Los efectos del estrés en el sistema inmune
Ciudad de México, 24 de julio del 2025.- En el mundo de hoy en día, llevar un ritmo acelerado parece ser la norma y el estrés está dejando de ser una respuesta ocasional a convertirse en una constante de la vida diaria, señala la Dra. Anna Paola Carvallo Thomé, médico internista del Centro Médico ABC. Esta condición, lejos de ser una simple incomodidad emocional, representa una amenaza real para la salud física, especialmente por su impacto en el sistema inmunológico.
¿Cómo afecta el estrés crónico al cuerpo?
El término “estrés” hace referencia a una respuesta natural del organismo ante situaciones de peligro y la realidad es que no todo estrés es algo negativo. El estrés agudo, que es aquel que se activa por un evento repentino como un susto o una situación de emergencia, es una herramienta fundamental en la defensa. Pero dependiendo de la causa y la duración pueden presentarse diferentes tipos de estrés.
El problema surge cuando este estado de alerta se vuelve permanente, esto quiere decir que los mismos mecanismos que están diseñados para protegernos, comienzan a desgastarse por su uso excesivo y sin descanso.
Para ejemplificar esto, la especialista menciona “imagínate tener diez policías vigilando tu casa día y noche, sin descanso o sólo con dos horas para dormir. Aunque al principio estarán alertas, conforme pasa el tiempo se agotarán, perderán su efectividad y, finalmente, colapsarán, esto mismo le pasará a nuestro cuerpo cuando está bajo estrés crónico.
A esta situación se le conoce clínicamente como distrés e implica que el sistema ya no responde para defendernos, sino que incluso, comienza a enfermarnos.
Dentro de este daño, uno de los sistemas más afectados por esta sobrecarga es el sistema inmunológico. Bajo un estrés constante, el cuerpo libera adrenalina y cortisol, que son las famosas hormonas del estrés y su presencia en el organismo está de forma sostenida. Esta activación crónica provoca un aumento en los niveles de glucosa en la sangre, que originalmente sería empleada como fuente de energía para huir o luchar, pero en los contextos sedentarios modernos, termina generando inflamación y debilitando a las células que actúan como soldados.
Este constante estado de alerta se traduce en que los soldados del sistema inmunológico se agoten, que ya no detecten con la misma rapidez a los virus o bacterias y sus funciones empiezan a fallar. Como consecuencia a esto, las personas bajo estrés prolongado tienen mayor susceptibilidad a infecciones, inflamación sistémica y aparición de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, problemas gastrointestinales o fatiga persistente, por mencionar algunas secuelas.
Señales de alerta ante el estrés crónico
La Dra. Carvallo menciona que, aunque es posible confirmar mediante estudios de laboratorio el impacto del estrés en el cuerpo, la forma más clara de lograrlo es a través de cambios conductuales y emocionales.
Dentro de los síntomas más frecuentes están:
- Alteraciones del sueño.
- Irritabilidad.
- Palpitaciones.
- Ansiedad.
- Pensamiento rumiativo (darle vueltas a los mismos problemas).
- Pérdida del disfrute de actividades cotidianas.
Con frecuencia, los pacientes comienzan a tener “mecha corta” y reaccionan con enojo desproporcionado incluso a situaciones tranquilas cotidianas, o también conductas alimenticias compulsivas como buscar alimentos crujientes, como papitas, cacahuates o hasta hielo, que liberan tensión momentánea, pero agravan el problema metabólico.
Hablando de problemas fisiológicos, el estrés crónico también puede reflejarse en niveles elevados de glucosa, alteraciones en la presión arterial y cambios hormonales. Aquí el cuerpo responde como si estuviera sobre ejercitándose y, con el tiempo, surgen dolores musculares, cansancio extremo o disminución en la concentración mental.
Sumado a esto, el sistema inmune pierde su capacidad de defensa. Aunque muchas personas con estrés crónico aseguren estar bien físicamente, la realidad es que todos ven afectada su inmunidad bajo este estado.
Lo más grave, al momento de las secuelas generadas por el estrés crónico, es que las consecuencias no se limitan a síntomas temporales. El estrés constante puede desencadenar enfermedades con secuelas permanentes como la diabetes, infartos o eventos cerebrovasculares, aunque estas condiciones se desarrollan después de años o décadas con distrés no atendido.
Se requiere de un enfoque integral en el tratamiento
Para revertir los efectos del estrés crónico en el cuerpo no existe una solución única ni inmediata. La Dra. Carvallo explica que las personas estamos acostumbradas a lidiar con enfermedades agudas, que se curan en unos pocos días, pero al hablar de una condición crónica, nos referimos a una situación que lleva al menos un año en el cuerpo al momento de llegar a consulta. Por este motivo, el tratamiento debe ser progresivo y sostenido en el tiempo.
Como primer paso, lo óptimo es buscar atención con un médico internista, ya que tiene el conocimiento necesario para evaluar de forma integral todos los sistemas afectados como la presión arterial, la digestión, el metabolismo, la salud cardiovascular y la salud emocional; en lugar de lo que haría un subespecialista que sólo se enfoca en el área que aborda; el médico internista no solamente diagnostica y trata síntomas físicos, también tiene la capacidad de detectar si hay necesidad buscar atención con un psicólogo o psiquiatra.
El abordaje ideal es multidisciplinario, debido a que el estrés crónico desgasta neurotransmisores cerebrales como la serotonina, dopamina y noradrenalina. En caso de que el daño sea leve, se puede tratar con psicoterapia. Pero si los niveles son bajos, es posible que se requiera apoyo con medicación, bajo supervisión de un psiquiatra; algo crucial al abordar el factor psicológico del estrés crónico, es que muchas personas pueden tener la mala concepción al creer que el psicólogo o psiquiatra es sinónimo de “estar loco”, algo que está totalmente erróneo.
La salud mental es crucial y esencial, así como la salud física, y así como se requiere medicamentos para ayudar el tratamiento en alguna condición física, también se pueden requerir medicamentos para apoyar la salud mental.
Otro elemento central al momento de abordar el estrés crónico es la práctica de ejercicio físico, no solamente por su efecto directo en la reducción del cortisol, sino porque también ayuda a utilizar la glucosa que fue liberada, a estabilizar la presión y mejorar el estado de ánimo.
Una acción crucial para disminuir los niveles de estrés es dormir al menos seis horas continuas con buena calidad, realizar esto permite que, al momento de entrar en la etapa de sueño profundo, el cuerpo se regenere.
Algo que con frecuencia las personas evitan es el descanso real. Muchas personas no saben cómo desconectarse, incluso en sus días libres. Por eso, se recomienda salir de la rutina, visitar lugares relajantes, evitar pensamientos laborales en el tiempo libre y establecer límites con las exigencias externas, aunque esto suena sencillo en la teoría, resulta complicado en la práctica, lo importante es comenzar a disminuir la intensidad del estrés con pequeños cambios.
Para aquellos casos donde el estrés crónico ya está desencadenando enfermedades como hipertensión o diabetes, es importante iniciar tratamiento médico lo antes posible. Una buena noticia, señala la Dra. Carvallo, es que, al reducir el estrés, muchos de estos medicamentos también disminuirán o incluso, se llegarán a suspender.
No hay que olvidar que el estrés crónico es más que un malestar emocional, es una condición fisiológica que, de no tratarse, puede desencadenar un abanico de enfermedades con consecuencias graves y, en casos graves, irreversibles.
Para finalizar, la Dra. Carvallo enfatiza que lo más importante es que la gente aprenda a detectar cuando algo ya no está bien. En caso de que te sientas distinto, más irritable, sin energía, si no duermes bien o ya no disfrutas las cosas que antes sí hacías, pide ayuda, no esperes a que el cuerpo colapse. Aceptar que se está bajo estrés crónico no es una debilidad, es el primer paso hacia la recuperación.
En el área de Medicina Interna y en el Centro Neurológico del Centro Médico ABC te podemos brindar atención especializada tanto para abordar el estrés crónico, como aquellas secuelas físicas que se estén desarrollando.
Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/