Cultura

Joel Meyerowitz: «la fotografía capta un momento irrepetible»

Ciudad de México, 16 de mayo de 2025.- A sus 87 años, el fotógrafo neoyorquino Joel Meyerowitz se mueve con agilidad, lleva siempre colgada al cuello su cámara y fija su mirada penetrante en cualquier detalle, siempre al acecho de una imagen.

«Una fotografía se captura en una milésima de segundo y capta un momento que se desvanece y deja de existir, que nunca más se repite. De ahí que sirve para comunicar lo inesperado», explicó durante la presentación, en el centro cultural Fernando Fernán Gómez, de Madrid, sobre su exposición Europa 1966-1967, con la que además se inicia el festival PhotoEspaña.

La exposición es parte del viaje iniciático que realizó Meyerowitz en 1966 y 1967, cuando tenía 28 años: con el poco dinero que ganó en una campaña de publicidad decidió emprender un viaje que primero lo llevó a cruzar el Atlántico en un barco. Después, tras comprar un viejo coche Volvo, recorrió más de 30 mil kilómetros para cruzar Inglaterra, Francia, Alemania, Gales, Irlanda, Grecia, Turquía, Escocia, Italia, Marruecos y España.

Durante dos años se dedicó a registrar lo que veía y lo que vivía con su cámara, y obtuvo alrededor de 750 carretes y más de 25 mil fotografías que reveló hasta que volvió a Estados Unidos y se encerró durante días en el cuarto oscuro. Ese viaje le cambió la vida, no sólo porque comprendió que quería ser artista, fotógrafo, sino también “porque descubrí la persona en la que me quería convertir y el lenguaje con el que quería comunicar lo que veía.

«Ese viaje fue una aventura en la que decía sí a todo lo que me pasaba. Me permitió descubrir una Europa llena de historia frente a un Estados Unidos que no tiene tanto pasado. En aquella época, aquí encontré una sociedad moderna con una forma de vivir sabia y muy distinta a la que yo tenía en Nueva York», relató en un encuentro con medios de comunicación tras la inauguración de la exposición, que cuenta con una selección de 200 imágenes.

La exposición muestra una Europa callejera. La cámara de Meyerowitz se detiene en paisajes urbanos y al aire libre para revelar una mirada especial que lo ha llevado a ser considerado uno de los fotógrafos más influyentes de la historia.

Pionero en el uso del color

El mismo Meyerowitz reconoció que una parte de su inspiración fue la obra de Robert Frank, pero también las experiencias que vivió durante aquel viaje, como su convivencia durante seis meses con la familia Escalona, en Málaga, España, en plena dictadura franquista, y en la que conoció la forma de vida, las tradiciones y el arte flamenco.

La exposición incluye copias de época y nuevas impresiones en color y blanco y negro, y recorre los momentos más significativos del viaje. De ahí que el trayecto se estructura en bloques geográficos y temáticos, desde sus primeras experiencias fotográficas en el Reino Unido hasta su inmersión en el sur de España, el bullicio de los mercados turcos y marroquíes o la calma de Corfú.

Mediante retratos, escenas callejeras, paisajes y vistas desde su coche en marcha, la exposición permite seguir la transformación de su lenguaje visual: una fotografía más abierta, menos sujeta al instante decisivo y más interesada en captar la complejidad del momento.

«La exhibición no sólo revela el nacimiento de una mirada, sino que retrata un continente en transformación. Desde la vitalidad de las ciudades hasta los contrastes políticos y sociales de la época, la muestra ofrece un relato visual vibrante y fragmentado que anticipa muchas de las tensiones del mundo contemporáneo», explicó el curador y director del museo Picasso de Málaga, Miguel López-Remiro, quien apuntó que el artista estadunidense transformó el medio con su uso pionero del color, cuando la fotografía artística estaba dominada por el blanco y negro. “Cape Light (1978), el primero de los más de medio centenar de libros que ha publicado hasta la fecha, contribuyó decisivamente a que la actitud hacia la fotografía en color pasara de la resistencia inicial a la aceptación universal”. De ahí que lo definiera como «el último pionero de la historia de la fotografía».

Con información de: La Jornada

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