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Charlas de taberna | Por: Marcos H. Valerio | Xochimilco, modelo de ciudad en época prehispánica

Hace unos días se cumplieron 500 años de la caída de la Gran Tenochtitlan, por lo que, en charla con el integrante del Consejo de la Memoria Histórica de la Ciudad de México, Joaquín Praxedis Quesada y el arqueólogo y cronista de Chalco, Jaime Noyola Rocha, coinciden que siglos atrás, antes de la llegada de los Mexicas, Xochimilco fue el modelo de una ciudad en desarrollo que pudo convivir con el agua de manera equilibrada.

Praxedis Quesada, explica que desde hace más de tres mil años, un grupo de hombres vislumbraron la posibilidad de crear toda una cultura en el lago de Xochimilco e iniciaron su construcción en la zona chinampera.

Seguido de tal afirmación, puntualiza: “La historia de que las chinampas fueron elaboradas por los Mexicas es errónea. La realidad es que este espacio fue creado por hombres que no conocemos su nombre ni qué lengua hablaban. A la llegada de los Aztecas, esta ciudad ya florecía, de aquí tomaron el modelo para edificar la gran Tenochtitlan”.

El integrante del Consejo de la Memoria Histórica de la Ciudad de México, agrega: “Lo que sabemos es que estos seres humanos hace tres mil años decidieron formar una cultura en un lago poco profundo y al carecer de tierra tomaron lo más valioso del lago, que es el lodo del fondo para construir las chinampas”.

Joaquín Praxedis, comenta que en un ejercicio de experimento, de acierto, error, lograron construir todo un sistema agrícola, del cual, todavía Xochimilco se sigue beneficiando, ya que es de los poco lugares donde se puede obtener hasta tres cosechas anuales. “Aquí no hay cosechas de temporal”, recalca.

Añade que el lodo que extraen del agua, incluso, actualmente, es rico en minerales y es abono natural idóneo para el desarrollo de las plantas, debido a que está compuesto de materia orgánica como pedazos de raíces, hojas y ramas. Lo que convirtió a Xochimilco en una comunidad próspera desde esa época.

Asimismo, expone que hay presencia teotihuacana en lo que es el Centro Histórico de Xochimilco. “Mil 200 años antes de Cristo ya había presencia de seres humanos en este territorio, no eran todavía habitantes xochimilcas”, puntualiza.

Recuerda que los Mexicas eran ciento por ciento guerreros, vivían en guerra, por lo que necesitaban de una población que los proveyera de alimentos, de ahí la importancia de Xochimilco para que los abasteciera.

“Los aztecas se iban a la guerra y Xochimilco producían para que esa ciudad fuera floreciente, de ahí su importancia”, dice.

Que vieron los españoles a su llegada en 1521, antes de que cayera la gran Tenochtitlan, primero vencieron a los xochimilcas, al no haber alimento para los aztecas llegó el hambre, pues no pudieron llegar los bastimentos de Xochimilco, acompañada con la enfermedad de la viruela negra y así acaban con dicho imperio.

El entrevistado, recuerda que Xochimilco era una isla que logró aprovechar a través del crecer con chinampas, es decir, tomar lodo, estacar, colocar árboles, y rellenar espacios para ganar tierra al agua. Es el modelo que toma la gran Tenochtitlan, reitera Joaquín Praxedis Quesada.

Reitera, por último, que la demarcación, todavía cuenta con  ojos de agua dulce de excelente calidad que ha permitido que durante varios siglos el hombre vaya asentándose y vivir de las bondades de esta.

Por su parte, el arqueólogo y cronista de Chalco, Jaime Noyola Rocha, recuerda que hace 41 años, fue el encargado de realizar una excavación y trasladar un basamento piramidal teotihuacano, es decir una escalinata, al museo de Santa Cruz Acalpixca, el cual, iba ser inaugurado en esa época.

Mientras acaricia con nostalgia el basamento, explica: “Lo trascendente fue que se descubrió una aldea teotihuacana en Xochimilco, lo sacamos abajo del antiguo reloj, que en se encontraba en el parque de la alcaldía. Este hallazgo me permitió presentar varias ponencias en los estudios Churubusco.

Su memoria husmea dicha época, mientras visita el cerro de Cuahilama y el museo de Santa Cruz Acalpixca, por lo que comenta: “En la excavación nos topamos con un estuco muy brillante y grueso, con un espesor de 25 centímetros. Los albañiles le metían el pico y apenas lo abollaban, tras larga tarea, descubrimos piezas arqueológicas, cerámica, ofrendas, las cuales.

Afirma que la zona del hallazgo, había un desnivel, por lo que éste, lo tenían que elaborar frente al museo en la casa de las bombas en Santa Cruz. “Se enumeraron cada una de las piedras labradas y se envolvieron en bolsas para ser trasladadas”.

El cronista Jaime Noyola Rocha, recuerda que colaboró en un desentierro en el Barrio de Belén, Xochimilco, éste data de la época de la Revolución, “era un entierro colectivo donde aparecieron más de 40 cuerpos, no tenían ofrenda, se veía que era una fosa común”.

Por último, recomienda a estudiantes niños y jóvenes, incluso padres de familia conozcan su historia y su comunidad, por lo que debe ser una obligación visitar los museos.

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