Cultura

Universidad comunitaria rompe barreras con inclusión, lenguas originarias y enfoque en salud pública

Chiapas, México – En una región donde la educación superior suele estar lejos, tanto geográfica como culturalmente, el Instituto Superior Universitario Amado Nervo ha logrado lo que muchas instituciones aún no: ofrecer una alternativa educativa pertinente, inclusiva y con identidad propia.

Fundado en Chiapas por David Cruz López, un joven becario del ITESM originario de Tuxtla Gutiérrez, este modelo universitario se desmarca de los consorcios académicos tradicionales. Su apuesta es clara: formar profesionales que permanezcan en sus comunidades, que hablen su lengua y comprendan su realidad.

Con más de 6 mil estudiantes y presencia en Chiapas y la Ciudad de México —y planes de expansión hacia Oaxaca y Quintana Roo—, el instituto ofrece carreras orientadas a la salud pública, como enfermería y trabajo social, en respuesta a la demanda de personal capacitado en zonas marginadas. Sus programas están alineados con instituciones como la UNAM, el IMSS y la CIFRHS, lo que garantiza titulación y empleabilidad sin salir del estado.

Pero su innovación más notable es lingüística: imparten programas en tzeltal y tzotzil, haciendo real la inclusión educativa para estudiantes indígenas. “La excelencia no debe ser un privilegio, sino un derecho accesible”, afirma su fundador.

Con plataformas híbridas, enfoque práctico y herramientas digitales, el Instituto Amado Nervo no solo prepara profesionistas, sino agentes de cambio local. Su historia, más que institucional, es una historia de posibilidades para miles de jóvenes que hoy tienen una universidad que los ve, los escucha y los forma desde su territorio.

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