Tecnologia

Universitarios investigan efectos de residuos plásticos en el Pacífico

México, 08 de octubre del 2018.- En zonas del Pacífico norte se han detectado acumulados más de un millón de microplásticos por kilómetro cuadrado de superficie por efecto de las corrientes marinas, lo que revela una amenaza para la vida en el océano y la salud humana, señaló Alethia Vázquez Morillas, del Laboratorio de Tecnologías Sustentables de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En un comunicado, señaló que esa cantidad es superior en masa “a la concentración del plancton, es decir, en ese lugar, más que microorganismos que son la base de la vida en el mar existen plásticos” y aun cuando la conciencia sobre el tema crece poco a poco, todavía falta mucho para pasar de la atención a las acciones que disminuyan la generación de esos elementos.

Cuando el tamaño es menor a un milímetro en alguna de sus dimensiones son denominados mini-microplásticos y si miden menos de la milésima parte de un milímetro son nanoplásticos, que se encuentran en suelo, aire y mar, expuso la profesora del Departamento de Energía de la Unidad Azcapotzalco.

Una parte de los microplásticos –clasificados como primarios– corresponde a partículas que desde su manufactura presentan un tamaño menor a cinco milímetros e incluyen pellets, microbeads y microfibras, precisó sobre el proyecto Microplásticos en ambientes marinos, que forma parte del estudio Efectos ambientales de los residuos plásticos.

Los primeros son aglomerados pequeños que constituyen una de las formas en que son comercializadas las resinas plásticas, transformadas después en productos y, dado su tamaño, pueden ocurrir pérdidas en su elaboración, uso y transporte.

En tanto, los segundos son partículas menores a un milímetro aprovechadas sobre todo como componentes de artículos para el cuidado personal y cosméticos con el fin de crear un efecto exfoliante, formar películas protectoras de la piel o el cabello y dar brillo, entre otras funciones, por cuya aplicación llegan a los sistemas de drenaje y al no ser retenidos en el proceso de tratamiento de aguas terminan liberados a ríos, lagos y mares.

Los terceros son filamentos que se desprenden de textiles debido, tanto a su empleo como a los mecanismos de lavado, convirtiéndose en los más difíciles de cuantificar y separar por su estructura y la posibilidad de confundirlos con fibras de origen natural, explicó Vázquez Morillas.

Los microplásticos secundarios surgen de la fragmentación de artículos de más tamaño y, no obstante que son muy resistentes, pierden sus propiedades debido a factores ambientales y al estar en el océano son degradados por radiación solar y el movimiento de las olas, lo cual provoca su fragmentación; entre éstos se cuentan los desechables arrojados a las playas y objetos empleados en actividades recreativas y la pesca.

El riesgo mayor para los ecosistemas marinos es que tales piezas sean ingeridas por las especies animales, lo cual produce bloqueos y afecta las funciones digestivas, además de que en algunos casos son liberadas dosis diminutas de contaminantes, por ejemplo, aditivos presentes en sustancias que se encuentren en el agua.

Explicó que en el Laboratorio de Tecnologías Sustentables de la UAM se pretende desarrollar un inventario de microplásticos en playas mexicanas mediante un muestreo en 35 sitios, de acuerdo con un trabajo que se halla en etapa de análisis y procesamiento de información.

El propósito, añadió, es realizar una medición sistemática para localizar los factores detonadores de la existencia de esos componentes en las costas, así como de dónde llegan y cuáles son los riesgos que ocasionarían si es que contienen contaminantes en sus superficies.

Texto y Foto: Notimex

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