Tecnologia

China, a la conquista de AL con sus autos eléctricos

Ciudad de México, 23 de julio de 2025.- A dos horas en coche de los atascos viales de São Paulo, más allá de los vastos valles de caña de azúcar, se prepara la apertura de una de las primeras fábricas chinas de coches a batería de América.

Su objetivo es reinventar la forma de conducir en Brasil y, en última instancia, en el resto de América Latina, como ya han hecho los fabricantes de automóviles chinos en gran parte de Asia y como quieren hacer en Europa.

¿Cuál es la historia de esta fábrica de vehículos?
Hasta hace poco, esta fábrica estaba gestionada por Mercedes-Benz, el gigante alemán de la innovación automovilística del siglo XX que producía coches de gasolina. Hoy es propiedad de Great Wall Motor, una empresa que hace décadas fabricaba robustas camionetas para el campo chino, pero que ahora es uno de los principales exportadores chinos de coches eléctricos elegantes y asequibles.

El cambio de manos refleja un profundo trastorno para una de las industrias más vitales del mundo. Si los coches de gasolina estadunidenses y europeos dominaron en su día los gustos y las tendencias mundiales, parece que esa era se decanta rápidamente a favor de China.

En la actualidad, China no solo fabrica y exporta más coches de todo tipo que cualquier otro país del mundo, sino que las empresas chinas dominan la fabricación mundial de los vehículos del futuro impulsados por baterías. También controlan la cadena de suministro de prácticamente todo lo que va en esos coches.

Los vehículos eléctricos (EV, en inglés) chinos están entre los más avanzados del mundo. Hoy en día, algunos de ellos llegan tan lejos con una sola carga como los Tesla de gama alta, a precios más bajos. Un fabricante de coches chino Build Your Dreams (BYD, en inglés) ha desarrollado una tecnología capaz de proporcionar una carga completa en solo 5 minutos, aproximadamente el tiempo que se tarda en repostar un coche de gasolina.

No es de extrañar que las ventas de Tesla en China estén rezagadas, y que Estados Unidos, tanto bajo la presidencia de Joe Biden como la de Donald Trump, prácticamente haya prohibido las importaciones de automóviles chinos.

A China le queda el resto del mundo
Sus fabricantes de coches eléctricos e híbridos han establecido, o están en proceso de establecer, fábricas en Hungría, Indonesia, Rusia, Tailandia y Turquía.

Estos esfuerzos, incluida la fábrica brasileña de Great Wall, forman parte de una campaña mundial de China para hacerse con una porción importante de la industria automovilística mundial, una poderosa fuente de ingresos, puestos de trabajo y también prestigio nacional.

La agitación tecnológica es un momento de oportunidad para China. Mientras el gobierno de Trump intenta frenar el avance de los vehículos eléctricos en Estados Unidos, los dirigentes chinos ven en los EV una inusual oportunidad de abrirse paso en un mercado dominado durante mucho tiempo por empresas alemanas, japonesas, coreanas y estadunidenses.

Toyota, General Motors, Volkswagen y sus homólogos occidentales han tenido dificultades para dominar los vehículos eléctricos. Pero para China, la disrupción es un regalo.

Pekín ha prodigado su apoyo a fabricantes de automóviles cuyos nombres —Great Wall Motor o BYD— quizá no resulten familiares a los estadunidenses, pero cuyos vehículos están inundando gran parte del resto del mundo. Se han convertido en potentes símbolos del ascenso económico y tecnológico de China.

Los gigantes occidentales del automóvil están alarmados
“Estamos en una competición global con China”, dijo Jim Farley, director ejecutivo de Ford Motor Company, en la conferencia Aspen Ideas de junio.  “No se trata solo de los EV. Y si perdemos esto, no tenemos futuro en Ford” añadió.

En Europa, los fabricantes de automóviles chinos han duplicado este año su cuota de mercado de todos los automóviles, hasta el seis por ciento, y ahora controlan alrededor del 20 por ciento del mercado europeo de vehículos eléctricos. Todo ello a pesar de los elevados aranceles que Pekín ha estado en negociaciones. Se han abierto salas de exposición de vehículos eléctricos chinos desde Milán a Bombay, y las marcas chinas son cada vez más frecuentes en Tailandia y la India.

Ahora, en lo que refleja la creciente confianza industrial y la influencia geopolítica de Pekín, China se abre camino en las grandes economías compradoras de automóviles de América Latina.

Great Wall Motor adquirió la planta de Mercedes en la ciudad industrial de Iracemápolis, cerca de São Paulo, después de que el fabricante de automóviles alemán cerrara en 2021, culpando a una caída en las ventas de coches de lujo.

BYD tomó el control de una fábrica de Ford después de que años de bajas ventas obligaran al gigante automovilístico estadunidense a poner fin a su larga historia de fabricación en Brasil.
https://www.milenio.com/negocios/industria-automotriz-china-quiere-conquistar-america-latina

Con información de: Milenio

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