Cultura

Récord histórico para Frida Kahlo: “El sueño (La cama)” se impone en subasta internacional

Ciudad de México, 21 de noviembre del 2025.- La obra El sueño (La cama), autorretrato fechado en 1940 y creado por la reconocida artista mexicana Frida Kahlo, alcanzó ayer en Nueva York un valor de 54.7 millones de dólares, constituyéndose en la cifra más elevada jamás obtenida por una pieza realizada por una mujer en una subasta internacional. Este hecho representa un nuevo hito para el mercado del arte y subraya la creciente relevancia de la producción artística femenina en los circuitos globales.

La operación, organizada por la casa de subastas Sotheby’s, superó el récord previamente establecido por Jimson Weed/White Flower No. 1, de Georgia O’Keeffe, que en 2014 se vendió por 44.4 millones de dólares. Con ello, la obra de Kahlo no sólo redefine los parámetros del valor económico asociado al arte femenino, sino que refuerza el posicionamiento internacional del patrimonio artístico mexicano.

Hasta ahora, el precio más alto pagado en subasta por una pintura de Kahlo había sido de 34.9 millones de dólares por Diego y yo (2021), pieza que representa a la artista junto a su esposo, el muralista Diego Rivera. Este nuevo récord consolida la creciente demanda y el reconocimiento global hacia la obra de la pintora.

El autorretrato recientemente subastado pertenece a un reducido conjunto de obras de Kahlo que se encuentran en colecciones privadas fuera de México. Cabe recordar que la obra de la artista está declarada monumento artístico nacional, lo que impide legalmente la venta al extranjero o destrucción de piezas que formen parte de colecciones públicas o privadas dentro del territorio mexicano. En consecuencia, la elegibilidad legal de El sueño (La cama) para su venta en el mercado internacional ha atraído la atención de especialistas y custodios del patrimonio cultural.

La pieza proviene de una colección privada cuyo propietario permanece en el anonimato. Algunos historiadores del arte han manifestado inquietudes respecto al destino y la accesibilidad pública de la obra, que no se exhibía desde finales de la década de 1990. No obstante, se ha informado que la pintura ya ha sido solicitada para exposiciones futuras en ciudades como Nueva York, Londres y Bruselas, lo que podría garantizar su presencia en el ámbito público en los próximos años.

En la composición, Kahlo se representa dormida sobre una cama de madera de estilo colonial, cubierta por una manta dorada decorada con enredaderas y hojas. Sobre los postes del mueble flota un esqueleto de tamaño natural, elemento central que introduce una reflexión visual sobre la delgada línea entre la vida y la muerte.

En su catálogo oficial, Sotheby’s describió la obra como “una meditación espectral sobre la porosa frontera entre el sueño y la muerte”, destacando la capacidad de Kahlo para abordar la dualidad simbólica entre conciencia e inconsciencia, y entre lo corpóreo y lo etéreo. A diferencia de contemporáneos como Salvador Dalí o René Magritte —cuyas propuestas surrealistas se caracterizaron por paisajes oníricos y construcciones ilusionistas— el imaginario de Kahlo se mantiene profundamente ligado a la experiencia corporal y emocional.

Aunque la propia artista rechazó en vida ser identificada plenamente con el surrealismo, su obra fue ampliamente celebrada por figuras clave del movimiento, entre ellas André Breton. El renovado interés internacional por su legado ha encontrado en 2025 un año particularmente significativo: en septiembre se inauguró en la Ciudad de México un nuevo museo dedicado a su vida y obra; asimismo, el Instituto de Arte de Chicago presentó por primera vez una exposición centrada en su producción, mientras que en Shenzhen se realizó su primera muestra en China.

La llamada “fridamanía” seguirá vigente en 2026, con dos exposiciones programadas en Londres y en Estados Unidos, consolidando así el impacto cultural, político y simbólico de una de las figuras más influyentes del arte mexicano y latinoamericano.

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