17 de junio de 2016 (Expansión) – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió este jueves con sobrevivientes y familiares de las 49 personas que murieron en el club nocturno Pulse el fin de semana, y frente a ellos, dijo que su gobierno deberá trabajar para prevenir más atrocidades de este tipo.
«Vamos a tener que trabajar juntos para detener a los asesinos (…) y para destruir la propaganda de los grupos yihadistas que envenenan la mente de tantas personas», dijo el mandatario.
«También podemos hacer algo para evitar que un terrorista compre un arma de forma legal en nuestro país», agregó.
En sus denuncias del ataque como «un acto de terrorismo y de odio», Obama había manifestado su frustración por lo fácil que es acceder a las armas de fuego en Estados Unidos y porque el Congreso no ha sido capaz de aprobar ninguna ley sobre control de armas en más de dos décadas.
«Nuestros políticos han conspirado para facilitar y hacer posible que terroristas o individuos transtornados comprar armamento extraordinariamente potente, y lo pueden hacer legalmente», agregó Obama tras la reunión con los dolientes del bar Pulse de Orlando.
El presidente de EU estuvo acompañado del vicepresidente Joe Biden.
«El presidente cree que no hay forma más concreta de mostrar apoyo que viajando a la ciudad donde ocurrió el espantoso incidente», dijo a periodistas el portavoz de la Casa Blanca, Eric Schultz previo al encuentro, citó la agencia Reuters.
Esta es la novena ocasión en que Obama viaja a lugares donde ocurrieron tiroteos mortales.
La masacre provocó presiones sobre el Congreso para realizar una legislación respecto al tema.
Después de una jornada de discursos de demócratas que se prolongó hasta la madrugada del jueves, un senador de dicho partido dijo que los republicanos acordaron realizar votaciones sobre medidas para ampliar la verificación de antecedentes y evitar que las personas en listas de vigilancia por terrorismo compren armas.
Asimismo, reconoció a los oficiales de policía que participaron en el operativo y a los doctores y enfermeras que continúan atendiendo a los heridos.
