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Día Mundial contra el trabajo infantil: jugar y estudiar, lujos inalcanzables para millones

Ciudad de México, 12 de junio de 2025.- Pese a sus esfuerzos, América Latina y el Caribe no han logrado erradicar el trabajo infantil, por lo que millones de niños aún carecen de derechos fundamentales como aprender o jugar.

Según el reporte Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2024, tendencias y el camino a seguir, elaborado por la OIT y la Unicef, en América Latina y el Caribe, se registró una disminución relativa del 8% en la prevalencia y una caída del 11% en cifras absolutas.

El progreso relativamente más lento en América Latina y el Caribe sugiere que la región necesitará acelerar considerablemente el progreso para acercarse a la eliminación para 2060, afirmaron los organismos.

En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó que, de continuar a este ritmo, esta situación no se erradicará, sino hasta la mitad del siglo.

Desde el año 2000, el trabajo infantil se ha reducido casi a la mitad, de 246 millones a 138 millones, pero las tasas actuales siguen siendo demasiado lentas, y el mundo no ha alcanzado el objetivo global de eliminación para 2025.

Por ello, para acelerar la erradicación del trabajo infantil, la Unicef y la OIT sugieren a los gobiernos:

  • Invertir en sistemas de protección social, especialmente para los hogares vulnerables, incluidas prestaciones universales por hijo, para que las familias no recurran al trabajo infantil.
  • Reforzar los sistemas de protección infantil para identificar, prevenir y responder a los niños en situación de riesgo, especialmente a los que se enfrentan a las peores formas de trabajo infantil.
  • Proporcionar acceso universal a una educación de calidad, especialmente en las zonas rurales y afectadas por la crisis, para que todos los niños puedan aprender.
  • Garantizar el trabajo decente para adultos y jóvenes, incluido el derecho de los trabajadores a organizarse y defender sus intereses.
  • Hacer cumplir las leyes y la responsabilidad empresarial para acabar con la explotación y proteger a los niños en todas las cadenas de suministro.
  • Las causas estructurales del trabajo infantil en México
  • La pobreza, la precariedad laboral de los adultos, los gastos educativos, factores culturales que toleran el trabajo infantil, la desigualdad económica, la exclusión social y la falta de políticas públicas articuladas son algunas de las causas estructurales del trabajo infantil en México.

Así lo establece el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en su estudio Trabajo Infantil y Gasto Público: inversión para la prevención y erradicación, y agrega que es necesario diseñar programas presupuestarios para abordar directamente el trabajo infantil.

Y es que, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes están en esta situación.

«El trabajo infantil es toda actividad laboral que perjudica el desarrollo físico, mental, emocional o social de los niños, niñas y adolescentes, o que interfiere con su educación, incluyendo ocupaciones no permitidas y quehaceres domésticos en condiciones inadecuadas”.

Para el organismo, fortalecer los recursos destinados para garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes es una inversión a largo plazo con efectos positivos para la sociedad, evitando costos futuros asociados a la baja escolaridad, informalidad laboral y los ciclos de pobreza.

“La erradicación del trabajo infantil requiere un compromiso firme y acciones coordinadas, no solo a nivel global, sino también en países como México, donde millones de infantes esperan un futuro digno y libre de explotación”, explica el CIEP.

Agregó que la persistencia del trabajo infantil en México evidencia la necesidad de construir intervenciones integrales que combinen regulación laboral, protección social, acceso efectivo a la educación, fortalecimiento comunitario e institucional, y una asignación presupuestaria adecuada y consistente.

«Incrementar los esfuerzos para prevenir y erradicar el trabajo infantil evita costos futuros asociados a la baja escolaridad, la informalidad laboral, la exclusión social y los ciclos de pobreza y desigualdad. Por ello, el presupuesto orientado a estas acciones debe entenderse como una inversión de largo plazo con efectos positivos para la sociedad”, advirtió el CIEP.

Con información de: Economista

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