UNAM conmemora el legado de Carlos Monsiváis a 15 años de su partida
Ciudad de México, 21 de agosto del 2025.- El XV aniversario luctuoso del escritor Carlos Monsiváis (1938-2010), cumplido el pasado 19 de junio, fue conmemorado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con la presentación del libro Nostalgia de Monsiváis (Siglo Veintiuno Editores) y la proyección de la película Los caifanes (1967), en la que aparece el ensayista. El acto se realizó en la sala cinematográfica que lleva su nombre en el Centro Cultural Universitario (CCU).
Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, aseguró que el legado de Monsiváis a la institución es “multifacético y perdurable”, su relación con la comunidad universitaria, “profunda y simbiótica”. No sólo fue alumno y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras –también estudió economía– , sino “se convirtió en una voz crítica y entrañable que documentó la vida, las luchas y las transformaciones de la institución”.
El autor de Días de guardar capturó “la esencia de la UNAM como un espacio de efervescencia intelectual y social. Su obra en buena medida es un espejo de la historia contemporánea de la universidad, desde los movimientos estudiantiles del 68 hasta las huelgas a finales de los años 90 del siglo pasado. Su pluma dibujó el panorama de la vida estudiantil y académica que muestra a la UNAM como un microcosmos de la sociedad mexicana”, señaló Beltrán.
Como universitario Monsiváis “elevó la crónica a la categoría de herramienta de análisis social. Sus escritos sobre la UNAM no son meros registros históricos, sino interpretaciones profundas que exploran temas como la identidad, la libertad de expresión y la función social de las educación pública. Una invitación constante a pensar críticamente, observar con detenimiento la complejidad de México y a reconocer en la UNAM un motor fundamental para el desarrollo del país”.
Monsiváis fue otorgado el doctorado honoris causa de manera póstuma por la UNAM en 2012. Se lo habían conferido en 2010, sin embargo su muerte impidió su entrega. Como parte del homenaje se inauguró una sala de cine con su nombre en el CCU, “en reconocimiento a su pasión por el séptimo arte y su uso como herramienta para analizar la cultura mexicana”, indicó Beltrán. Entre otros vínculos del escritor con la universidad, el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades es depositario de una parte de su archivo personal, que fue donado por el propio cronista y su familia. De modo que “Monsi se fue pero se queda. Es imposible ser universitario sin evocarlo”, afirmó la escritora.
El libro Nostalgia de Monsiváis, coordinado por Marta Lamas y Rodrigo Parrini, nació a raíz de que los alumnos de licenciatura de Parrini, “no sabían quien era Monsiváis. Cosa que nos decepcionó, escandalizó y preocupó”, expresó Lamas en la presentación. Entonces, “decidimos hacer un libro de recuerdos de personas que estuvieron cerca de él y que tenían algo que contar divertido, una anécdota”. En el proceso, “hubo personas que hicieron un artículo serio de investigación o un manifiesto político. Hubo de todo”, detalló Lamas.
Una de esas voces fue el economista Rolando Cordera para quien Monsiváis es “un cronista sin pausa ni reposo. Crítico implacable, hombre de la cultura y de las letras, y fervoroso defensor de la fe laica y la tolerancia. Es feroz, agudo, implacable, aunque no prefigura el llamado discurso del odio. Siempre presente en toda suerte de discriminación contra las minorías o los personajes caídos en desgracia”. Legó una mirada “irónica e inteligente”. Recordarlo “no sólo es leer y releerlo, mucho menos apropiarnos de él. También es atender y entender su permanente conseja: desconfiar de las unanimidades inquisitoriales. Las que en defensa del bien y la verdad verdadera, están prestas a encender hogueras purificadoras”.
Otra voz fue la diplomática Raquel Serur quien trajo a colación la memoria “prodigiosa y sorprendente” del homenajeado. Su capacidad de “absorber y retener todo lo que leía, veía y sabía era impresionante”. Para el político y académico José Woldenberg, Monsiváis poseía “un estilo que expresaba una nueva sensibilidad, más abierta, irónica y corrosiva. Su forma única de contar, deslumbrante, abigarrada, sugerente, provocador, se convirtió en una talente imitado por muchos y un referente obligado”.
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