Rumbo al 2024

Autoridades electorales deben adaptarse para celebrar elecciones y garantizar derechos políticos ante pandemia, señalan expertos.

  • El INE y la Fundación Kofi Annan presentaron el Reporte “Protegiendo la integridad electoral en la era digital”
  • Los retos se dan en cuatro dimensiones: sanitaria, económica, política y social, señala Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del INE

Ciudad de México, 29 de mayo del 2020.- La integridad electoral en la era digital y en tiempos de pandemia exige a las instituciones electorales actuar con responsabilidad para garantizar y hacer efectivos los derechos políticos de las personas, sin afectar otras libertades, como la de expresión, o el derecho a la salud, señaló el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.

“A los desafíos que siempre enfrentamos las autoridades electorales en materia de organización de elecciones, en años recientes se sumó un proceso paulatino de desafección de la ciudadanía con la democracia, el desgaste de sus instituciones y la pérdida de confianza en ellas y, por si estos retos no fueran suficientes, nos enfrentamos ahora a la pandemia del COVID-19, cuyos efectos sociales, económicos y seguramente políticos transformarán de manera fundamental la forma en que nos comportamos como individuos y como sociedad”, agregó el Consejero Presidente durante la presentación del Reporte “Protegiendo la integridad electoral en la era digital”, elaborado por la Fundación Kofi Annan.

Ante autoridades electorales de América y expertos en la materia a nivel internacional, Lorenzo Córdova añadió que, ante esta situación, autoridades y sociedad tienen el reto de adaptarse a las nuevas exigencias de las condiciones existentes.

“Sólo así podremos seguir garantizando los derechos políticos de la ciudadanía, celebrando elecciones de forma periódica y, en general, continuar con la recreación de la vida en democracia”, dijo.

Refirió que los retos para los organismos electorales y la democracia frente al COVID-19 se dan en cuatro dimensiones: sanitaria, económica, política y social.

Sanitaria, por la cantidad de personas que concurren y se reúnen en torno a las actividades y campañas del proceso electoral, situación que deben cuidar las autoridades electorales en coordinación con las de salud.

Económica, por la inédita contracción de las economías en el mundo, lo que acentuará la pobreza y el descontento de la sociedad con la democracia, explicó.

Política, porque existe un aumento de la polarización de la sociedad y de actitudes autocráticas o de concentración del poder, por lo que se deben reforzar los controles a la autoridad y el ejercicio de derechos.

Y, finalmente, social, porque la suma de las crisis sanitaria, económica y política, puede generar expresiones de inconformidad “que si no las atendemos pueden llegar a desbordar los cauces institucionales”.

Lorenzo Córdova concluyó que estas cuatro dimensiones conllevarán a las autoridades electorales a enfrentar cuatro retos: el comunicacional, para explicar los cambios en la organización de los procesos electorales; el operativo, en cuanto a la introducción de nuevos procesos para garantizar la salud de las personas; tecnológico, respecto a la incorporación de mecanismos tecnológicos que puedan hacer posible el ejercicio de derechos electorales; y el reto político, para fortalecer la autonomía de las instituciones ante la tentación de su conquista por parte de otros actores.

Ante pandemia, autoridades electorales están obligadas a la transformación digital

Laura Chinchilla, Presidenta de la Comisión sobre Elecciones y Democracia en la era Digital de la Fundación Kofi Annan, enfatizó que la pandemia del COVID-19, “es la tormenta perfecta para que de una vez por todas se dé la transformación digital en las autoridades electorales y adoptemos las tecnologías digitales como una herramienta obligada”.

Señaló que el objetivo del reporte presentado es identificar los desafíos que representan las tecnologías digitales y las redes sociales para la democracia y la integridad electoral, considerando las oportunidades, pero también los riesgos, un tema que adquiere especial importancia ante la pandemia del Coronavirus.

Chinchilla destacó los elementos positivos que tienen las tecnologías digitales y redes sociales en democracia, como la ampliación de espacios de libertad en materia de comunicación, de expresión de ideas y de participación ciudadana que se han convertido en gran catalizador de demandas y han hecho que distintos sectores de la población se sientan más protagónicos en los procesos de la vida pública.

Sin embargo, entre los elementos negativos –añadió- se encuentran la ampliación de discursos del odio, la violencia, noticias falsas, la manipulación de la información y lo que más preocupa es la interferencia indebida de naciones extranjeras en los procesos electorales.

Por ello, agregó Laura Chinchilla, el documento incluye recomendaciones dirigidas a autoridades electorales y públicas, así como a las plataformas digitales y otras más en el marco de la cooperación internacional. Subrayó que las tecnologías digitales ya son  parte del sistema de medios de comunicación de un país  y deben asumir las consecuencias del impacto que tienen en el clima de discusión y el debate público.

“Cualquier decisión que se tome para regularlas debe procurar salvaguardar los principios fundamentales de la libertad de expresión. Ningún gobierno en solitario se pueda atribuir la potestad de regulación de estos medios, pero tampoco necesariamente las plataformas tecnológicas se puedan convertir en los únicos censores de lo que se publican en las mismas”, aseveró.

Cooperación internacional y empleo de tecnologías para enfrentar retos de los organismos electorales en la región

Posteriormente, José Thompson, Director Ejecutivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos y Secretario Ejecutivo de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE), refirió que es indispensable el incremento de la colaboración internacional y fortalecer e implementar nuevas tecnologías para poder garantizar la integridad electoral en América Latina.

Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) no sólo representan una nueva forma de comunicación, sino que han modificado la manera en la que se hace política y obligan a replantear las atribuciones de los organismos electorales, así como la respuesta que estos pueden dar a una serie de fenómenos que surgen en todas las etapas del proceso electoral, señaló.

Agregó que las redes sociales son un instrumento de comunicación valiosísimo para las autoridades electorales, al permitirles llegar a la población de manera económica y masiva para informar sobre cambios y situaciones que surgen en el proceso electoral.

Pero también son un instrumento de desinformación, subrayó Thompson, lo cual puede generar problemas de credibilidad en el proceso, y los organismos electorales deben reaccionar con gran velocidad e inmediatez, porque hacerlo dos o tres días después implica que exista una nueva situación o desinformación que requiera la atención de la autoridad electoral.

En su intervención, el Jefe de la División de Cooperación de la Comisión de Venecia del Consejo de Europa, Serguei Kouznetsov, destacó la importancia del reporte como un instrumento para analizar los procesos y las recomendaciones que contiene para los países sobre el impacto de las nuevas tecnologías en los procesos electorales.

Mencionó que, junto con otros estudios existentes, es necesario reforzar la cooperación internacional “para ver cómo podemos poner en práctica las recomendaciones y, sobre todo, en las condiciones de los estados de excepción”.

“No debemos olvidar que las nuevas tecnologías no sólo permiten hacer el proceso electoral más eficaz, más moderno y en muchos casos lo hacen más barato, además de que permiten participar a segmentos de la población que antes se sentían excluidos”, agregó.

Democracia es un instrumento para evitar una catástrofe por la pandemia

Finalmente, Dong Nguyen Huu, Consultor Senior de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), señaló que la democracia puede ser un instrumento para bloquear las posibilidades de una catástrofe natural, incluso ante una pandemia como la que vivimos, gracias a los valores que promueve, como la libertad de información, la libertad de discusión y la participación de la sociedad en la solución de los problemas que enfrenta.

Ejemplificó que en Vietnam no ha habido un solo caso de mortalidad por el COVID-19, lo cual ha sido posible gracias a que la población se movilizó de tal manera, que aún con la presencia del virus, se están preparando elecciones en todo el país para el año próximo.

“La democracia, reiteró no es un ideal, no es una promesa, sino un elemento para favorecer la protección de los derechos humanos fundamentales”.

El evento de presentación realizado de forma virtual, se llevó a cabo a partir de dos mesas de discusión, la primera de exposición del reporte “Protegiendo la integridad electoral en la era digital” moderada por María del Carmen Alanis, miembro de la Fundación Kofi Annan, y la segunda, “Democracia, elecciones y tecnología en periodo de pandemia”, a cargo del Consejero Presidente del INE.

Con información de: https://www.ine.mx/

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