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Diseña mexicano ‘esmoquin’ para la NASA.

Nueva York, Estados Unidos, 01 de junio de 2020.- Michael Bay, quien dirigió la película Armageddon (1998) sobre un desastre cósmico, dio una vez una entrevista en la que habló de la peor crisis durante la realización de la película.

«Tres semanas antes de nuestro primer día de rodaje, fui a ver los trajes espaciales», contó.

«Parecían un traje para trotar de Adidas colgado en un perchero. Ahí es donde casi me mato». Debido a que, como dijo, si no se tienen trajes espaciales «geniales», toda la película se hunde.

Aparentemente, Elon Musk se adhiere a la misma filosofía.

O al menos eso parece, a juzgar por los trajes de color blanco y negro para el lanzamiento y el reingreso lucidos por los astronautas Robert Behnken y Douglas Hurley al subir a su auto Tesla del mismo color, en el que se trasladaron a la plataforma de lanzamiento de Cabo Cañaveral para subir a la cápsula SpaceX Crew Dragon, que combinaba con la tonalidad de los trajes y el vehículo en el que llegaron para el viaje inaugural del cohete SpaceX Falcon 9 con destino a la Estación Espacial Internacional.

«Los trajes son los mamíferos carismáticos del hardware espacial», dijo Cathleen Lewis, curadora de programas espaciales internacionales y trajes espaciales en el Muso Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsoniano. «Evocan la experiencia humana».

En realidad, lo que más evoca el traje de SpaceX es el esmoquin de James Bond, si este fuera rediseñado por Tony Stark como una versión actualizada para la siguiente gran aventura de James T. Kirk. Aerodinámicos, gráficos y articulados, los trajes forman más parte de la continua cultura pop-convenciones de cómics del estilo espacial que de la NASA.

No es de sorprender, en vista de que el prototipo fue creado por José Fernández, un diseñador de vestuario con raíces mexicanas que trabajó en Batman vs. Superman: El Origen de la JusticiaLos Cuatro FantásticosLos Vengadores: Avengers, X-Men 2 y, bueno, con eso se dan una idea.

Tal como dijo Bay con respecto a su experiencia con Armageddon: «Hay personas en Hollywood que son diseñadoras expertas, hay diseñadores expertos en cascos para trajes espaciales. Es un oficio muy especializado».

Musk simplemente acudió a esa fuente en lugar de a los contratistas habituales de la Fuerza Aérea y la Armada de Estados Unidos, aunque cuando se puso por primera vez en contacto con Fernández, el diseñador le contó a la revista Bleep en el 2016: «Yo no sabía qué era SpaceX».

Invitado a ser uno de seis candidatos para el empleo, Fernández creó un casco (sólo tuvo dos semanas) y terminó trabajando con Musk durante seis meses para diseñar el traje, con el que más tarde se realizó ingeniería inversa para que cumpliera con los requisitos de los viajes espaciales. Las asociaciones con el esmoquin no son accidentales.

Fernández le dijo a la revista Bleep que durante el proceso de diseño, Musk «decía una y otra vez: ‘Cualquiera se ve mejor con esmoquin, sin importar qué tamaño o forma tenga'». El objetivo, señaló Fernández, era que los astronautas se pusieran el traje y «se vieran mejor que sin él, como un esmoquin».

Incluso los nuevos trajes de color azul cobalto de Boeing para la nave espacial Starliner, aunque más elegantes que los anaranjados del lanzamiento del transbordador Discovery en el 2011, conocidos como «trajes de calabaza», tienen el mismo perfil en general.

En contraste, el traje de SpaceX apela a tradiciones de la industria de la moda, a la forma en que diseñadores como Courrèges y Paco Rabanne personificaron los viajes espaciales en los 60, la época de Barbarella, cuando todo era optimismo y dimensión física ceñida al cuerpo.

Pero sobre todo, se conectan con la tradición hollywoodense del cuerpo idealizado del guerrero humano, a menudo con hombros exagerados y caparazón de musculatura articulada, no el traje para pilotos a grandes altitudes que formó la base de los primeros trajes de lanzamiento, de acuerdo con Lewis.

Con información de: https://www.reforma.com/

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