Depresión y corazón: la alerta del especialista de Harvard que todos deben conocer
Ciudad de México, 27 de septiembre del 2025.- La relación entre la salud mental y la cardiovascular va mucho más allá del estrés cotidiano y para conocer más sobre el tema, en SuMédico entrevistamos en exclusiva al Dr. David Mischoulon, director del Programa de Investigación y Clínica de Depresión del Hospital General de Massachusetts y profesor de Psiquiatría en Harvard que explica el mecanismo fisiológico directo:
«La persona que tiene depresión o ansiedad o estrés en la vida general, eso provoca ciertas reacciones fisiológicas en el cuerpo».
El especialista detalla que este estado afecta al sistema nervioso simpático, nuestro sistema de defensa, desencadenando la producción de hormonas y sustancias químicas dañinas.
«Como consecuencia, el cuerpo produce ciertas hormonas, sustancias químicas que provocan reacciones como, por ejemplo, aumentar la presión de la sangre, también causan inflamación en las venas y las arterias», afirma el experto.
Este proceso continuo tiene consecuencias a largo plazo: «Eso con el tiempo puede acelerar el proceso de aterosclerosis y aumentar el riesgo de hipertensión crónica y en algunos casos después de largo plazo pueden causar problemas del corazón como infartos, ataque al corazón o incluso derrames cerebrales».
La inflamación crónica y los hábitos de vida: un combo peligroso
Además de los procesos químicos directos, el Dr. Mischoulon señala que la depresión y la ansiedad generan un impacto indirecto a través del estilo de vida. «La persona con depresión probablemente emprende menos actividad física, menos ejercicio, aunque sea algo sencillo como caminar». La alimentación también se ve afectada: «La gente con depresión no siempre sigue una dieta adecuada, pueden comer, por ejemplo, demasiadas comidas procesadas con aceites que pueden causar inflamación«.
El psiquiatra de Harvard añade otros factores de riesgo conductuales: «Y también está el posible consumo de alcohol o tabaco o incluso drogas recreacionales y también en general menos adherencia al tratamiento médico. Por ejemplo, pueden olvidarse de tomar medicinas para otras condiciones médicas». En resumen, «aparte de
Un círculo vicioso: cuando el problema cardíaco desencadena depresión
La peligrosa relación es bidireccional. El Dr. Mischoulon alerta que «cuando una persona sufre un ataque al corazón o un derrame, ese proceso representa gran actividad inflamatoria en el cuerpo». Explica que «las sustancias químicas inflamatorias pueden afectar al cerebro también y pueden ayudar a producir la depresión». A nivel fisiológico, «muchas de las sustancias que sabemos que están asociadas con la inflamación pueden hacer daño al cerebro«.
A esto se suma el impacto psicológico del evento traumático: «Una persona que ha sufrido un ataque al corazón, eso representa un trauma enorme igual que un derrame y las limitaciones que puede presentar haber tenido un ataque al corazón o un derrame, eso también puede contribuir a que la persona se sienta deprimida, disminuida, como que no puede hacer las cosas que podía hacer antes». Esta sensación de pérdida «puede provocar una depresión grave».
la inflamación causada por el estrés, también lo que hace uno respecto del estilo de vida puede afectar».
Población en riesgo y señales de alerta
Al ser cuestionado sobre qué grupos son más vulnerables, el Dr. Mischoulon fue claro: «Cualquiera que tenga un historial de depresión, especialmente si la depresión no ha sido tratada apropiadamente, puede tener riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca más adelante y viceversa. La persona con enfermedad cardíaca tiene un riesgo más grande de depresión«.
El factor genético es crucial: «Mucho eso depende de la genética. Si uno, por ejemplo, tiene muchos parientes en la familia con historial de depresión o de enfermedad cardíaca, ellos en sí tienen un riesgo más grande que el promedio». Sobre las señales de alerta, el especialista advierte que «las enfermedades del corazón no siempre vienen con señales obvias, por ejemplo, la alta presión generalmente no tiene síntomas». Recomienda prestar atención a «palpitaciones del corazón sin motivo claro, o si se encuentra sin aliento de cuando en cuando sin haber hecho ningún ejercicio o episodios de mareo, la sensación de que se va a caer». Ante estos síntomas, la recomendación es clara: «La persona debe hablar con un médico lo antes posible».
Estrategias de prevención y tratamiento integrado
Para el Dr. Mischoulon, el enfoque debe ser integral: «Hay que considerar el tratamiento integrado, o sea, hay que atacar en todos los frentes. Si la persona tiene depresión y enfermedad cardíaca, hay que manejar ambos». Esto implica «el uso de antidepresivos, medicinas antidepresivas o psicoterapia y el tratamiento adecuado para el corazón, por ejemplo, medicinas para bajar la presión alta».
Destacó la efectividad de intervenciones no farmacológicas: «Estudios han demostrado que la terapia cognitiva puede ayudar a controlar el estrés en particular y también puede controlar síntomas de depresión o de ansiedad. Y eso tiene un efecto positivo, puede ayudar a bajar la presión de la sangre y también incluso normalizar los latidos del corazón». Otras herramientas como la meditación también son válidas, especialmente «porque algunos individuos no pueden tomar muchas medicinas porque les puede causar efectos secundarios».
El ejercicio: una herramienta poderosa
El especialista de Harvard resaltó el papel del ejercicio como un pilar fundamental:
«Ha habido estudios que han demostrado que el ejercicio ayuda desde el punto de vista cardiovascular y también desde el punto de vista psicológico y mental. El ejercicio puede ayudar a reducir la depresión, igual que como puede mejorar la salud cardíaca».
Para quienes se sienten abrumados, tiene un mensaje alentador: «Cuando hablamos de ejercicio, no necesariamente tiene que ser muy rigoroso, incluso salir y caminar media hora, una hora todos los días, puede tener beneficios«. Recomienda empezar con metas modestas: «Simplemente salir y caminar un poco todos los días puede tener grandes beneficios y eso es lo que yo recomiendo a muchos de mis pacientes».
Consejos prácticos y un mensaje final de esperanza
Para la audiencia en México, con altos niveles de estrés, el Dr. Mischoulon recomienda hábitos sencillos: «Tratar de comer con moderación, mantenerse en peso porque el exceso de peso provoca inflamación. Evitar el uso excesivo del alcohol o de otras sustancias. Mantenerse físicamente activo, preferiblemente haciendo una actividad que le guste». También sugiere «permitirse tiempo para estar en casa con la familia, descansar, hacer cosas divertidas, incluso meditar, aunque sea una media hora todos los días».
Para quienes evitan tratar su salud mental por estigma, tiene un mensaje claro: «Estas condiciones son enfermedades que tienen una base médica fisiológica igual que la diabetes o la alta presión y son condiciones que se pueden tratar». Recomienda empezar por el médico general y destaca la ganancia dual: «Al tratar la depresión y la ansiedad eso también va a representar ganancias desde el punto de vista de salud cardíaca».
En el Día Mundial del Corazón, su mensaje final es de unidad: «Como en la medicina oriental, ellos no separan a la mente y el cuerpo, lo consideran como una entidad. Y así es como nosotros debemos ver a la salud. La salud mental y la salud física, ambas son importantes y están interrelacionadas». Su conclusión es esperanzadora: «No tener miedo de pedir ayuda si es necesario porque estas condiciones hoy día tenemos muchos tratamientos, muchas maneras de afrontar estas condiciones mentales y cardiovasculares».
Con información de: https://www.sumedico.com/