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Se acerca vacuna cubana a fase final

La Habana, Cuba, 18 febrero del 2021.- Las personas esperan hasta cuatro horas en fila para comprar detergente en La Habana, Cuba. Las farmacias se han quedado sin analgésicos. Hay escasez nacional de pan.

Sin embargo, el Gobierno cubano dice que está al borde de un logro científico extraordinario: la producción masiva de una vacuna contra el nuevo coronavirus desarrollada en la isla.

Uno de los cuatro biológicos desarrollados por científicos cubanos entrará en la fase final de pruebas el próximo mes, un paso crucial hacia la aprobación regulatoria que, de tener éxito, podría poner a la isla en camino a inocular a su población entera y a empezar a exportar para final de año.

Si la vacuna demuestra ser segura y eficaz, le daría a las autoridades cubanas una victoria política significativa, así como una oportunidad de rescatar a la nación de la ruina económica.

Para un país que por décadas ha promocionado su sofisticado sistema de atención médica, como evidencia de los beneficios del socialismo, la vacuna también ofrece una oportunidad única de relaciones públicas.

La fórmula que se encamina a la fase final de ensayos lleva por nombre «Soberana 2», un guiño al orgullo que esta nación tiene respecto a su autonomía, pese a décadas de hostilidad de su vecino del norte.

En este sentido, Cuba ya está evaluando la idea de atraer turistas a sus costas a partir del irresistible coctel de sol, arena y una dosis de «Soberana 2».

Vicente Vérez, uno de los científicos que encabeza el equipo que desarrolló la vacuna, dijo que la isla podría ofrecer vacunas a todos los extranjeros que la visiten.

«No es sólo medicina y humanitarismo; hay una gran recompensa económica si pueden controlar el virus», comentó Richard Feinberg, especialista en Cuba en la Universidad de California en San Diego.

«No sólo será un ingreso inmediato, sino un impulso a la reputación del sector biotecnológico farmacéutico cubano, que le permitirá comercializar otros productos médicos».

Científicos cubanos dijeron que el Gobierno probablemente regalará algunas dosis a países pobres, de acuerdo con su práctica de larga data de fortalecer las relaciones internacionales mediante donación de medicamentos y envío de doctores para atender las crisis de salud pública en el exterior.

«Cuba siempre ha donado vacunas», destacó Gerardo Guillén, científico que desarrolla dos de los cuatro antídotos en el Centro para Ingeniería Genética y Biotecnología del Estado. «Ayudamos a otros países».

La nación caribeña empezó a destinar dinero a la biotecnología en la década de 1980, como parte del impuso de Fidel Castro para hacer la nación autosuficiente ante el embargo de Estados Unidos, el cual hacía difícil obtener medicamentos producidos en el exterior.

El sector biotecnológico de la isla está bien desarrollado. Cuba produce 8 de las 12 vacunas aplicadas a los niños en la isla, y exporta dosis a más de 30 países.

«Es un gigante de la biotecnología», dijo Gail Reed, editora de MEDICC Review, una revista revisada por pares de medicina cubana y del mundo en desarrollo.

«Los logros son innegables», agregó.

Científicos cubanos también han desarrollado tratamientos innovadores, incluidos una vacuna contra el cáncer de pulmón, que está en ensayos con el Roswell Park Comprehensive Cancer Center, con sede en Nueva York.

«A veces la gente piensa que porque es Cuba, sólo están haciendo estos medicamentos en sus garajes y entregándolos a gente, y eso no es cierto», sostuvo Candace Johnson, presidenta del Roswell Park.

«Están practicando con exactamente los mismos estándares que como hace cualquier otro país al producir estos fármacos».

De acuerdo con Johnson, los científicos cubanos demostraron que «se adhieren a todos los estándares y controles apropiados», en referencia al momento previo a que ella pudiera llevar el medicamento contra el cáncer de pulmón a Nueva York.

Producir la vacuna contra el coronavirus fue mucho más complicado por el endurecimiento de las sanciones contra Cuba por parte de la pasada Administración estadounidense de Donald Trump. Científicos dicen que no han podido comprar todo el equipo y la materia prima que necesitan, incluidos los espectrómetros utilizados para el control de calidad.

Los dos grupos de investigación que trabajan en el fármaco sólo tienen uno que sea suficientemente poderoso para analizar la vacuna, explicó Guillén respecto al aparato de 20 años de antigüedad.

«Los cubanos no sólo logran echar a andar autos viejos, pueden hacer funcionar equipo viejo», afirmó Mitchel Valdes Sosa, director del Centro Cuba de Neurociencia.

La vacuna «Soberana 2» ha progresado a través de dos fases de ensayos, y está por entrar a una tercera, en la que será probada en alrededor de 150 mil personas en Cuba y en Irán, país que ha mostrado interés en comprarla. México también está en pláticas con los cubanos para participar en la fase 3 de ensayos.

Vérez sostuvo en un mensaje de texto que «Soberana 2» es «muy segura con muy pocos efectos adversos», un requisito para pasar a una tercera y última fase de pruebas. Aún no está claro si la vacuna podrá proteger contra nuevas variantes del coronavirus, una de las cuales ya ha sido detectada en la isla.

Con información de: The New York Times News Service

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