una economía de mercado, que sus fuerzas militares estén bajo un control civil, que la democracia se encuentre patente, incluida la tolerancia a la diversidad social.

En la siguiente entrega de la próxima semana ahondaré mayormente respecto al estatus actual de las jornadas bélicas que se sortean diariamente sobre suelo ucraniano. Hoy por lo pronto, considero útil como lo expresé en líneas anteriores, el partir del elemento fundamental que supone la historia y la geopolítica para conocer y dimensionar los alcances actuales de este conflicto Rusia – Ucrania.

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