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Cerocahui, la parada secreta en la ruta del Chepe

Ciudad de México, 13 de junio de 2025.- Ubicado en el corazón de la majestuosa sierra Tarahumara, cerca de las famosas Barrancas del Cobre, Cerocahui es un pueblo que parece detenido en el tiempo. Su templo jesuita, con más de 300 años de historia, se alza como un testigo silencioso de siglos de tradición y resistencia. Poco conocido pero profundamente encantador, este lugar combina la riqueza cultural de los rarámuri con paisajes naturales que le roban el aliento a cualquiera.

Si la pregunta es cuál es un destino para sumergirse en una experiencia auténtica, Cerocahui es la respuesta. En este artículo, te llevaremos a través de su historia, sus atractivos y algunos consejos prácticos para que planees tu visita a rincón en Chihuahua.

Un viaje a la era de las misiones: la historia de Cerocahui
Cerocahui debe su nombre a la lengua tarahumara, en la cual sero significa «cueva» y cahui quiere decir «lugar», lo que se traduce como «lugar de la cueva». Este pequeño pueblo, fundado en 1680 por misioneros jesuitas, guarda en sus calles y edificaciones un legado que mezcla la evangelización colonial con las tradiciones indígenas. La Misión de Cerocahui, dedicada a San Francisco Javier, es el corazón histórico del lugar. Construida con adobe y vigas de madera, su simplicidad arquitectónica contrasta con la riqueza espiritual que representa. Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), este templo es uno de los ejemplos mejor conservados de las misiones jesuitas en la Sierra Tarahumara, un recordatorio de la labor evangelizadora que marcó la región en el siglo XVII.

Qué hacer en Cerocahui
Cerocahui no es un lugar de monumentos grandiosos ni de multitudes. Su encanto radica en la simplicidad y en la conexión con el entorno. Toma nota de todos los atractivos y actividades que te esperan.

Misión de Cerocahui, el alma del pueblo
El templo jesuita es, sin duda, el emblema de Cerocahui. Su fachada de adobe y su interior austero, decorado con altares barrocos y una imagen de San Francisco Javier del siglo XVIII, invitan a la reflexión.

Cascada de Cerocahui
A pocos kilómetros del pueblo, la cascada de Cerocahui ofrecen un espectáculo que combina fuerza y serenidad. Rodeada de pinos y encinos, la caída de agua es en sí una meditación de la naturaleza. El trayecto hasta las cascadas es corto pero requiere caminar por senderos naturales, así que lleva calzado cómodo. En temporada de lluvias, entre julio y septiembre, el caudal aumenta y el paisaje se vuelve aún más impresionante. Es un sitio ideal para tomar fotografías y sentarte a escuchar el murmullo del agua.

Mirador Cerro del Gallego
Si hay un lugar que captura la inmensidad del paisaje en esta región, es el mirador Cerro del Gallego. A unos 20 minutos en coche desde Cerocahui, este punto ofrece una vista panorámica del Cañón de Urique, uno de los varios que conforman el sistema conocido como Barrancas del Cobre.

Las Barrancas del Cobre, con sus 60,000 kilómetros cuadrados, supera en tamaño y profundidad al Gran Cañón de Estados Unidos, según datos de la Secretaría de Turismo de Chihuahua. Desde el mirador, el atardecer tiñe las montañas de tonos dorados y rojizos, un espectáculo que justifica por sí solo el viaje. Lleva una chamarra para abrigarte del viento frío, especialmente si visitas al atardecer.

Senderismo y observación de aves
La sierra Tarahumara es un paraíso para los amantes de la naturaleza. En Cerocahui, los senderos te llevan a través de bosques densos y arroyos escondidos. No necesitas ser un experto para disfrutarlos; hay rutas de diferentes niveles de dificultad. Durante el recorrido, presta atención al cielo. La región es hogar de especies como el águila real, el pájaro carpintero de la sierra y el colibrí de cola ancha. Según el portal de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), la sierra Tarahumara alberga a más de 300 especies de aves, lo que la convierte en un destino destacado para la observación ornitológica.

Dónde hospedarte
Las opciones de hospedaje en Cerocahui son limitadas pero encantadoras. En el centro del pueblo hay dos hoteles:

  • Hotel Misión Cerocahui. Un hospedaje de lujo, ubicado frente a la emblemática misión jesuita. Los muros de piedra y ambientación rústica le dan una sensación acogedora al lugar. Tiene un viñedo que puedes visitar, en donde produce su propio vino. En tu habitación te espera una chimenea de leña y cómodas camas para descansar.
  • Hotel Jade Cerocahui. Con murales de artistas locales y un carácter inconfundiblemente mexicano, este hotel tiene mucha personalidad. La familia que lo opera prepara delicias regionales para el desayuno y la experiencia es amena y casera.

Con información de: México Desconocido

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