Secretarios de Salud y de Agricultura coinciden en transformar el sistema alimentario de México con salud, justicia social y sostenibilidad

• El secretario de Salud, David Kershenobich, destacó los avances logrados con el etiquetado frontal de advertencia, las políticas escolares y las medidas fiscales para reducir el consumo de bebidas azucaradas, señalando que estas acciones han tenido un impacto significativo
• El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, señaló la importancia de generar alternativas para las comunidades más vulnerables

Ciudad de México 12 de diciembre de 2025.-Durante la presentación del informe de la Comisión EAT-Lancet sobre Alimentación Saludable y Sustentable, realizada en la Academia Nacional de Medicina, el secretario de Salud, David Kershenobich, afirmó que México enfrenta el desafío urgente de transformar su sistema alimentario con un enfoque centrado en la salud, la justicia social y los límites planetarios. En su intervención, reconoció el trabajo de la comunidad científica y el valor del análisis presentado en el informe.

El secretario también presentó avances obtenidos mediante el etiquetado frontal de advertencia, políticas escolares y medidas fiscales para reducir el consumo de bebidas azucaradas. Destacó su impacto en el comportamiento de compra: “Por las medidas que hemos implementado, hasta 38% de las personas han modificado sus compras: 30.5% eligieron un producto con menos sellos y 38.7% reportaron no comprar los productos etiquetados.”

Mencionó que estos cambios han impulsado a la industria alimentaria a reformularproductos, reduciendo calorías, sodio, grasas saturadas y carbohidratos. Asimismo, el secretario de Salud, David Kershenobich resaltó la importancia de disminuir el desperdicio de alimentos —estimado en 20 millones de toneladas anuales— y destacó el papel de los bancos de alimentos: “La red de bancos tiene como misión rescatar y redistribuir alimentos para contribuir a reducir la inseguridad alimentaria y el impacto ambiental del desperdicio.”

Al finalizar, el secretario de Salud enfatizó una recomendación prioritaria: “Si yo tuviera que poner una sola recomendación, insistiremos desde la Secretaría de Salud en implementar y promover el consumo de frutas y verduras. Ese será un eje que impulsaremos con fuerza.”

El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, afirmó que la discusión sobre los sistemas agroalimentarios ya no es si deben transformarse, sino cómo hacerlo, destacando que la transición requiere “acciones duras y difíciles”. México avanza con medidas como la prohibición de 35 plaguicidas, el Plan Hídrico Nacional, proyectos climáticos por más de mil millones de pesos y el Plan Nacional de Maíz Nativo: El Maíz es la Raíz, para fortalecer maíces nativos y sistemas ancestrales.

Respecto al informe de la Comisión EAT-Lancet, Berdegué señaló que hay queprofundizar aún más en justicia social y bienestar, pues en nuestro país la ganadería se concentra en el sur-sureste, zonas sumamente vulnerables, mientras que la horticultura y fruticultura se ubican en el centro-occidente, que vive otra realidad, por lo que “los números no suman” si no se generan alternativas para las comunidades más vulnerables.

Por su parte, el director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Eduardo Lazcano Ponce, destacó el valor global de las monografías de EAT-Lancet: “Las monografías E-Lancet se han convertido en un referente internacional porque vinculan la salud humana con la sostenibilidad ambiental y ofrecen objetivos cuantitativos para transformar los sistemas alimentarios.”

Por su parte, el investigador del INSP e integrante de la Comisión EAT-Lancet, Juan Rivera, expuso los hallazgos principales del informe y destacó la importancia de avanzar hacia sistemas alimentarios que garanticen alimentos saludables, accesibles, justos y producidos dentro de los límites planetarios.

El evento reunió a especialistas nacionales e internacionales en nutrición, salud, agricultura y economía. Al cierre, ambos secretarios coincidieron en que México debe acelerar la transición hacia un sistema alimentario más justo, sostenible y basado en evidencia científica, en beneficio de la población y del planeta.