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Concluyó Asamblea de la ONU con Tel Aviv aislado y consenso de 34 países contra la matanza

Nueva York y Washington, 30 de septiembre del 2025.- Al concluir la semana del debate de alto nivel ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, a sus 80 años de edad, no se frenó un genocidio ni se resolvió ningún conflicto, no se revirtió el cambio climático, sigue habiendo la misma hambre y falta de acceso a salud, ni las mujeres o indígenas lograron avances, pero agrupaciones de gobiernos progresistas lograron condenar a los responsables de estos fracasos y proponer rutas hacia un mundo diferente.

Tal vez la imagen de mayor impacto fue la de la sala casi vacía de la Asamblea General cuando el mandatario de Israel Benjamin Netanyahu subió al podio –una acción encabezada por la delegación de Colombia–.

A lo largo de la semana, también se expresó el repudio de una mayoría de los 193 países a las políticas unilaterales derechistas y los ataques contra la ONU y su Carta de parte del gobierno de Donald Trump y sus aliados, dejando claro el aislamiento extraordinario de la superpotencia en una casa de la cual fue arquitecto. Ese aislamiento fue nutrido por el discurso del mandatario estadunidense, con su famosa frase dirigida principalmente a aliados de Estados Unidos de “sus países se están yendo al infierno”, que provocó asombro y burla en los pasillos de la ONU y alrededor del mundo.

En la semana, gobiernos reformistas realizaron foros y reuniones dentro y fuera de la sede de la ONU sobre una amplia gama de temas claves, tales como la respuesta a la amenaza autoritaria a proyectos solidarios, insistir en la urgencia de contrarrestar el cambio climático, y por supuesto, el genocidio por Israel contra el pueblo palestino. De hecho, el tema de Gaza culminó con el gobierno de Trump retirando la visa del presidente Gustavo Petro de Colombia, quien se atrevió a participar en una marcha y manifestación afuera mientras hablaba Netanyahu adentro. Ahí –acompañado por Roger Waters– declaró que estaba convocando a un “ejército mundial” para luchar por Palestina, y llamó a los militares estadunidenses a “no apuntar contra la humanidad sus fusiles, desobedezcan la orden de Trump, obedezcan a la humanidad”.

Entre las reuniones y foros paralelos al gran desfile anual de oradores ante la Asamblea General, se destaca el del llamado Grupo de La Haya compuesto de unos 34 países, y que en su reunión ministerial copresidida por los gobiernos de Sudáfrica y Colombia, llegó a un consenso de formular y promover medidas legales y diplomáticas coordinadas contra Israel por su genocidio. Esas medidas están diseñadas para impedir el acceso de Israel a armas, financiamiento y energía. En su declaración final, afirmó que “la opción ante todo gobierno está clara: complicidad o cumplimiento. La historia nos juzgará no por los discursos que demos, sino por las acciones que tomemos” (declaración final: https://thehaguegroup.org/meetings-ny-es/).

En otra reunión, los presidentes de Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y España junto con representantes de otros gobiernos –incluyendo el de México– y organizaciones, y figuras reconocidas como el economista Premio Nobel Joseph Stiglitz, acordaron proceder para “reforzar la democracia global” –entre otras reformas necesarias dentro de la ONU para democratizar la institución multilateral–.

Fue a propósito que Trump no haya sido invitado. El presidente de Chile, Gabriel Boric, comentó que aunque la mandataria Claudia Sheinbaum no estaba presente, México forma parte de la iniciativa.

En ese foro, el jefe del Ejecutivo de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, llamó a “reconstruir… las relaciones amigables entre estados” desde los valores de la izquierda, y preguntó: “¿la extrema derecha crece con la fuerza por méritos suyos o por incompetencia nuestra?, ¿dónde dejamos la democracia? No hay que olvidar el fortalecimiento de los movimientos sociales y la necesidad de responder a los adversarios y al mercado. Si no, será el fracaso de la democracia”, reportó elDiario.es.

En un foro patrocinado por el Congreso Panamericano, un homenaje a Pepe Mujica, el fallecido ex presidente de Uruguay, también participaron los mandatarios de Uruguay, España y Chile y el líder del Caucus Progresista del Congreso de Estados Unidos, Greg Casar, –y donde también estaban en el programa, pero que no lograron llegar, el senador estadunidense independiente Bernie Sanders, y los presidentes de Brasil y Colombia– se celebraron los esfuerzos para democratizar y hacer más justos a sus países, pero también la necesidad de buscar respuestas progresistas trasnacionales ante los desafíos que enfrenta todo país.

No somos súbditos

Ademas de estos gobiernos, también hubo reuniones con la participación de otros Ejecutivos progresistas incluyendo Sudáfrica y Cuba.

“No somos súbditos”, resumió el presidente Petro en entrevista con la BBC durante la Asamblea General en respuesta al mensaje que envió Trump al mundo.

“No pueden pensar que los pueblos que somos hijos de Bolívar nos arrodillamos.”

Entre lo más notable en estas reuniones fue el bajo perfil que mantuvo México, tal vez resultado más de una falta de información a los medios y al público sobre su participación en los eventos con otros gobiernos progresistas.

A pesar de que esta sesión de alto nivel de la Asamblea General no logró cumplir los principios y compromisos de Naciones Unidas, dejó claro que no hay sustituto para este foro mundial para la gran mayoría de las 193 naciones miembros. Los foros e iniciativas impulsadas por gobiernos progresistas dentro y alrededor de la ONU –como también los encuentros informales de sus líderes entre ellos o con rockeros, economistas y activistas en los pasillos, cafeterías, cantinas y más esta semana siguen siendo esenciales para crear otro futuro para el planeta.

Con información de: https://www.jornada.com.mx/

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